Una buena alimentación ayuda a conseguir un mayor rendimiento en el puesto de trabajo
11-12-2007
Comer en el trabajo es cada vez más habitual por los problemas de transporte y las jornadas partidas. ARCHIVO
Luis M. Ontoso
La alimentación es un aspecto central en nuestras vidas. Una dieta equilibrada no sólo resulta necesaria para mantener unas buenas condiciones de salud, sino que comer bien es, además, imprescindible para conseguir un mayor rendimiento en nuestro puesto de trabajo. Así queda reflejado en el estudio Food At Work, realizado por la Organización Internacional de Trabajadores, publicado en 2005, en el que se indica que el incremento de una kilocaloría en la dieta diaria de cada persona supone un aumento de un 2,27% en su productividad laboral.
Pero lo cierto es que, cada vez más, debido a las jornadas laborales partidas y las dificultades de transporte, comer en casa es un lujo para unos pocos. Algunas veces la alimentación en el entorno laboral es considerada como un elemento secundario o, incluso, un estorbo para seguir trabajando.
Comer fuera de casa resulta habitual para la mayor parte de los trabajadores, que a veces acuden a la solución más sencilla y rápida: bocadillos u otros alimentos generalmente muy grasos, cuyo consumo, si no se reduce, puede acarrear las consecuencias de una alimentación desequilibrada.
La energía del desayuno
Para elaborar una dieta saludable, Begoña Gorricho, dietista de Sodexho, multinacional de restauración, señala que el principal requisito es distribuir los tipos de alimentos a lo largo de la semana de forma que se cubran todas las necesidades nutricionales. «Podríamos decir que la dieta equilibrada es aquella que incluye todos los grupos de alimentos en una proporción adecuada y con una frecuencia semanal correcta».
Da igual que se trate de una actividad que requiera un nivel mayor de esfuerzo físico o de un trabajo sedentario: el profesional debe aprender a armonizar una rutina de alimentación equilibrada con las características y horarios del lugar en el que trabaja.
Para evitar picar entre horas, debemos dedicar tiempo a elaborar un desayuno completo, que ha de cubrir el 25% de las necesidades energéticas que consumimos durante el día. Lácteos, cereales y frutas son algunos de los componentes que deben estar presentes al comienzo del día. «Yo siempre digo que es mejor hacer cinco comidas adecuadas (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) que picar durante el día, pero también depende de qué es lo que se pique. Si te haces un bocadillo de jamón serrano o jamón york no hay ningún problema», explica Gorricho.
La tentación del picoteo
El estudio de la consultoría Quota Research, Hábitos de vida saludables, publicado el mes pasado, pone de manifiesto que seis de cada diez trabajadores españoles conocen la existencia de grasas saturadas e insaturadas (perjudiciales y beneficiosas para el organismo, respectivamente) y que los desequilibrios en la dieta se deben en la mayoría de los casos a que los trabajadores españoles ceden a la tentación del «picoteo» de dulces, bollos, snacks y toda aquella comida menos nutritiva. «La realidad es que los trabajadores españoles saben en términos generales lo que es una dieta saludable y variada, pero finalmente escogen combinaciones que no son tan sanas», concluye Rafael Malo de Molina, director general de Quota Research.
Fuente:
Hoy Inversión
11 de Diciembre de 2007
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