Cada vez más personas deciden grabar su piel para adornar su aspecto y estar a la moda. ¿Su hijo quiere tatuarse, sumándose al avance de esta corriente estética?¡Lo primero es pensar en su salud!. Todo lo que hay que saber, hacer y evitar para prevenir los problemas, complicaciones y riesgos del arte corporal.
El tatuaje moderno data de 1880, cuando se diseñó la primera máquina para practicarlos. En su viaje de 1796 a la Polinesia, el capitán Cook observó cómo los indígenas pintaban sus cuerpos, introduciendo color negro bajo la piel para hacerlo indeleble. Para ellos representaba un signo de distinción o de pertenencia a un grupo. Para otras personas del mundo moderno, se trata de un recurso de embellecimiento o una forma de estar “a la última”.
Cuando se opta por decorar la propia anatomía, dibujando motivos con tinta debajo de la piel, no sólo se corre el riesgo de cambiar de opinión y verse obligado a quitar esos toques de color, sino que además se pueden sufrir perjuicios en la salud.
“Algunos tatuajes pueden provocar lesiones, alergias, cicatrices e infecciones en el tejido modificado y sus zonas vecinas, además de aumentar la posibilidad de contraer dolencias contagiosas, si no se efectúan con las correctas medidas higiénicas y la técnica adecuada, por lo que siempre hay que extremar las precauciones y ponerse en manos de un profesional”, explica el tatuador y experto en arte corporal Iván Tirado Mellado.
El tatuaje, que consiste en grabar dibujos en la piel introduciendo sustancias colorantes bajo la epidermis, se efectúa mediante equipos eléctricos o dermógrafos, dotados de una o varias agujas finas, que al correr por la piel depositan el pigmento a uno o dos milímetros de hondura.
Con la cicatrización, la epidermis cubre el colorante, logrando el dibujo deseado. En algunos casos, además del color se introducen elementos que pueden dar cierto volumen al dibujo, aunque esto es menos usual.
Según Tirado Mellado,“el tatuaje más profundo, irreversible, requiere una intervención quirúrgica para retirarlo. Para eliminar tatuajes se emplea el láser, que funciona bien con los colores oscuros, aunque los pigmentos claros son más difíciles de eliminar. A veces, en la micropigmentación más superficial, la calidad del color se reduce con el tiempo, y requiere un retoque para restablecerla”.
Pero estar “a la última” en materia de arte corporal no sólo es una cuestión de estética: requiere seguir algunas recomendaciones sanitarias para evitar riesgos innecesarios en los hijos.
La Consejería de Sanidad de Cantabria (Norte de España) ha publicado una serie de advertencias importantes que deben conocer los jóvenes y sus padres sobre los tatuajes, las cuales recogen algunas de las recomendaciones más habituales de los dermatólogos:
• Hay que asegurarse de que no se padece ningún tipo de alergia a los productos utilizados, ya que de lo contrario se puede sufrir alteraciones en la piel.
• Conviene cerciorarse de que los pigmentos han sido probados cosméticamente para esos fines, ya que se ha informado de casos en los que se han utilizado productos industriales.
• No hay que realizarse un tatuaje si se tiene alguna alteración como pecas, lunares o verrugas en la zona.
• Es imprescindible consultar al médico en caso de tener las defensas bajas, diabetes, hemofilia o enfermedades cardiacas; o si se es portador de VIH, hepatitis B o C.
• Es recomendable esperar algún tiempo antes de tatuarse si se tiene una cicatriz o quemadura reciente, o úlceras en la piel.
• Hay que acudir a la consulta médica si se están tomando medicamentos como aspirinas, anticoagulantes o vasodilatadores.
• No hay que exponer la zona donde se realizará el tatuaje o piercing a los rayos solares o UVA.
• Con el paso del tiempo los tatuajes se deforman y pueden resultan finalmente antiestéticos.
