martes, 20 de mayo de 2008

Actividad física y vida sana para evitar la enfermedad


Dicen que somos lo que comemos. Pero parece que también somos lo que nos movemos. Los investigadores han encontrado puntos en común entre dieta y cáncer. En una mala alimentación, rica en grasas y calorías, está la clave. Y, como una cosa lleva a la otra, la obesidad es uno de sus principales riesgos. Se ha comprobado que las personas con sobrepeso tienen más 'papeletas' de padecer determinados tumores (mama en mujeres posmenopáusicas, colon, endometrio y recto) que la población con peso normal.Por eso, los especialistas aconsejan huir del sedentarismo y apostar por el ejercicio físico. Según la Asociación Española contra el Cáncer, existen suficientes evidencias científicas que demuestran que una vida activa físicamente puede proteger, en especial, frente al cáncer de colon y de mama. De hecho, expertos como el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Ramón Colomer, sostiene que la lucha contra el cáncer es más una cuestión de hábitos de vida que exclusivamente de nutrición. Son varios factores interrelacionados: dieta, obesidad y actividad física. Y se suelen estudiar así, en conjunto, como manifiesta el doctor Antonio Agudo, del Instituto Catalán de Oncología.Por supuesto, en el 'kit' entra también el consumo de alcohol y tabaco, dos de los principales aliados del cáncer. Pero, además, hay indicios de que los factores ambientales y psciológicos influyen en la aparición de ciertos tipos de tumores. El estrés, por ejemplo, podría ser uno de ellos. Según el oncólogo Juan Pedro Arbizu, «modifica la dinámica neuroendocrina y, por tanto, puede afectar a las condiciones y el comportamiento inmunes del organismo». Agentes externosTodo está en fase de estudio. Lo mismo que la posibilidad de que el medio ambiente también afecte. De momento, se conoce el peligro de los rayos solares. Pero ahora, además, se cuestiona el papel de la contaminación industrial como amenaza. Un trabajo del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III la vincula con la aparición del cáncer. Así, advierte de que vivir en zonas como Cádiz, Huelva, Cataluña o Asturias implica un riesgo hasta tres veces mayor de contraer un tumor de pulmón, laringe o tejido conjuntivo.En este sentido, investigadores de la Universidad de Liverpool alertaron recientemente del daño que los pesticidas sintéticos pueden ocasionar en el sistema hormonal a través del consumo alimenticio.


Fuente:

Eldiariomontanes.es

20 de Mayo de 2008



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