CÓRDOBA. El verano es la época perfecta para lucir una piel radiante, pero también para extremar las precauciones y mimar su cuidado de manera constante con hidratación, nutrición y protección.
La exposición excesiva al sol y los efectos del envejecimiento cronológico dejan huella. De hecho, según algunos expertos, a partir de los 30 años, el recambio cutáneo se ralentiza y comienzan a aparecer los primeros signos del envejecimiento como son las manchas, arrugas o descolgamientos. Es fundamental la prevención a través de unos hábitos saludables y la realización periódica de diversos tratamientos estéticos.
Las alteraciones producidas en la piel por el efecto envejecimiento, bien sea solar o cronológico, pueden frenarse notablemente mediante la aplicación regular de productos cosméticos adecuados y la realización de tratamientos como los «peelings». Esta técnica, cuyo nombre proviene del inglés «peel», que significa pelar, tiene por objetivo corregir las manifestaciones del envejecimiento cutáneo tales como manchas, secuelas de acné, poro abierto, arrugas superficiales o signos incipientes de flacidez.
Según la profundidad de la piel tratada, se distinguen los «peelings» superficiales, medios y profundos. En diferente medida, cualquiera de ellos mejoran la salud de la piel al favorecer la regeneración cutánea, lo cual le otorga una aspecto más uniforme, previene la formación de manchas, el rostro se ilumina y la tez aparece más radiante.
El envejecimiento cutáneo asociado a la exposición solar prolongada, se caracteriza entre otras alteraciones, por la aparición de manchas de origen melánico. Estas alteraciones de la pigmentación también pueden asociarse al embarazo (cloasma gravídico o «paño»), ingesta de anticonceptivos y otros medicamentos, reacciones de fotosensibilidad a cosméticos (perfumes, depilatorios), predisposición genética, etc.
La mayoría de las consultas de estética ofrecen ya remedios contra este tipo de manchas. Los tratamientos despigmentantes inciden sobre el proceso de formación de la melanina por lo que el efecto no es inmediato, sino que las manchas comienzan a difuminarse progresivamente a través de la repetición de los tratamientos y siguiendo recomendaciones de cuidados del especialista. Además, los expertos suelen recomendar el uso de cremas de protección solar extrema para evitar la reaparición de las manchas en la piel.
El uso de un tipo de luz especial que se utiliza en esta técnica permite valorar el grado de profundidad de las manchas así como el estado de hidratación de la piel y la existencia de otras lesiones de fotoenvejecimiento que permiten personalizar el tratamiento adaptándolo a cada caso y consiguiendo mejorar los resultados.
La exposición excesiva al sol y los efectos del envejecimiento cronológico dejan huella. De hecho, según algunos expertos, a partir de los 30 años, el recambio cutáneo se ralentiza y comienzan a aparecer los primeros signos del envejecimiento como son las manchas, arrugas o descolgamientos. Es fundamental la prevención a través de unos hábitos saludables y la realización periódica de diversos tratamientos estéticos.
Las alteraciones producidas en la piel por el efecto envejecimiento, bien sea solar o cronológico, pueden frenarse notablemente mediante la aplicación regular de productos cosméticos adecuados y la realización de tratamientos como los «peelings». Esta técnica, cuyo nombre proviene del inglés «peel», que significa pelar, tiene por objetivo corregir las manifestaciones del envejecimiento cutáneo tales como manchas, secuelas de acné, poro abierto, arrugas superficiales o signos incipientes de flacidez.
Según la profundidad de la piel tratada, se distinguen los «peelings» superficiales, medios y profundos. En diferente medida, cualquiera de ellos mejoran la salud de la piel al favorecer la regeneración cutánea, lo cual le otorga una aspecto más uniforme, previene la formación de manchas, el rostro se ilumina y la tez aparece más radiante.
El envejecimiento cutáneo asociado a la exposición solar prolongada, se caracteriza entre otras alteraciones, por la aparición de manchas de origen melánico. Estas alteraciones de la pigmentación también pueden asociarse al embarazo (cloasma gravídico o «paño»), ingesta de anticonceptivos y otros medicamentos, reacciones de fotosensibilidad a cosméticos (perfumes, depilatorios), predisposición genética, etc.
La mayoría de las consultas de estética ofrecen ya remedios contra este tipo de manchas. Los tratamientos despigmentantes inciden sobre el proceso de formación de la melanina por lo que el efecto no es inmediato, sino que las manchas comienzan a difuminarse progresivamente a través de la repetición de los tratamientos y siguiendo recomendaciones de cuidados del especialista. Además, los expertos suelen recomendar el uso de cremas de protección solar extrema para evitar la reaparición de las manchas en la piel.
El uso de un tipo de luz especial que se utiliza en esta técnica permite valorar el grado de profundidad de las manchas así como el estado de hidratación de la piel y la existencia de otras lesiones de fotoenvejecimiento que permiten personalizar el tratamiento adaptándolo a cada caso y consiguiendo mejorar los resultados.
Fuente:
Abc.es
26 de Junio de 2008
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