Están por todas partes, desde la televisión o Internet, hasta en el papel doblado que le pasa una madre a otra en la puerta del colegio. Son las “dietas milagro”, tal como las han bautizado, desde hace pocos años, los especialistas.
Basta con pasearse por un quiosco para darse cuenta de que hay, por lo menos, cinco revistas dedicadas, en exclusiva, al tema de nutrición. Pero las dietas para bajar de peso no son sólo patrimonio de estas publicaciones. Promesas como “Pierda 4-6-10 kilos”, “Adelgazar es fácil” o ”La dieta 100% zen” inundan las revistas de moda.
Parece anecdótico, pero en una sociedad donde una de cada cuatro personas tiene sobrepeso, resultan una tentación constante. El lado menos glamoroso de estas dietas, que generalmente usan como reclamo a figuras del “star sistem”, está en que pueden representar riesgos importantes para la salud.
Cómo reconocerlas
Es tal la preocupación por las “dietas milagro”, que muchos organismos -como los colegios de farmacéuticos- alertan frecuentemente sobre sus peligros. Está planeado inaugurar un observatorio para tratar de detectarlas e informar sobre sus perjuicios.
Según este observatorio, los signos que permiten conocer uno de estos regímenes, que se caracterizan por no tener fundamento científico, son las promesas de pérdida de peso rápida (más de 5 kilos por mes), que se pueden lograr sin esfuerzo ni cambios y que no representan riesgos para la salud.
Estas dietas fallan porque las personas las abandonan pronto a causa de su monotonía: ofrecen poca variedad de alimentos y son incompatibles con la vida diaria. Al no ser coincidentes con los hábitos alimentarios y la cultura gastronómica del país, la persona se siente excluida por su entorno social, se cansa y abandona.
Durante la dieta la persona no ha aprendido a comer de forma saludable y no ha corregido los hábitos que causaron el sobrepeso inicial. Cuando abandona la dieta hipocalórica y vuelve a los viejos hábitos, se produce un aumento de peso en masa grasa. No se recupera el músculo perdido, ya que la pérdida con estas dietas es de tejido muscular.
Un régimen siempre debe ser personalizado y elaborado por un profesional acreditado. No obstante, hay grupos que deben tener especial cuidado antes de someterse a una dieta: los mayores, los niños, los diabéticos, las personas con sobrepeso, hipertensión o colesterol alto y quienes padecen algún déficit nutricional.
Basta con pasearse por un quiosco para darse cuenta de que hay, por lo menos, cinco revistas dedicadas, en exclusiva, al tema de nutrición. Pero las dietas para bajar de peso no son sólo patrimonio de estas publicaciones. Promesas como “Pierda 4-6-10 kilos”, “Adelgazar es fácil” o ”La dieta 100% zen” inundan las revistas de moda.
Parece anecdótico, pero en una sociedad donde una de cada cuatro personas tiene sobrepeso, resultan una tentación constante. El lado menos glamoroso de estas dietas, que generalmente usan como reclamo a figuras del “star sistem”, está en que pueden representar riesgos importantes para la salud.
Cómo reconocerlas
Es tal la preocupación por las “dietas milagro”, que muchos organismos -como los colegios de farmacéuticos- alertan frecuentemente sobre sus peligros. Está planeado inaugurar un observatorio para tratar de detectarlas e informar sobre sus perjuicios.
Según este observatorio, los signos que permiten conocer uno de estos regímenes, que se caracterizan por no tener fundamento científico, son las promesas de pérdida de peso rápida (más de 5 kilos por mes), que se pueden lograr sin esfuerzo ni cambios y que no representan riesgos para la salud.
Estas dietas fallan porque las personas las abandonan pronto a causa de su monotonía: ofrecen poca variedad de alimentos y son incompatibles con la vida diaria. Al no ser coincidentes con los hábitos alimentarios y la cultura gastronómica del país, la persona se siente excluida por su entorno social, se cansa y abandona.
Durante la dieta la persona no ha aprendido a comer de forma saludable y no ha corregido los hábitos que causaron el sobrepeso inicial. Cuando abandona la dieta hipocalórica y vuelve a los viejos hábitos, se produce un aumento de peso en masa grasa. No se recupera el músculo perdido, ya que la pérdida con estas dietas es de tejido muscular.
Un régimen siempre debe ser personalizado y elaborado por un profesional acreditado. No obstante, hay grupos que deben tener especial cuidado antes de someterse a una dieta: los mayores, los niños, los diabéticos, las personas con sobrepeso, hipertensión o colesterol alto y quienes padecen algún déficit nutricional.
Fuente:
Agencia Nova
4 de Junio de 2008
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