lunes, 11 de febrero de 2008

Salud: Guía internacional de bebidas sanas


(BWN) Agua, bebidas 'light', sin cafeína, con vitaminas, isotónicas, azucaradas, con excitantes o refrescantes edulcoradas, entre otras, son algunos ejemplos de bebidas que han invadido las góndolas, incrementando espectacularmente su consumo año tras año. Pero no todas las bebidas del mercado son aptas para todos los públicos. Por este motivo, se ha editado una guía de recomendaciones según la edad o el estado de salud. La base: agua para todos Científicos procedentes de distintos centros de investigación de EE.UU. han observado una implicación existente entre el incremento en el consumo de bebidas y el exceso de energía que este hábito comporta, pudiendo ser uno de los factores que influye en el aumento de los índices de obesidad. Con el objetivo de clarificar los beneficios y los riesgos para la salud de los líquidos que tomamos, han elaborado 'The Beverage Guidance Panel', una guía de recomendaciones para aprender a beber saludablemente, concepto fundamental a la hora de plantearse unos buenos hábitos alimentarios. Hidratarse de forma incorrecta puede empeorar la circulación sanguínea, disminuir la capacidad de trabajo y provocar confusión mental El agua es un componente esencial de la dieta. Su valor energético es nulo y su contribución en minerales como calcio, magnesio, fósforo y flúor, aunque modesta, no es nada despreciable.De hecho, como fuente de calcio, el agua es especialmente importante en mujeres embarazadas, niños y en ancianos para prevenir la osteoporosis. El agua debería ser la bebida principal ya que no tiene ninguna contraindicación, salvo en casos excepcionales de enfermedad cardiaca, renal o hepática grave. Incluso se considera un elemento dietético de apoyo para perder peso. Por el contrario, hidratarse de forma incorrecta puede empeorar la circulación sanguínea, disminuir la capacidad de trabajo y provocar confusión mental. Los clásicos: café y té El aprovechamiento de las virtudes terapéuticas del café o del té es una práctica milenaria que nunca ha dejado de tener vigencia. De hecho, según la nueva imagen gráfica propuesta por investigadores americanos, estas dos bebidas constituyen, consumidas en su justa medida, el segundo nivel dentro del esquema de bebidas recomendadas. El té, estimulante ligero con un tercio menos de cafeína que una taza de café, contiene una interesante cantidad de antioxidantes, además de diversos micronutrientes, asociados a un descenso moderado en el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, aumento de la densidad ósea y reducción del riesgo de litiasis renal (piedras en el riñón). Las sustancias excitantes como la cafeína y la teína no son un problema en el adulto sano, ya que a día de hoy se ha comprobado que un consumo moderado de café y té (tres tazas diarias de bebida no concentrada) no se asocia a problemas cardiovasculares, hipertensión o hipercolesterolemia. Sin embargo, la edad afecta al nivel de sensibilidad que tiene el organismo frente a este tipo de sustancias; los ancianos pueden sufrir trastornos del sueño y en los niños su consumo está totalmente desaconsejado. El efecto de la cafeína durante el embarazo sigue estando sujeto a controversia, ya que los resultados de numerosos estudios son contradictorios. Ni siquiera instituciones médicas de reconocido prestigio como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos y la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva tienen todavía una posición oficial sobre la cafeína durante la gestación. Por prudencia muchos obstetras aconsejan que se limite su consumo durante el embarazo y, si se hace, que sea de manera comedida, sin superar las 2-3 tazas al día de café o té suave, no concentrado. La lecheLa leche es una de las principales fuentes dietéticas de vitamina D y calcio, y además aporta una cantidad excelente de proteínas de alta calidad. La leche desnatada, semidesnatada o las bebidas de yogur con menos proporción de grasa, pueden contribuir a una dieta saludable, y ocupan el tercer puesto en el panel de orientación de bebidas. Los yogures, además, contienen menos lactosa, por lo que se toleran mejor a nivel digestivo y, en particular, por quienes sufren intolerancia a la lactosa. Por su parte, las bebidas de soja, comúnmente conocidas como leche de soja enriquecidas con calcio y vitaminas, son una buena alternativa para las personas que no consumen leche de vaca.


Fuente:

Bolson Web

11 de Febrero de 2008



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