• Siempre hay que informarse sobre los productos que se van a aplicar: algunos de ellos pueden provocar reacciones alérgicas, ampollas, manchas y enrojecimiento de la piel, debido a su alto contenido de colorantes.
El tatuaje moderno data de 1880, cuando se diseñó la primera máquina para practicarlos. En su viaje de 1796 a la Polinesia, el capitán Cook observó cómo los indígenas pintaban sus cuerpos, introduciendo color negro bajo la piel para hacerlo indeleble. Para ellos representaba un signo de distinción o de pertenencia a un grupo. Para otras personas del mundo moderno, se trata de un recurso de embellecimiento o una forma de estar “a la última”.
Cuando se opta por decorar la propia anatomía, dibujando motivos con tinta debajo de la piel, no sólo se corre el riesgo de cambiar de opinión y verse obligado a quitar esos toques de color, sino que además se pueden sufrir perjuicios en la salud.
“Algunos tatuajes pueden provocar lesiones, alergias, cicatrices e infecciones en el tejido modificado y sus zonas vecinas, además de aumentar la posibilidad de contraer dolencias contagiosas, si no se efectúan con las correctas medidas higiénicas y la técnica adecuada, por lo que siempre hay que extremar las precauciones y ponerse en manos de un profesional”, explica el tatuador y experto en arte corporal Iván Tirado Mellado.
El tatuaje, que consiste en grabar dibujos en la piel introduciendo sustancias colorantes bajo la epidermis, se efectúa mediante equipos eléctricos o dermógrafos, dotados de una o varias agujas finas, que al correr por la piel depositan el pigmento a uno o dos milímetros de hondura.
Con la cicatrización, la epidermis cubre el colorante, logrando el dibujo deseado. En algunos casos, además del color se introducen elementos que pueden dar cierto volumen al dibujo, aunque esto es menos usual.
Según Tirado Mellado,“el tatuaje más profundo, irreversible, requiere una intervención quirúrgica para retirarlo. Para eliminar tatuajes se emplea el láser, que funciona bien con los colores oscuros, aunque los pigmentos claros son más difíciles de eliminar. A veces, en la micropigmentación más superficial, la calidad del color se reduce con el tiempo, y requiere un retoque para restablecerla”.
Pero estar “a la última” en materia de arte corporal no sólo es una cuestión de estética: requiere seguir algunas recomendaciones sanitarias para evitar riesgos innecesarios en los hijos.
La Consejería de Sanidad de Cantabria (Norte de España) ha publicado una serie de advertencias importantes que deben conocer los jóvenes y sus padres sobre los tatuajes, las cuales recogen algunas de las recomendaciones más habituales de los dermatólogos:
• Hay que asegurarse de que no se padece ningún tipo de alergia a los productos utilizados, ya que de lo contrario se puede sufrir alteraciones en la piel.
• Conviene cerciorarse de que los pigmentos han sido probados cosméticamente para esos fines, ya que se ha informado de casos en los que se han utilizado productos industriales.
• No hay que realizarse un tatuaje si se tiene alguna alteración como pecas, lunares o verrugas en la zona.
• Es imprescindible consultar al médico en caso de tener las defensas bajas, diabetes, hemofilia o enfermedades cardiacas; o si se es portador de VIH, hepatitis B o C.
• Es recomendable esperar algún tiempo antes de tatuarse si se tiene una cicatriz o quemadura reciente, o úlceras en la piel.
• Hay que acudir a la consulta médica si se están tomando medicamentos como aspirinas, anticoagulantes o vasodilatadores.
• No hay que exponer la zona donde se realizará el tatuaje o piercing a los rayos solares o UVA.
• Con el paso del tiempo los tatuajes se deforman y pueden resultan finalmente antiestéticos.
• Siempre hay que informarse sobre los productos que se van a aplicar: algunos de ellos pueden provocar reacciones alérgicas, ampollas, manchas y enrojecimiento de la piel, debido a su alto contenido de colorantes.
Fuente:
Mujer Hoy.com
18/06/09
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