El desayuno se ha convertido en la comida más rápida y esquiva del día. La mayoría de los nutricionistas creen que esta práctica no es saludable, sobre todo si se está tratando de controlar el peso y de llevar una dieta equilibrada y sana
Por Ivelisse Santos / El Caribe
Martes 17 de junio del 2008 actualizado a las 1:00 AM
En el transcurso de la mañana es cuando más actividades se desarrollan. Los escolares se enfrentan a una jornada dura de actividad física e intelectual en una etapa de crecimiento importante, mientras que muchos adultos pasan entre 8 y 10 horas, en plena tarea laboral, sin probar bocado hasta la hora del almuerzo.
Un desayuno nutritivo que contenga los grupos de alimentos que ayudan a conseguir el equilibrio en la alimentación debe contener, según Ricardo Kholer, nutricionista de Forma Vital, cereales, lácteos y frutas. “Es una costumbre que puede llevarte sólo entre 15 y 30 minutos cada mañana y sus beneficios se notarán durante toda la jornada matinal.
En cuanto a la cantidad que se debe ingerir, dependerá de las características y necesidades de cada persona”, dice Kholer.
Según diversos estudios, se ha demostrado que la primera comida del día ayuda a pensar con rapidez, a prestar más atención y a comunicarse apropiadamente con el entorno.
Es importante tener en cuenta que el cerebro se alimenta de glucosa y funciona a través de ella. Por tanto, el desayuno debe aportar 140 gramos de esa sustancia, que de no ser ingerida estará obligado a reemplazar por grasas, fuente de reserva, aunque bastante menos eficaz. Consecuencias del ayuno. De acuerdo con el nutricionista Ricardo Kholer al esquivar el desayuno o no comer apropiadamente estamos haciendo nuestro metabolismo más lento, porque el cuerpo “piensa” que tiene que ahorrar calorías para el resto del día.
Sin un buen desayuno somos más propensos a sentirnos fatigados y sin energía a media mañana, y a sentir la urgencia de comer algo dulce o graso.
Normalmente estos antojitos añaden calorías y gramos de grasa sin proporcionar nutrientes valiosos. Si tomamos un buen desayuno estamos disminuyendo las posibilidades de los ataques de hambre.
En Estados Unidos se han realizado varios estudios que demuestran que los niños que no desayunan no obtienen los mismos resultados que los niños que lo hacen. Aunque los estudios son con niños, los resultados pueden ser generales. El desayuno brinda energía en el momento que más lo necesita.
Provee nutrientes valiosos para tareas físicas e intelectuales. Hay que recordar que la mente no trabaja bien sin tener los nutrientes que necesita y, por ende, la productividad disminuye.
Otros beneficios que brinda este sano hábito
Pejora el rendimiento intelectual. El desayuno favorece capacidades como: la memoria, la concentración y la creatividad.
Proporciona mayor rendimiento físico. Los aportes de nutrientes y energía están directamente relacionados con una buena respuesta física y con la productividad.
El secreto de la alegría. Tomar un buen desayuno eleva los niveles de glucosa en la sangre, que sí son estables, tienen efectos sobre los mensajes positivos que llegan al cerebro.
Mejora tu nutrición. El desayuno cubre las necesidades de nutrientes. Si éste es completo, aporta hidratos de carbono, vitaminas, minerales y fibras.
Ayuda a controlar el peso. Una correcta alimentación desde la primera comida de la mañana evitará que se “pique” entre horas, lo que influye en el peso.
Reparto equilibrado de calorías. Un buen desayuno marca la pauta de las 4 ó 5 comidas diarias, entre las que se distribuyen las calorías equilibradamente si se respetan cantidades y variedad de alimentos.
Alimentos que hay que evitar
Los desayunos ricos en carbohidratos simples llenan el estómago pero no proporcionan los nutrientes que el cuerpo necesita. En este grupo se encuentran los cereales ricos en azucares y grasas, como las tostadas de pan blanco, las francesas, y otras comidas típicas del desayuno.
Hay que evitar las grasas y los azucares.
Los jugos que vienen en cajas o frascos contienen una gran cantidad de azúcar que nadie necesita, por lo que es preferible optar por los naturales.
La mayoría de los cereales tienen mucha azúcar, algunos son enriquecidos con vitaminas y minerales, lo que los hace, a veces, aceptables. Algunos panes como las danesas son ricas en grasas y azucares con muy pocos nutrientes, por lo que se deben evitar.
Fuente:
Elcaribecdn.com
17 de Junio de 2008
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