Aunque desde la casa los padres contemplen los tradicionales sándwiches, lácteos y frutas de la estación como refrigerio para la escuela, la tarea no termina ahí, pues de acuerdo a estudios realizados, la tan valorada mesada, entregada por los adultos a los niños, está siendo invertida en golosinas de toda índole, ocasionando una serie de problemas de obesidad y de infecciones bucales por falta de higiene bucal. Los niños volvieron a clases y con ello los hábitos alimenticios se desordenan. Los escolares comienzan a consumir un sin fin de golosinas que derivan en serios problemas para su dentadura, situación que seguirá aumentando la alarmante estadística de que el 90 % de los niños entre 6 y 8 años, presenta caries en sus dientes. Como si esto no fuera suficiente, también hay que considerar que los padres tienen un rol sumamente activo en orden a evitar que esta situación aumente, pues son ellos los que entregan mesadas a sus hijos y éstos las invierten en comida chatarra. Entre los factores a considerar para el desarrollo de una buena salud bucal, figura la nutrición de las personas. Es así como ante la ingesta de dulces, se debe privilegiar aquellos que no tienen una consistencia que les lleve a ser cariogénicos. En otras palabras se debe favorecer el consumo de frutas por sobre los dulces, pero en caso de poder elegir entre estos últimos, deben evitarse las calugas y masticables, que tienden a introducirse en las cavidades de los dientes, prefiriendo los chocolates de barra simples, que por su textura, tienden a limpiarse más fácilmente. A cepillar los dientes se ha dicho La mejor edad para aprender es el primer año Los niños son como esponjas, de uno a 5 años absorben todo tipo de conocimiento. Es por eso que es importante inculcarle a esa edad un buen hábito de la higiene bucal. De los 9 a los 12 meses ya erupcionaron los ocho dientes anteriores y a medida que se completa la dentición el ciclo de masticación se estabiliza. Cuando los dientes superiores e inferiores se tocan, la musculatura de los maxilares comienza a aprender nuevas funciones; los primeros movimientos son irregulares como los que se ven durante el primer circuito de cualquier habilidad motora. De los 12 a los 24 meses continúa el desarrollo y maduración del sistema masticatorio que se completará a los 30 meses con la presencia de 20 dientes en la boca. Hay que evitar alimentos que contengan alto porcentaje de hidratos de carbono, ya que se adhieren a los dientes y son de disolución lenta. La higiene bucal en este período se realiza sin pasta dental, es suficiente humedecer el cepillo con agua. La limpieza más importante es la que se realiza antes de dormir. Los niños pequeños por lo general actúan por imitación, y será más fácil que tomen un cepillo si ven a los padres hacerlo y más aún si se les exige que se cepillen junto a ellos.
Fuente:
Noroeste.com
22 de Agosto de 2008
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