lunes, 29 de junio de 2009

Las melenas, ese objeto de deseo


Madrid, 29 jun (EFE).- La media melena, idónea para esconder una mandíbula ancha y realzar el cuello, permite, sin apenas esfuerzo, cambios de imagen y recogidos informales, muy socorridos para sofisticar el “look” en cualquier momento del día.
Este tipo de corte, que puede oscilar desde el mentón hasta los hombros, luciendo capas para dar volumen y movimiento al cabello, es apto para todas las mujeres. Funciona bien tanto con el cabello liso como con el rizado y se acopla con comodidad en rostros tan angulosos como en redondo o cuadrados. Es un clásico, que aporta juventud, elegancia y distinción.
La media melena, que apenas requiere visitas frecuentes al salón para su conservación y mantenimiento, permite jugar con coletas altas o bajas que rompen con la monotonía y resultan muy “chic”.
El estilista Michel Meyer para conseguir un “look” más arreglado apuesta por recoger esa media melena en la nuca y adornarla con un tocado.
Las melenas onduladas, de aires ochentenos, se inclinan hacia un lado. Derecho o izquierdo, no importa. Lo más relevante es marcar la raya y dejar caer el pelo por un lateral.
La melena larga resulta muy juvenil, aunque no a todo el mundo favorece. Con los años, se debe de evolucionar y huir de la línea recta y lánguida. Esta temporada regresan las melenas largas, con ondas y bucles, para ello los estilistas recuperan las tenacillas y los rulos.
“Un cabello largo suelto o recogido, incluso sin arreglar, encaja en cualquier estilo. Si lo que se busca es crear un `look´ más sofisticado, basta con recurrir a un poquito de gel y repartirlo por el cabello húmedo. Después recogerlo con una goma o en una coleta o en un moño muy tirante”, explica el estilista David Lorente.
Las nuevas tendencias siempre son bienvenidas, si favorecen. De lo contrario, es mejor optar por un corte o peinado que se adecue al rostro, que resulte armonioso y favorecedor.
El color empezó a utilizarse para camuflar canas; hoy, lejos de esa idea, sirve para refrescar la imagen, para dar más luz, para seguir las tendencias o simplemente para dar un cambio radical al “look”.
El afamado estilista francés Dessange dice que "cambiar por cambiar es un error. Antes de tomar la decisión, es fundamental personalizarlo. Para ello, es imprescindible estudiar los rasgos, el color de la piel y de los ojos, así como su estilo: urbano, clásico, moderno…".
Después, se decide el color y los puntos donde queremos dar luz o esconder alguna cana. Lo ideal es trabajar con tonos naturales que reaviven y aporten reflejos al cabello”.
El cabello rubio regresa con fuerza y luce más que nuca, después de algunas temporadas eclipsado. “El cabello rubio da ese aspecto que se consigue cuando se ha estado de vacaciones. Hace parecer y sentir feliz, más radiante y fresca”, explica Nincola Clarke, directora creativa de color de la firma John Frieda.
Las melenas rubias poseen unos tonos vibrantes, a los que pocos pueden resistirse, quizá obedezca a que siempre han sido objeto de deseo, de fantasía.
El color se debe de personalizar. No todos los rubios quedan bien a todas las mujeres. Las claves las da Nincola Clarke, la colorista favorita de Cate Blanchett, Gwyneth Paltrow, Kate Moss, Madonna o Kate Winslet.
1.- Para conseguir un aspecto de rubia natural, la regla de oro es elegir dos tonos más claros que el color de pelo original.
2.- Es imprescindible plantearse cuál es el estilo de vida, la forma de vestir, la personalidad.
3.- Cuando decida cambiar de color, a modo de referencia, lleve a su colorista revistas o fotos con los tipos de rubio que le gustan.
4.- No siga al pie de la letra las tendencias, ni cambie de tinturista muy a menudo, puede terminar con el cabello a franjas de distintos colores.
5.- Si tiene el pelo rizado y lo alisa con frecuencia, suavice el color para que no tenga que colorearlo tan a menudo, así evitará dañarlo.
Si el rubio no es su color, tendrá que optar por otro. Es preferible lucir el tono natural, antes que un mal tinte. La firma L´Orèal, explica que “a las personas que tengan el cabello, los ojos y la piel oscura les favorecen los reflejos en tonos miel, canela, iluminan y aportan dulzura al rostro. Aquéllas que posean el pelo rubio y la tez blanca o rosada se pueden permitir todos los tonos claros y los avellana, incluso pasarme a morenas. En general, se debe de tener en cuenta que el color negro azabache o azulado endurece las facciones”.
Luis Miguel Vecina, director técnico del salón de belleza Camilla Albane, dice que “el color del cabello dice mucho de la personas. Así una mujer que luce canas, denota que su espíritu es bohemio, mientras que una cabeza tintada en rubio platino indica que tiene deseo de seducción, mientras que decorada en azul, fucsia o violeta muestra un carácter fuerte, enérgico. Esa temporada apuesto por rubios con giros metálicos”.
Por Carmen Martín

Fuente:

Mujer Hoy.com

29/06/09



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