martes, 3 de junio de 2008

Ponga a punto su reloj biológico, ganará en salud


Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo. Lo dice el Eclesiastés y lo dicen los científicos: la fisiología humana se organiza mediante biorritmos. Hay un tiempo para dormir y un tiempo para vivir, un tiempo para comer y un tiempo para amar… Por la mañana el cerebro necesita glucosa, por la noche descansa mejor si se le administran pequeñas dosis de proteínas. La melatonina se segrega en la oscuridad, cada doce horas, y perder horas de sueño es perder años de juventud.
La oncología, la cardiología y la nutrición, entre otras muchas disciplinas médicas, saben ya que el reloj biológico de los individuos es el termómetro que mejor regula el bienestar humano. Ponerlo en hora ayuda a controlar el peso, aumenta la eficacia de los medicamentos y mejora la salud. En pocas palabras, prolonga la vida.
Los ritmos biológicos tienen una influencia decisiva en la manifestación de las enfermedades cardiovasculares y son utilizados desde hace algún tiempo por los médicos para dosificar los fármacos que controlan la tensión arterial, y el colesterol, que 'se sintetiza entre las 12 de la noche y las 4 de la mañana, por eso las estatinas conviene ingerirlas antes o después de cenar, para que el efecto sea máximo', dice el doctor Juan Tamargo, profesor de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. La presión arterial es más alta entre las 6 de la madrugada y las 10 de la mañana, el momento en que se pasa del sueño a la vigilia 'Eso significa que debo dar medicamentos que cubran al paciente durante 24 horas o uno por la mañana y otro por la tarde', concluye Tamargo.
Si el reloj biológico es un instrumento extremadamente eficaz en el control de la hipertensión también lo es en el control de la obesidad. Los efectos metabólicos de una comida ingerida por la mañana no son los mismos que los de una ingerida por la noche. La nocturna siempre engorda más.
La cronobiología ha demostrado que desde las cinco de la mañana a las cinco de la tarde los nutrientes se utilizan para el gasto energético y de las cinco de la tarde a las cinco de la madrugada son almacenados para la reparación y regeneración de células y tejidos. 'Comer teniendo en cuenta esta máxima permite aumentar la eficacia de los alimentos', explica el especialista en medicina del envejecimiento Carlos Jarne. Los hidratos de carbono, las proteínas y lípidos aportan principalmente energía; las vitaminas, minerales, oligoelementos, ácidos grasos y aminoácidos son reparadoras.
Jarne opina que a primera hora de la mañana conviene beber café o una infusión, ingerir proteínas (huevos, queso y jamón), glúcidos lentos (pan) y grasas saturadas (mantequilla) que autorregulan el colesterol endógeno, ayudando a controlar sus niveles.
El almuerzo debe ser rico en proteínas (carne o pescado), verduras crudas o cocidas, cereales y frutas, especialmente cítricos. La merienda debe aportar azúcares, mejor si vienen de la fruta y los ácidos grasos polisaturados, como los frutos secos. Y la cena debe ser siempre una comida ligera pero rica en proteínas, mejor con pescado que con carne roja, y verduras. Este médico asegura que las carnes rojas ingeridas a partir de las cinco de la tarde dificultan que se fabriquen unos niveles óptimos de serotonina y melatonina, lo cual se traduce en inquietud, compulsión por el chocolate y dificultad para poder conciliar el sueño.El tiempo, un arma para vencer al cáncer
La oncología es una de la disciplinas médicas que más se ha beneficiado de las investigaciones sobre los ritmos biológicos. 'La cronobiología está permitiendo reducir los efectos no deseados de los quimioterápicos sin que pierdan eficacia. Ello se consigue administrando los medicamentos en el momento en que éstos mejor inhiben la proliferación de células cancerígenas o cuando el paciente es más resistente a sus efectos tóxicos', según explica el doctor Juan Tamargo, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. De este modo, se puede aumentar la dosis tolerable para el paciente y mejorar sus resultados terapéuticos.
Está demostrado que algunas células tumorales progresan más en determinados momentos del día y que algunos tipos de tumores crecen también más rápidamente cuando los ritmos de los sujetos están alterados, 'como experimentalmente se ha demostrado en animales que reciben luz por la noche o cuando se les somete a continuos cambios de horario, simulando un jet lang crónico', asegura el doctor Juan Antonio Madrid, profesor de Cronobiología en la Universidad de Murcia.
El problema es que aún son pocos los hospitales y equipos clínicos que en España y en el extranjero recurren a esta ciencia para mejorar la salud y la calidad de vida de sus enfermos.
Sólo el Hospital Paul Brouse de París cuenta con un plan integral (implantado hace 20 años) de atención médica que se rige por los principios de la cronobiología.
La vida en un tictac
Tiempo interno. El ser humano está sometido a un funcionamiento rítmico. Todos tenemos un tiempo interno, recurrente, periódico y bastante predecible. Las funciones fisiológicas, bioquímicas y de comportamiento son periódicas. La incipiente ciencia que estudia los ritmos de las funciones corporales se llama cronobiología.
Ritmo circadiano. Se denomina circadiano al ritmo cercano a las 24 horas que regula algunas de las funciones biológicas del ser humano, como la actividad y el reposo y la temperatura corporal. El ritmo ultradiano regula el pulso cardiaco (1sg), el respiratorio (6 sg), las secreciones hormonales (60 min) y la alternancia de sueño y vigilia (90mn). El ciclo menstrual (28 días) es infradiano.
El reloj está en el cerebro. Los núcleos supraquiasmáticos son unas estructuras cerebrales situadas en el hipotálamo. Reciben información de la retina y constituye el principal reloj biológico, Su alteración o desaparición altera los ritmos del organismo.
Cada enfermedad, a su hora. Los ataques cardiacos se producen, con más frecuencia, entre las 7 y las 12 de la mañana, igual que los picos de hipertensión, las migrañas y el comienzo de la menstruación.
Noche y día. Algunos individuos son matutinos, otros vespertinos. Algunos necesitan dormir sólo seis horas, otros nueve o diez. En cualquier caso, los médicos recomiendan seguir los impulsos del reloj biológico. El sueño no es acumulable y es imprescindible para mantener a punto la memoria, el estado de ánimo y el sistema inmunológico.

Fuente:

Cincodias.com

3 de Junio de 2008



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