Para que no pierdas el estilo de este verano, utiliza unos consejos para el cuidado de tu piel1. Comer mal: no olvides la importancia que tiene para la piel una alimentación consciente.
El agua y el aceite son indispensables para evitar la sequedad de la piel.
Bebe dos litros de agua al día y consume frutas con gran contenido líquido.
Aliña tus ensaladas con una generosa porción de aceite de oliva.
Aumenta tu consumo de fibra y de productos ricos en betacarotenos (alimentos de color naranja).
2. Aire acondicionado: los cambios bruscos de temperatura son los grandes enemigos de la belleza pues provocan dilataciones constantes en los capilares cutáneos.
Además, la piel se reseca en profundidad.
Procura alejarte de las salidas de aire acondicionado y regula su temperatura. Bebe mucha agua y refuerza la hidratación de la piel.
3. Dormir poco: un descanso adecuado es fundamental para mantener la salud de la piel.
También alivia el nerviosismo y el estrés que van dejando marcas cutáneas.
Para ayudar a un buen dormir puedes darte un baño de pies con esencias tranquilizantes como valeriana, lavanda o melisa. Una crema de jalea real tiene un excelente efecto sobre pieles cansadas.
En caso de ojeras, dan muy buen resultado algodones fríos empapados en una infusión de manzanilla.
4. Bebidas gaseosas: contienen muchas calorías y no aportan ningún nutriente.
Sustitúyelas por agua, jugos de frutas naturales o infusiones heladas.
Éstas te proporcionarán mayor hidratación y una buena cantidad de vitaminas y minerales.
5. Alcohol: reseca la piel y es un gran responsable de la formación de radicales libres.
publicidadTambién dificulta el aprovechamiento de las vitaminas y minerales ingeridas con la comida.
Para contrarrestar sus efectos, bebe mucha agua al día siguiente.
6. Sal: un baño en el mar relaja, tonifica, activa la circulación y resulta beneficioso para determinadas afecciones cutáneas.
Sólo tiene un pequeño inconveniente: la sal queda pegada a la piel, contribuyendo a su deshidratación, efecto potenciado por el sol.
Si no hay ducha de agua dulce en la playa, puedes llevar un difusor con agua para sacarte la sal de al menos el cutis y el cabello para luego aplícate un protector solar.
7. Cloro: el agua clorada reseca la piel y, sobre todo, el cabello.
Lo ideal es usar un gorro de baño pero si no te gusta esa opción recuerda enjuagarte con agua cada vez que salgas de la piscina.
Además, puedes utilizar un reparador capilar.
8. Viajes: la piel se resiente de una u otra manera dependiendo del medio de transporte.
Por ejemplo, la cabina de un avión reseca la piel en profundidad, mientras que en un barco hay que protegerse del viento, de las partículas de sal y del sol.
Otro tipo de transporte puede tener aire acondicionado que también le quita flexibilidad a la piel.
Siempre lleva contigo un vaporizador con agua de rosas y limpia tu piel el mismo día de llegada a tu destino.
Para trayectos largos, vale la pena llevar gel de Aloe vera para aplicarse cada cierto rato.
9. Viento: también reseca la piel y atenúa el calor, haciendo más peligrosa la exposición al sol.
En días de mucho viento hay que utilizar una protección solar más elevada y, al llegar a casa, hidratar la piel generosamente.
10. Sol: de quemaduras a cáncer a la piel son los efectos del sol.
Debes tomar el sol de manera progresiva y con protección adecuada.
No hay que olvidar zonas como el escote, los párpados, las orejas, el contorno de ojos y los labios. Bebe mucho líquido y después de la exposición aplica un buen aftersun.
(fuente/hola.com)
El agua y el aceite son indispensables para evitar la sequedad de la piel.
Bebe dos litros de agua al día y consume frutas con gran contenido líquido.
Aliña tus ensaladas con una generosa porción de aceite de oliva.
Aumenta tu consumo de fibra y de productos ricos en betacarotenos (alimentos de color naranja).
2. Aire acondicionado: los cambios bruscos de temperatura son los grandes enemigos de la belleza pues provocan dilataciones constantes en los capilares cutáneos.
Además, la piel se reseca en profundidad.
Procura alejarte de las salidas de aire acondicionado y regula su temperatura. Bebe mucha agua y refuerza la hidratación de la piel.
3. Dormir poco: un descanso adecuado es fundamental para mantener la salud de la piel.
También alivia el nerviosismo y el estrés que van dejando marcas cutáneas.
Para ayudar a un buen dormir puedes darte un baño de pies con esencias tranquilizantes como valeriana, lavanda o melisa. Una crema de jalea real tiene un excelente efecto sobre pieles cansadas.
En caso de ojeras, dan muy buen resultado algodones fríos empapados en una infusión de manzanilla.
4. Bebidas gaseosas: contienen muchas calorías y no aportan ningún nutriente.
Sustitúyelas por agua, jugos de frutas naturales o infusiones heladas.
Éstas te proporcionarán mayor hidratación y una buena cantidad de vitaminas y minerales.
5. Alcohol: reseca la piel y es un gran responsable de la formación de radicales libres.
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Para contrarrestar sus efectos, bebe mucha agua al día siguiente.
6. Sal: un baño en el mar relaja, tonifica, activa la circulación y resulta beneficioso para determinadas afecciones cutáneas.
Sólo tiene un pequeño inconveniente: la sal queda pegada a la piel, contribuyendo a su deshidratación, efecto potenciado por el sol.
Si no hay ducha de agua dulce en la playa, puedes llevar un difusor con agua para sacarte la sal de al menos el cutis y el cabello para luego aplícate un protector solar.
7. Cloro: el agua clorada reseca la piel y, sobre todo, el cabello.
Lo ideal es usar un gorro de baño pero si no te gusta esa opción recuerda enjuagarte con agua cada vez que salgas de la piscina.
Además, puedes utilizar un reparador capilar.
8. Viajes: la piel se resiente de una u otra manera dependiendo del medio de transporte.
Por ejemplo, la cabina de un avión reseca la piel en profundidad, mientras que en un barco hay que protegerse del viento, de las partículas de sal y del sol.
Otro tipo de transporte puede tener aire acondicionado que también le quita flexibilidad a la piel.
Siempre lleva contigo un vaporizador con agua de rosas y limpia tu piel el mismo día de llegada a tu destino.
Para trayectos largos, vale la pena llevar gel de Aloe vera para aplicarse cada cierto rato.
9. Viento: también reseca la piel y atenúa el calor, haciendo más peligrosa la exposición al sol.
En días de mucho viento hay que utilizar una protección solar más elevada y, al llegar a casa, hidratar la piel generosamente.
10. Sol: de quemaduras a cáncer a la piel son los efectos del sol.
Debes tomar el sol de manera progresiva y con protección adecuada.
No hay que olvidar zonas como el escote, los párpados, las orejas, el contorno de ojos y los labios. Bebe mucho líquido y después de la exposición aplica un buen aftersun.
(fuente/hola.com)
Fuente:
El Mañana
2/07/09
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