Tony Cardona, residente de San Antonio, Texas, no aguantó más y le pidió a su amigo médico que le recetara unas pastillas para perder peso. Cardona aprovechó un viaje a Guanajuato, México, y compró las pastillas.
Dos meses después de consumirlas, Cardona había perdido 20 libras, aproximadamente unos 10 kilos. Las pastillas le quitaron el hambre y a comparación de antes, cuando no sabía parar de comer, Cardona dijo que "ya aprendió a alimentarse".
"Me he caracterizado por ser una persona que hace mucho ejercicio, pero no bajaba nada de peso", dijo Cardona. "Me imagino que el problema era que comía mucho. Entonces me mantenía el peso, pero no bajaba".
Sin embargo, de no tomarse de la manera adecuada y cuando la personas verdaderamente las necesitan, las "pastillas mágicas" pueden traer graves consecuencias para la salud según José de Jesús Sashida, médico especialista en cirugía plástica en León, Guanajuato.
"Dentro de la medicina que se puede dar sin receta hay algunas que tienen mucho arsénico", dijo Sashida.
Precisamente debido a los problemas de salud relacionados con las pastillas para adelgazar, el gobierno mexicano aprobó una ley para regular este tipo de medicinas.
Sashida resaltó que existen pastillas compuestas por hierbas que actúan como un laxante y lo único que hacen es hacer reaccionar al cuerpo cuando consume mucha grasa. En este caso la personas va a al baño seguido, pero no presentan una reducción del apetito.
Las pastillas que Cardona consumió fueron con prescripción médica. A pesar de ello, Sashida recomienda tomar mucha precaución.
"Esas sí quitan el hambre, pueden afectar el sistema nervioso, incluso a veces las usan como droga", dijo Sashida. "Son anfetaminas".
Otro de los efectos negativos que puede experimentar la persona que consume pastillas para bajar de peso es un cambio en la personalidad, volviéndose irritable y sufriendo falta de sueño. "No a todos, pero puede pasar eso a quien las tome", dijo Sashida.
Cardona conocía las posibles consecuencias y por eso decidió consumir las pastillas para suprimir el apetito por un máximo de dos meses.
"Me daba temor", dijo Cardona. "Pero ya las dejé; siento que mi cuerpo se acostumbró a comer poco".
Para Sashida, sin embargo, la mejor fórmula para bajar de peso es a través del cambio en el estilo de vida. "El principal problema es la comida chatarra," dijo Sashida. "Es muy difícil quitarla."
Por otro lado, no descarta la posibilidad de obtener la ayuda de un medicamento que no produzca adicción o algún tipo de daño al paciente. En relación a esto, recomienda que las personas no se receten ellas mismas y tampoco consuman medicinas que no conocen (y que no saben cómo los podría afectar).
En los casos de sobrepeso leves se pueden consumir pastillas suaves compuestas por productos naturales bajo la recomendación y supervisión de un experto en nutrición. El segundo paso es mantenerse enfocado en una meta realista e iniciar una rutina alimenticia sana que incluya algún tipo de actividad física.
"Hay que crear conciencia en la manera de los hábitos alimenticios", dijo Sashida. "Eso es lo más importante".
Dos meses después de consumirlas, Cardona había perdido 20 libras, aproximadamente unos 10 kilos. Las pastillas le quitaron el hambre y a comparación de antes, cuando no sabía parar de comer, Cardona dijo que "ya aprendió a alimentarse".
"Me he caracterizado por ser una persona que hace mucho ejercicio, pero no bajaba nada de peso", dijo Cardona. "Me imagino que el problema era que comía mucho. Entonces me mantenía el peso, pero no bajaba".
Sin embargo, de no tomarse de la manera adecuada y cuando la personas verdaderamente las necesitan, las "pastillas mágicas" pueden traer graves consecuencias para la salud según José de Jesús Sashida, médico especialista en cirugía plástica en León, Guanajuato.
"Dentro de la medicina que se puede dar sin receta hay algunas que tienen mucho arsénico", dijo Sashida.
Precisamente debido a los problemas de salud relacionados con las pastillas para adelgazar, el gobierno mexicano aprobó una ley para regular este tipo de medicinas.
Sashida resaltó que existen pastillas compuestas por hierbas que actúan como un laxante y lo único que hacen es hacer reaccionar al cuerpo cuando consume mucha grasa. En este caso la personas va a al baño seguido, pero no presentan una reducción del apetito.
Las pastillas que Cardona consumió fueron con prescripción médica. A pesar de ello, Sashida recomienda tomar mucha precaución.
"Esas sí quitan el hambre, pueden afectar el sistema nervioso, incluso a veces las usan como droga", dijo Sashida. "Son anfetaminas".
Otro de los efectos negativos que puede experimentar la persona que consume pastillas para bajar de peso es un cambio en la personalidad, volviéndose irritable y sufriendo falta de sueño. "No a todos, pero puede pasar eso a quien las tome", dijo Sashida.
Cardona conocía las posibles consecuencias y por eso decidió consumir las pastillas para suprimir el apetito por un máximo de dos meses.
"Me daba temor", dijo Cardona. "Pero ya las dejé; siento que mi cuerpo se acostumbró a comer poco".
Para Sashida, sin embargo, la mejor fórmula para bajar de peso es a través del cambio en el estilo de vida. "El principal problema es la comida chatarra," dijo Sashida. "Es muy difícil quitarla."
Por otro lado, no descarta la posibilidad de obtener la ayuda de un medicamento que no produzca adicción o algún tipo de daño al paciente. En relación a esto, recomienda que las personas no se receten ellas mismas y tampoco consuman medicinas que no conocen (y que no saben cómo los podría afectar).
En los casos de sobrepeso leves se pueden consumir pastillas suaves compuestas por productos naturales bajo la recomendación y supervisión de un experto en nutrición. El segundo paso es mantenerse enfocado en una meta realista e iniciar una rutina alimenticia sana que incluya algún tipo de actividad física.
"Hay que crear conciencia en la manera de los hábitos alimenticios", dijo Sashida. "Eso es lo más importante".
Fuente:
La Prensa
21 de Agosto de 2008
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