La alimentación infantil es un asunto que preocupa a la OCU. Nuestra organización ha emprendido diversas iniciativas para denunciar los problemas y fomentar la adopción de hábitos saludables. No se puede bajar la guardia durante las vacaciones.
La alimentación infantil es un asunto que preocupa a la OCU. Nuestra organización ha emprendido diversas iniciativas para combatir lo que puede convertirse en un serio problema de salud pública. Recientes estudios científicos van en la misma línea.
Se ha hecho público un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, que llega a la conclusión de que los hábitos alimentarios de los niños españoles dejan mucho que desear. Según este estudio, realizado por expertos en nutrición, los niños entre 8 y 12 años consumen grasas y proteínas en exceso, mientras que su ingesta de legumbres, verduras y cereales no llega al ideal.
Como la OCU denunciado en distintas ocasiones, el abuso de determinados alimentos (como carne y platos precocinados) da como resultado ingestas desequilibradas: las calorías de nuestros pequeños, según el informe, provienen mayoritariamente de las proteínas y los lípidos, en vez de tener los hidratos de carbono como fuerte. Y además, prevalece el consumo de ácidos grasos saturados.
Como desde la OCU hemos denunciado en distintas ocasiones, esta alimentación desequilibrada está en la fuente de problemas como el déficit de determinados nutrientes o la obesidad infantil.
Para combatir este problema, es preciso la implicación de todos:
La Administración, desde distintas vertientes, por un lado, fomentando las campañas informativas sobre educación nutricional y por otro, impulsando legislaciones más
Los fabricantes, porque problemas como las grasas ocultas en los alimentos o el azúcar añadida son una realidad que empeora la situación. No bastan buenas intenciones: es necesario que cuiden más la calidad de las grasas que utilizan, sobre todo en alimentos de consumo habitual (galletas o cereales), pero también en otros cuyo consumo debería ser más esporádico (patatas fritas y aperitivos). E informar bien al consumidor de todo ello.
Las familias, trabajando directamente en una reforma de los hábitos nutricionales:
Optando por agua y zumos naturales en vez de refrescos o néctares.
Favoreciendo el consumo de leche sobre el de los postres lácteos, y el del pan de toda la vida, mejor que los bollos o el molde.
Fomentando el consumo de frutas.
Evitando los platos preparados.
Dejando pizza, hamburguesas o perritos para ocasiones especiales.
Y por supuesto, alentando la práctica del ejercicio físico.
En verano, durante las vacaciones, se relajan las costumbres…, pero es preciso no bajar la guardia y conseguir que los pequeños se alimenten bien. Según los expertos de nutrición de la Universidad Complutense, un consumo moderado de helados es beneficioso para la dieta de los niños.
La alimentación infantil es un asunto que preocupa a la OCU. Nuestra organización ha emprendido diversas iniciativas para combatir lo que puede convertirse en un serio problema de salud pública. Recientes estudios científicos van en la misma línea.
Se ha hecho público un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, que llega a la conclusión de que los hábitos alimentarios de los niños españoles dejan mucho que desear. Según este estudio, realizado por expertos en nutrición, los niños entre 8 y 12 años consumen grasas y proteínas en exceso, mientras que su ingesta de legumbres, verduras y cereales no llega al ideal.
Como la OCU denunciado en distintas ocasiones, el abuso de determinados alimentos (como carne y platos precocinados) da como resultado ingestas desequilibradas: las calorías de nuestros pequeños, según el informe, provienen mayoritariamente de las proteínas y los lípidos, en vez de tener los hidratos de carbono como fuerte. Y además, prevalece el consumo de ácidos grasos saturados.
Como desde la OCU hemos denunciado en distintas ocasiones, esta alimentación desequilibrada está en la fuente de problemas como el déficit de determinados nutrientes o la obesidad infantil.
Para combatir este problema, es preciso la implicación de todos:
La Administración, desde distintas vertientes, por un lado, fomentando las campañas informativas sobre educación nutricional y por otro, impulsando legislaciones más
Los fabricantes, porque problemas como las grasas ocultas en los alimentos o el azúcar añadida son una realidad que empeora la situación. No bastan buenas intenciones: es necesario que cuiden más la calidad de las grasas que utilizan, sobre todo en alimentos de consumo habitual (galletas o cereales), pero también en otros cuyo consumo debería ser más esporádico (patatas fritas y aperitivos). E informar bien al consumidor de todo ello.
Las familias, trabajando directamente en una reforma de los hábitos nutricionales:
Optando por agua y zumos naturales en vez de refrescos o néctares.
Favoreciendo el consumo de leche sobre el de los postres lácteos, y el del pan de toda la vida, mejor que los bollos o el molde.
Fomentando el consumo de frutas.
Evitando los platos preparados.
Dejando pizza, hamburguesas o perritos para ocasiones especiales.
Y por supuesto, alentando la práctica del ejercicio físico.
En verano, durante las vacaciones, se relajan las costumbres…, pero es preciso no bajar la guardia y conseguir que los pequeños se alimenten bien. Según los expertos de nutrición de la Universidad Complutense, un consumo moderado de helados es beneficioso para la dieta de los niños.
Fuente:
OCU
27 de Junio de 2008
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