Realizar actividades aeróbicas ayuda a disminuir enfermedades como sobrepeso, obesidad, diabetes, colesterol e hipertensión.
El ejercicio físico es el elemento inseparable de la prevención y del tratamiento de las alteraciones metabólicas, actualmente reunidas en una nueva enfermedad del siglo XXI: el síndrome metabólico, que enuclea al sobrepeso obesidad, diabetes, hipertensión y alteración de las grasas circulantes y de deposito (colesterol y triglicéridos).Analizando la importancia del ejercicio físico en cada uno de ellos puede decirse que en el sobrepeso y obesidad el ejercicio actúa favoreciendo la lipolisis, dando energía y quemando las grasas, movilizando los depósitos y permitiendo ahorrar las proteínas del organismo. En este caso el ejercicio recomendado es de tipo aeróbico (caminar, cinta, bicicleta, nadar) con una frecuencia de 30 minutos diarios. Si es posible, todos los días debe ser incorporado como estilo de vida y la intensidad debe ser de baja al principio y aumentar cada 15 días, no superando más de 30 pulsaciones la frecuencia del pulso en reposo.En la diabetes, el ejercicio físico es un pilar fundamental en el tratamiento junto con la medicación, dieta y la educación del diabético. Tiene la misma acción que la insulina (hormona que falta en la enfermedad), que consiste en bajar la glucemia, mejorar la circulación periférica y lograr un buen control metabólico.Se aconsejan ejercicios aeróbicos todos los días (mínimos 30 m), de baja intensidad de comienzo y aumento paulatino de acuerdo a la mejoría de la aptitud física.Con respecto a la hipertensión arterial, el ejercicio aeróbico supervisado junto con la dieta hiposódica logra descender las cifras tensiónales a lo normal casi un 50% de los casos sin recurrir a la medicación antihipertensiva. Los ejercicios recomendables son caminar, cinta y bicicleta, todos los días y con baja intensidad.En las alteraciones del metabolismo lipídico -colesterol y triglicéridos- el ejercicio desciende colesterol malo y los triglicéridos (grasas de depósito). Los recomendados son de tipo aeróbicos, realizados con una frecuencia de 4 ó 5 veces por semana, mínimo 30 minutos por día, de baja intensidad al comienzo y aumentar paulatinamente.En conclusión, los ejercicios físicos generan diversos beneficios: mejoran la circulación; oxigenan los tejidos; brindan fuerza y tonifican los músculos; disminuyen grasas; mejoran el esquema corporal; bajan la glucemia; descienden colesterol y triglicéridos; aumentan el buen colesterol; mejoran la presión arterial y dan sensación de bienestar. Los ejercicios anaeróbicos (de fuerza) se indicarán luego que haya neta mejoría del metabolismo aeróbico.Hay que recordar que el ejercicio físico bien indicado y supervisado por personal competente es el elemento más eficaz en la prevención y tratamiento del síndrome metabólico.Dr. Juan Carlos PalomboMédico nutricionistaDeportólogo universitario Docente de la UBA Docente de El Salvador Jefe de nutrición y actividad física del hospital de Clínicas
El ejercicio físico es el elemento inseparable de la prevención y del tratamiento de las alteraciones metabólicas, actualmente reunidas en una nueva enfermedad del siglo XXI: el síndrome metabólico, que enuclea al sobrepeso obesidad, diabetes, hipertensión y alteración de las grasas circulantes y de deposito (colesterol y triglicéridos).Analizando la importancia del ejercicio físico en cada uno de ellos puede decirse que en el sobrepeso y obesidad el ejercicio actúa favoreciendo la lipolisis, dando energía y quemando las grasas, movilizando los depósitos y permitiendo ahorrar las proteínas del organismo. En este caso el ejercicio recomendado es de tipo aeróbico (caminar, cinta, bicicleta, nadar) con una frecuencia de 30 minutos diarios. Si es posible, todos los días debe ser incorporado como estilo de vida y la intensidad debe ser de baja al principio y aumentar cada 15 días, no superando más de 30 pulsaciones la frecuencia del pulso en reposo.En la diabetes, el ejercicio físico es un pilar fundamental en el tratamiento junto con la medicación, dieta y la educación del diabético. Tiene la misma acción que la insulina (hormona que falta en la enfermedad), que consiste en bajar la glucemia, mejorar la circulación periférica y lograr un buen control metabólico.Se aconsejan ejercicios aeróbicos todos los días (mínimos 30 m), de baja intensidad de comienzo y aumento paulatino de acuerdo a la mejoría de la aptitud física.Con respecto a la hipertensión arterial, el ejercicio aeróbico supervisado junto con la dieta hiposódica logra descender las cifras tensiónales a lo normal casi un 50% de los casos sin recurrir a la medicación antihipertensiva. Los ejercicios recomendables son caminar, cinta y bicicleta, todos los días y con baja intensidad.En las alteraciones del metabolismo lipídico -colesterol y triglicéridos- el ejercicio desciende colesterol malo y los triglicéridos (grasas de depósito). Los recomendados son de tipo aeróbicos, realizados con una frecuencia de 4 ó 5 veces por semana, mínimo 30 minutos por día, de baja intensidad al comienzo y aumentar paulatinamente.En conclusión, los ejercicios físicos generan diversos beneficios: mejoran la circulación; oxigenan los tejidos; brindan fuerza y tonifican los músculos; disminuyen grasas; mejoran el esquema corporal; bajan la glucemia; descienden colesterol y triglicéridos; aumentan el buen colesterol; mejoran la presión arterial y dan sensación de bienestar. Los ejercicios anaeróbicos (de fuerza) se indicarán luego que haya neta mejoría del metabolismo aeróbico.Hay que recordar que el ejercicio físico bien indicado y supervisado por personal competente es el elemento más eficaz en la prevención y tratamiento del síndrome metabólico.Dr. Juan Carlos PalomboMédico nutricionistaDeportólogo universitario Docente de la UBA Docente de El Salvador Jefe de nutrición y actividad física del hospital de Clínicas
Fuente:
Devoto Magazine
15/07/09
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