Madrid, España -- La piel es el órgano más visible del cuerpo y de ella depende en gran parte nuestro aspecto físico, ya que juega un papel primordial en las funciones de socialización y comunicación. La apariencia física influye directamente en cómo nos percibe y nos acoge la sociedad, lo que motiva que las personas con enfermedades dermatológicas, que ven alterado su aspecto físico, sufran consecuencias sobre su estado psicológico.Cuando sienten que la belleza le da la espalda muchas personas sufren. Se trata de un “sentimiento al que la sociedad actual conduce a muchas personas con este tipo de manifestaciones en su piel”, según la dermatóloga del Hospital Universitario de Canarias, la doctora Marta García Bustínduy.El acné, la psoriasis, el vitíligo o la alopecia areata son las afecciones de la piel que más distorsionan la imagen corporal, mientras que la dermatitis atópica y la urticaria molestan más por el intenso prurito al que se asocian. Todas afectan, de forma muy importante, a la calidad de vida del paciente.Todas estas patologías pueden “comenzar o empeorar como consecuencia de factores psíquicos como el estrés, la ansiedad o la depresión”, según el doctor Antonio Rodríguez Pichardo, coordinador del Grupo Español de Dermatología y Psiquiatría.A su vez, existen otras patologías dermatológicas que revelan un “claro trastorno psiquiátrico”, como son la tricotilomania, que radica en arrancarse el pelo uno mismo de forma recurrente, o la dermatitis artefacto, que consiste en autolesionarse la piel.Problema en las aulasNo obstante la persona que sufre alguno de estos trastornos debe saber que para aliviarlo puede beneficiarse de diversas estrategias psicológicas destinadas a que tome conciencia de su enfermedad, la acepte, conozca y no sienta vergüenza de su aspecto.La alopecia areata o el vitíligo son los trastornos que más afectan a los niños, porque “aparecen en lugares muy visibles y puede ser motivo de sufrimiento, sobre todo cuando se originan críticas entre los compañeros de colegio”, según Rodríguez Pichardo. Durante la adolescencia, la dermatosis con más consecuencias psiquiátricas es el acné, ya que puede originar depresión y aislamiento. El adolescente se siente rechazado por las personas del sexo opuesto.La psoriasis y la dermatitis atópica son las patologías dermatológicas más frecuentes en la edad adulta, que pueden motivar vergüenza a la hora de exhibirse en la playa o de mantener relaciones sexuales. También las arrugas y las manchas de la piel, debidas a la edad, pueden originar “depresión y aislamiento, en una sociedad en el que el culto a la belleza está por encima de muchas cosas y los mayores son considerados personas de segunda categoría”, recalca el doctor Rodríguez Pichardo. El estrecho vínculo entre las dolencias de la mente y de la piel, está conduciendo a una nueva manera de abordar la dermatología, que consiste en establecer un esquema circular en el que el paciente sea el centro y todas las personas que puedan colaborar en el proceso de la enfermedad lo hacen en paralelo, desde el médico hasta las enfermeras.La primera entrevista es fundamental para detectar situaciones como el estrés, que puede ser un desencadenante de un brote de psoriasis, indagar sobre el estilo de vida del paciente y su situación personal y laboral. De ahí se dan unas pautas de educación en salud, como por ejemplo el manejo de ese estrés. Con esta intervención de las enfermeras se consigue que el paciente se sienta aliviado “ya sólo por el hecho de que alguien le entienda”, sea más “fiel” a la consulta y se adhiera mejor al tratamiento.
Fuente:
HoyInternet.com
21 de Mayo de 2008
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