BORJA VALCARCE El consumo de la dieta mediterránea y de su ingrediente base, el aceite de oliva, ayuda al organismo en la prevención de enfermedades como el cáncer de mama, la diabetes, el Alzheimer e, incluso, mejora el estado de ánimo disminuyendo la posibilidad de sufrir depresiones. Rey de la cocina y de la mesa española, el aceite de oliva tiene una serie de propiedades beneficiosas para el cuerpo que lo dotan de gran importancia dentro del campo de la nutrición y la alimentación. En un campo hasta hace pocos años conocido comienzan a resonar nombres como picual, marteña, hojiblanca, picuda, arbequina, empeltre o cornicabra. Todas ellos son denominaciones extrañas para los que aún no se han adentrado en el mundo del aceite de oliva y de las variedades de aceitunas de las que se obtiene.Al ser la base de la cocina, "la elección del tipo de aceite es crucial porque es una decisión que afecta casi al 30% de las calorías que consumimos al día", afirmó Lluís Serra, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Pero no solo eso, el aceite de girasol "hace descender el colesterol total", pero el de oliva "aumenta el denominado colesterol bueno", y esto "es más beneficioso que un descenso global", matizó. Se puede pensar que el aceite sigue siendo una grasa, pero no se tiene en cuanta que es monoinsaturada; y, como recordó Serra, también presidente de la Fundación para la Dieta Mediterránea, "no se trata de decirle sí o no a la grasa, sino de saber cuál es la calidad de la grasa". En este sentido, el aceite de oliva tiene "propiedades sobre la insulina, protege del cáncer de mama y de enfermedades degenerativas como el Alzheimer", afirmó. Y la razón se encuentra en que los ácidos grasos que porta el aceite "recubren y defienden las membranas de la células". Asimismo, estudios sobre nutrición llevados a cabo en la ULPGC, han demostrado que las personas alimentadas según el recetario mediterráneo "son menos propensas a la obesidad, ya que se basa en alimentos de baja caloría pero de mucho volumen". Y eso no es todo, también afecta al estado de ánimo. Las comidas tipo fast food, predisponen a las personas "a sufrir depresiones", mientras que las frugales y variadas "mejoran" el carácter, recalcó Serra. Todas estas propiedades beneficiosas para el organismo humano se complementan con la buena marcha de la economía doméstica. Se tiende a pensar que es mejor utilizar aceites como el de girasol en detrimento del de oliva por su baratura. Sin embargo, para las frituras por ejemplo, es mejor este último, ya que su temperatura de ebullición es más alta que el de semillas: 130 grados frente a los 200 que necesita el de oliva. "Al calentarse más despacio permite su reutilización. No se quema. Y se utiliza en menor cantidad porque penetra menos en los alimentos", defendió Serra.
Fuente:
La Provincia.es
21/07/09
http://www.laprovincia.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009072100_5_245661__Sociedad-y-Futuro-aceite-oliva-protege-cancer-mama-Alzheimer
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