Las grasas que hacen bien. Aprende a conocerlas...
Las vitaminas son micronutrientes que el cuerpo necesita para realizar correctamente sus funciones. Están directamente relacionadas con el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo y la regulación normal de la función celular. La Magíster en Nutrición, del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) y docente de la Universidad Mayor, Rinat Ratner, que para una ingesta adecuada de todos los elementos nutritivos, “lo ideal es una dieta balanceada, que contenga alimentos de todos los grupos, cereales, frutas y verduras de diferentes colores, carnes, lácteos, huevos y aceites vegetales crudos. Así se ingieren todas las vitaminas en forma natural, que es como mejor las absorbe el organismo, y se evita la necesidad de tomar suplementos vitamínicos”.
La principal característica de las vitaminas liposolubles, nos cuenta la nutricionista, es que se disuelven en las grasas y aceites. Este grupo está formado por las vitaminas A, D, E y K o menadiona. A diferencia de las vitaminas hidrosolubles, en que el organismo elimina su exceso a través de la orina, con las liposolubles la tarea no es tan fácil. Si hay exceso de cualquiera de ellas, el cuerpo las metaboliza y luego las deposita en el hígado, o sea, no puede deshacerse de una sobreingesta.
Los ExcesosAunque sabemos que las vitaminas son buenas, esto no significa que sean inofensivas. En el caso de las liposolubles un exceso puede ser peligroso. Como no se eliminan por la orina como las hidrosolubles, se pueden ir acumulando en el hígado llegando a producir complicaciones en él. Además, cada una de ellas trae riesgos asociados a su sobreconsumo:
- Vitamina A: puede producir intoxicaciones, incluso crónica. Los primeros síntomas de ésta última son cabello escaso y áspero, caída parcial de las cejas, grietas en los labios, piel reseca y rugosa. Luego aparecen dolores de cabeza intensos, hipertensión craneal y debilidad generalizada. Pueden aparecer protuberancias óseas y dolores en las articulaciones, especialmente en los niños. Otros síntomas son aumento de tamaño del hígado y el bazo, pérdida de peso y visión borrosa.
- Vitamina D: la intoxicación por esta vitamina, puede aumentar la concentración de calcio en la sangre y producir depósitos cálcicos en cualquier parte del cuerpo, aunque lo más común es en los riñones. La sintomatología comienza con pérdida del apetito, náuseas y vómitos y sed excesiva. Luego se produce aumento en la cantidad de orina, debilidad, nerviosismo e hipertensión arterial.
- Vitamina E: no tiene efectos negativos importantes, sólo aumenta la necesidad de vitamina K. Esto puede provocar hemorragias en personas que toman anticoagulantes.
- Vitamina K: su exceso puede aumentar la ictericia en recién nacidos, producir toxicidad en el feto y producir daños en el hígado.
De todas formas, no hay que vivir buscando estas patologías, pues las sobredosis de estas vitaminas no debieran darse en personas que comen bien. La recomendación más saludable, es no administrar a los niños suplementos vitamínicos al menos que sea por recomendación del pediatra. La sobredosis de estas vitaminas, en general, se produce por el consumo innecesario de vitaminas envasadas.
Las vitaminas son micronutrientes que el cuerpo necesita para realizar correctamente sus funciones. Están directamente relacionadas con el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo y la regulación normal de la función celular. La Magíster en Nutrición, del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) y docente de la Universidad Mayor, Rinat Ratner, que para una ingesta adecuada de todos los elementos nutritivos, “lo ideal es una dieta balanceada, que contenga alimentos de todos los grupos, cereales, frutas y verduras de diferentes colores, carnes, lácteos, huevos y aceites vegetales crudos. Así se ingieren todas las vitaminas en forma natural, que es como mejor las absorbe el organismo, y se evita la necesidad de tomar suplementos vitamínicos”.
La principal característica de las vitaminas liposolubles, nos cuenta la nutricionista, es que se disuelven en las grasas y aceites. Este grupo está formado por las vitaminas A, D, E y K o menadiona. A diferencia de las vitaminas hidrosolubles, en que el organismo elimina su exceso a través de la orina, con las liposolubles la tarea no es tan fácil. Si hay exceso de cualquiera de ellas, el cuerpo las metaboliza y luego las deposita en el hígado, o sea, no puede deshacerse de una sobreingesta.
Los ExcesosAunque sabemos que las vitaminas son buenas, esto no significa que sean inofensivas. En el caso de las liposolubles un exceso puede ser peligroso. Como no se eliminan por la orina como las hidrosolubles, se pueden ir acumulando en el hígado llegando a producir complicaciones en él. Además, cada una de ellas trae riesgos asociados a su sobreconsumo:
- Vitamina A: puede producir intoxicaciones, incluso crónica. Los primeros síntomas de ésta última son cabello escaso y áspero, caída parcial de las cejas, grietas en los labios, piel reseca y rugosa. Luego aparecen dolores de cabeza intensos, hipertensión craneal y debilidad generalizada. Pueden aparecer protuberancias óseas y dolores en las articulaciones, especialmente en los niños. Otros síntomas son aumento de tamaño del hígado y el bazo, pérdida de peso y visión borrosa.
- Vitamina D: la intoxicación por esta vitamina, puede aumentar la concentración de calcio en la sangre y producir depósitos cálcicos en cualquier parte del cuerpo, aunque lo más común es en los riñones. La sintomatología comienza con pérdida del apetito, náuseas y vómitos y sed excesiva. Luego se produce aumento en la cantidad de orina, debilidad, nerviosismo e hipertensión arterial.
- Vitamina E: no tiene efectos negativos importantes, sólo aumenta la necesidad de vitamina K. Esto puede provocar hemorragias en personas que toman anticoagulantes.
- Vitamina K: su exceso puede aumentar la ictericia en recién nacidos, producir toxicidad en el feto y producir daños en el hígado.
De todas formas, no hay que vivir buscando estas patologías, pues las sobredosis de estas vitaminas no debieran darse en personas que comen bien. La recomendación más saludable, es no administrar a los niños suplementos vitamínicos al menos que sea por recomendación del pediatra. La sobredosis de estas vitaminas, en general, se produce por el consumo innecesario de vitaminas envasadas.
Fuente:
Chile.com
5 de Noviembre de 2007
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