LD (Europa Press) Además, también son más proclives a tener una piel seca y un cabello reseco, según aseguró hoy el jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Julián Conejo-Mir, quien también preside la Academia Española de Dermatología y Venereología AEDV).
En este sentido, afirmó Conejo-Mir en el marco del Congreso Nacional que la entidad que preside está celebrando estos días en Madrid coincidiendo con su centenario, el riesgo de sufrir arrugas prematuras es mayor en las mujeres fumadoras que en los hombres, que "sólo" duplican su riesgo, y está ligado a un factor hormonal. Así, explicó que los andrógenos (hormonas sexuales masculinas) no tienen tanta interacción con el tejido de la piel y el tabaco como los estrógenos (las femeninas), cuya ausencia afecta a las arteriolas de la dermis y dificulta la cicatrización de la piel.
El tabaco altera el equilibrio entre la elastasa y su mayor regulador, el inhibidor de la alfa 1-proteinasa, lo que favorece la ruptura de las fibras elásticas que soportan la piel y le dan resistencia. Además, la acumulación de desechos de elastina en la dermis va seguida de una degeneración del colágeno que la rodea, distorsionando la piel y facilitando la formación de arrugas, explicó el doctor Conejo-Mir.
Del mismo modo, el aumento de los radicales libres, elementos químicos que dañan las membranas de las células, favorece una destrucción de los tejidos cutáneos del rostro mientras que la nicotina provoca también vasoconstricción y dificulta la oxigenación de los tejidos.
Las arrugas de los fumadores, además, son diferentes de las del resto de población y las que aparecen en los ojos suelen ser más estrechas y profundas con contornos bien marcados, según Conejo-Mir. El color de la piel es más pálido y cercano a un amarillo grisáceo, mientras que el cabello se reseca y quiebra con más facilidad.
En cualquier caso, aseguró este experto, la aparición de arrugas en las mujeres fumadoras "no está relacionado con el gesto de llevarse el cigarro a la boca o por arrugar la cara a la hora de fumar".
El doctor Conejo-Mir insistió en que el daño prematuro de la piel está "directamente relacionado con todos los vicios del ser humano", además del aumento de la tanorexia que se sigue detectando en España por "el afán de la gente de querer estar siempre morenos" cuando, advirtió, así "lo único que se consigue es estar preenfermo".
Con el alcohol, la piel "una porquería"
En este sentido, advirtió de que el consumo de alcohol desde edades tempranas favorece que "no sólo el hígado sino también la piel acaben siendo una porquería". Este dermatólogo aseguró que se provoca una alteración del sistema inmunológico que provoca contínuas infecciones de repetición, como el acné, "muy habitual en los bebedores habituales".
Asimismo, se deprime la actividad osteoblástica asociada a alteraciones del metabolismo del calcio, fósforo y magnesio, además de alterar la síntesis de la vitamina D, mientras que la actividad del sistema circulatorio también se ve mermada influyendo así en la nutrición de los tejidos.
Según el presidente de la AEDV, es necesario que los más jóvenes sean conscientes de los efectos negativos y visibles que puede provocar el alcohol y otras drogas, para lo que ayuda la imagen que ofrecen personajes públicos como Amy Whitehouse, quien "ha ayudado mucho a los dermatólogos porque ayuda a los jóvenes a concienciarse de los daños que conlleva su consumo".Este experto insistió en que el consumo de las llamadas "comidas basuras" también favorece la aparición de acné en la cara, "pero no por la grasa de estos alimentos sino por los hidratos de carbono", que alteran el metabolismo lipídico, mientras que el estrés también agrava múltiples dermatosis y favorece la aparición de arrugas en la piel.
Fuente:
Libertad Digital
19/06/09
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