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Muchos son los estudios que afirman que la realización de actividad física con regularidad retrasa el envejecimiento y nos permite vivir más y mejor.
No obstante, nunca habíamos ahondado en las cualidades del ejercicio físico para comprobar su efecto sobre la salud. Es decir, ¿es lo mismo ejercitarse a diario a intensidad moderada que hacerlo una vez por semana de manera excesiva?
Pues para resolver estas dudas el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universitat de Valencia ha señalado las diferencias.
El ejercicio intenso realizado en forma aislada y cuando la persona no está bien entrenada puede provocar un incremento significativo de los radicales libres del oxígeno en el organismo. Así se produce un estrés oxidativo que puede dañar las células y provocar diferentes enfermedades al mismo tiempo que acelera el envejecimiento.
Sin embargo, el ejercicio moderado realizado con regularidad es una práctica más que saludable que genera los efectos contrarios. Es decir, retrasa el envejecimiento y beneficia la salud en todos sus aspectos.
Si un organismo se enfrenta regularmente al estrés que provoca el ejercicio físico, termina por adaptarse a dicho proceso y optimiza sus funciones para superar con éxito las futuras situaciones que demanden un mayor consumo de oxígeno.
En cambio, si una persona realiza ejercicios intensos aisladamente, está forzando de repente mecanismos que no están adaptados, lo cual significa una sobrecarga de radicales libres que puede modificar la estructura de la célula e incluso, destruirla.
Por ello, como todas las cosas, debe realizarse bajo control, y con una intensidad progresiva que se adapte al funcionamiento de cada organismo. De lo contrario, algo tan beneficioso como la práctica de actividad física, puede resultar perjudicial a causa del mal manejo realizado por nosotros.
Como decimos muchas veces, es de fundamental importancia adecuar el ejercicio físico a las particularidades de cada individuo, y ésta es la clave para que nuestro cuerpo disfrute verdaderamente de los beneficios de la ejercitación regular.
Además, de nada sirve ejercitarnos una vez al mes durante 4 horas seguidas y a una intensidad elevada, ya que las bondades se reciben con la actividad regular, cuya intensidad debe ser progresiva para dar tiempo al organismo a responder con eficacia.
Fuente:
Comisión Mujer y Deporte
1 de Octubre de 2008
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