lunes, 26 de mayo de 2008

Las arrugas del fumador


El hábito de fumar es noticia estos días, por ser el Día Mundial sin tabaco. Este día es el resultado de una propuesta de la OMS de 1987 en la que estableció este día, con el objeto de recordar a la población, a los gobiernos y a los profesionales sanitarios los efectos nocivos de fumar. Este día nos recuerda a todos y en especial a las autoridades y personal sanitario, a los farmacéuticos y psicólogos, la obligación y compromiso en la lucha activa contra el tabaquismo.Éste es un hábito tóxico que genera enfermedad. Es una conducta adictiva, en la que la persona pierde el control de consumo y es causa de numerosas enfermedades, de la mala evolución de otras y de una alta mortalidad.El tabaquismo es una epidemia que se inició en Estados Unidos tras la Primera Guerra Mundial, se extendió a Europa y posteriormente a todo el mundo. Se calcula que uno de cada tres fumadores morirá a causa del tabaco.El hábito de fumar se ha apoyado siempre en la publicidad, y el consumo de cigarrillos ha estado siempre presente en los medios de comunicación. Las campañas publicitarias sobre el tabaco las recordamos todos. ¿Quién no recuerda eslóganes como «Winston, el genuino sabor americano», «el sabor de la aventura de Camel», «el de Marlboro», «el sabor latino de Ducados»; ¿quién no recuerda la publicidad en la Fórmula 1?Son conocidos los efectos nocivos del tabaco sobre la salud de los fumadores. Todos sabemos desde hace tiempo que favorecen el cáncer de pulmón, los procesos bronquiales crónicos, la patología coronaria, etcétera. Pero poco se habla sobre el efecto del tabaco sobre la piel.Ya en 1985, el Dr. Douglas Model descubrió y publicó en el British Medical Journal el síndrome «la cara del fumador», donde informaba que la mayoría de los fumadores con más de 10 años de hábito podían identificarse sólo por el examen facial por parte del dermatólogo. El diagnóstico de la cara del fumador podría presentar los siguientes signos: arrugas cada vez más marcadas y mayor profundidad de las líneas de expresión que envejecían el rostro, semblante macilento y demacrado con prominencia de los huesos, piel atrófica, opaca y grisácea y manchas purpúricas. Pero hay otros efectos nocivos del tabaco sobre la piel, además de la formación de arrugas, como son: la sequedad de la piel, más manifiesta en la mujer, cabellos secos y quebradizos, dificultad en la cicatrización, lo que favorece en las operaciones quirúrgicas la frecuencia de infecciones (esto es muy importante en la sociedad actual marcada por la imagen y donde las intervenciones de estética cada vez son más frecuentes).Otros efectosLos últimos estudios indican que el hábito de fumar aumenta el riesgo de aparición de psoriasis, y especialmente en mujeres. Lo mismo ocurre en el desarrollo de las dermatitis de contacto alérgica. Sin embargo, los estudios en acné muestran resultados contradictorios. Cada vez se están realizando más estudios en otras patologías cutáneas. También hay dermatosis secundarias al hábito de fumar, como por ejemplo, la Melanosis del fumador, que es una pigmentación benigna de la mucosa oral. Otros de los efectos nocivos es el cáncer de labio (el 80 por ciento de los pacientes con este tipo de cáncer son fumadores, y este riesgo aumenta si además son personas que se exponen al sol sin fotoprotección labial), los pacientes con melanoma si son fumadores tienen un pronóstico peor, la pigmentación amarilla de los fumadores (difícil de desaparecer incluso cuando dejan de fumar), etcétera. Tenemos también otros motivos para que los fumadores dejen de fumar. Van a evitar riesgos de enfermedades, las muertes provocadas por el tabaco son superiores a las provocadas por accidentes de trafico y otras causas. Van a mejorar su calidad de vida, mejorando su capacidad respiratoria, su capacidad olfativa y su capacidad gustativa. No van a perjudicar a los demás, están demostrados los efectos nocivos del tabaco en el fumador pasivo, tanto en adultos como en los niños y embarazadas. Y van a recuperar su autoestima, no olvidemos que fumar es una adicción.En resumen, la relación del tabaco con la piel tiene un efecto negativo, que se presenta en ambos sexos. Los fumadores, por ejemplo, entre 40 y 50 años tienen una probabilidad de arrugas idéntica a los de los no fumadores con 20 a 30 años más. El tabaco provoca en la piel efectos nocivos tanto en el aspecto de salud como en el aspecto cosmético y estético. Así que, a la hora de encender un cigarrillo, no piense sólo en su salud y en la de los demás, sino también en su aspecto.


Fuente:

Larioja.com

26 de Mayo de 2008



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