Con sencillos cambios en los hábitos de vida podrían reducirse hasta el 95 por ciento de los infartos prematuros
29/11/2007
El fomento de la educación en hábitos saludables y la puesta en marcha de leyes contra el tabaquismo y las grasas "trans", presentes en muchos alimentos, son las claves para enfrentar el aumento en todo el mundo de las muertes por enfermedad cardiovascular.Estas muertes son un fenómeno relacionado con nuestro actual estilo de vida, que afecta a países pobres y ricos y que hasta 2020 seguirá siendo la principal causa de mortalidad en el planeta, según los cálculos de los expertos en cardiología reunidos recientemente en el congreso de la Asociación Americanna del Corazón (AHA) en Orlando, Florida.El doctor Alfonso Castro Beiras, coordinador de la Estrategia en Cardiopatía Isquémica del Sistema Nacional de Salud (SNS), apuesta por impartir en escuelas y universidades una asignatura de educación para la salud que mejore el estilo de vida de las nuevas generaciones y que éstas a su vez inculquen la importancia del ejercicio, el control médico y la dieta sana a sus padres. "Las personas de menor nivel socioeconómico corren más riesgo de sufrir un infarto porque fuman más y comen peor", indicó.Del mismo modo, considera necesario regular desde el Estado temas como el tabaco o el uso de grasas "trans" en los alimentos, asunto, este último, sobre el que piensa que España "debe tomar ejemplo de Estados Unidos dónde próximamente se prohibirán estas sustancias". No obstante, reconoce la dificultad que entraña elaborar estas normas ya que pueden interpretarse de forma errónea como un ataque a la libertad individual y siempre encuentran el rechazo de los empresarios.El doctor Castro Beiras recordó que "el tabaco sigue siendo el factor de riesgo cardiovascular más importante en todo el mundo y que después van los problemas de hipertensión -los más preocupantes en España- dónde asegura que los hábitos poco saludables son fruto "del gran problema de educación en salud que tenemos".Pero esta situación no sólo se vive en los países desarrollados, también los más pobres achacan los efectos del sedentarismo, la mala dieta y el tabaco a edades cada vez más tempranas, con un aumento de las muertes por enfermedad cardiovascular. Según el doctor Castro Beiras, esta situación tenderá a empeorar porque estos países están sufriendo "una nueva epidemia de dolencias cardíacas ligadas a la obesidad" a causa del sedentarismo y las grasas.En este sentido, insistió el doctor José Ramón González Juanatey, catedrático de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, quién destacó que los expertos reunidos en AHA 2007 consideran que "eliminando el tabaco, caminando al menos 30 minutos al día, con una dieta rica en fruta y verdura y controlando la presión arterial, los lípidos y la diabetes podrían reducirse hasta el 95 por ciento de los infartos prematuros equiparando el perfil de estos episodios al de las enfermedades infecciosas".
Fuente:
Medicina TV.com
30 de Noviembre de 2007
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