martes, 19 de febrero de 2008

Qué saber antes de consumir alimentos reducidos en calorías



Los “alimentos verdes” suelen confundir con sus etiquetas y sus leyendas diet, light, zero, entre otras. En esta nota, recomendaciones para saber leer los cuadros con información nutricional y, así, saber elegir el producto más conveniente para cada uno.

Son miles y cada vez hay más. Los denominados “alimentos verdes” invaden las góndolas de supermercados y, muchas veces, confunden con sus etiquetas y promociones que hablan de light, diet, sugar free, sin colesterol, dietético, bajo o reducido en calorías, libre de grasas, zero, entre otras leyendas.Hay de todo. Flanes, cremas, mayonesas, tapas de tarta, salchichas, chocolatadas y cientos de productos que, en otra época, eran impensables para quienes están realizando tratamientos para bajar de peso.CONFUSIONES. “Los gorditos no necesitamos mucho para engañarnos a nosotros mismos, el marketing nos ha estudiado muy bien y sabe que hay leyendas que van a hacer que compremos y consumamos esos productos”, comentó Perla San Martín, quien es hace 12 años coordinadora del grupo San Roque de la Asociación de Lucha Contra la Obesidad (ALCO) y quien a fin de mes comenzará a ser la responsable de la entidad.Según lo que ha visto en sus años al frente del grupo de autoayuda, “hay mucha gente que engorda comiendo productos que dicen ser diet o light. Esto, porque la cabeza del gordito piensa ‘esto es dietético’ y si del producto original se comía dos, ahora del producto dietético se come cinco. Por eso, hay que saber que nada es enteramente dietético”.Y agregó: “El marketing confunde y nosotros nos dejamos confundir”.ACLARACIONES. La licenciada en Nutrición María de los Ángeles Candioti, docente de la cátedra de Nutrición en Situaciones Patológicas de la Licenciatura en Nutrición (UNL), opinó que “es muy común que se relacionen los términos dietético, light y diet con los alimentos diseñados para reducir el peso. Para evitar esta confusión es bueno aclararlos” (ver Para Destacar).Según precisó, un alimento dietético o para regímenes especiales es el preparado especialmente, que se diferencia de los definidos por el Código Alimentario Argentino (CAA) por su composición y/o sus modificaciones físicas, químicas, biológicas o de otra índole, resultantes de su proceso de fabricación o de adición, sustracción o sustitución de determinadas sustancias componentes. En tanto, agregó que los alimentos dietéticos están destinados a satisfacer necesidades particulares de nutrición y alimentación de determinados grupos poblacionales.Acerca del CAA, advirtió que “la palabra diet queda fuera del marco legal para alimentos reducidos en algún nutriente o valor energético”.RECOMENDACIONES. El Código Alimentario Argentino, que existe desde hace dos décadas, especifica las reglas que deben seguir los fabricantes de productos alimenticios para su comercialización.Pese a que a lo largo de los años ha habido un claro incumplimiento de la legislación, desde hace un año y medio el CAA determinó que todos los alimentos deben contener en su envase el rotulado nutricional (la descripción destinada a informar al consumidor sobre sus propiedades nutricionales. Comprende su valor energético y de nutrientes, y las propiedades nutricionales).Con relación a esa información, que suele aparecer en los envases como un cuadrito, Perla San Martín comentó que “mucha gente se queja porque la letra es tan chiquita que se necesita un microscopio para leerla; además, aparecen nombres tan raros que muchas veces no se entiende nada”.Por esta situación, desde ALCO San Roque brindan una clara recomendación: leer ese cuadro buscando, en primer lugar, la cantidad de calorías; y, en segundo lugar, el producto que más abunda en la composición, ya que “en las etiquetas debe estar más arriba el producto que más abunda; si, por ejemplo, un alimento es rico en grasa, debe decir la cantidad y el tipo de grasas en primer lugar”.PRECIOS ALTOS. San Martín hizo dos recomendaciones más: “Que, ante dos productos iguales, se compare porque a veces hay diferencias en la cantidad de calorías, en las grasas o en los azúcares”. Y que “también se fijen en el precio, porque hay marcas que han invadido todo y parecen ser las más recomendables pero son las más caras. Y, a veces, un producto más barato tiene menos calorías, menos grasas o menos azúcares”Para finalizar, Perla San Martín comentó que, según lo que ha visto en el grupo local de ALCO, “la gente se ha acostumbrado bastante a consultar las etiquetas”.Para destacarBAJO, LIBRE Y REDUCIDO.La licenciada María de los Ángeles Candioti, docente de la carrera de Nutrición de la UNL, explicó los alcances de la denominación de algunos alimentos respecto de las calorías que aportan a quienes los consumen:• Alimento “bajo” en calorías: aporta un máximo de 40 calorías por 100 gramos, o 20 calorías por 100 mililitros para líquidos. Sus términos equivalentes son leve, ligero, pobre, bajo (en inglés: light, lite, low).• Alimento “libre” en calorías: aporta un máximo de 4 kcal (17 kJ) cada 100 gramos para sólidos y de 4 kcal (17 kJ) cada 100 mililitros para líquidos. Los términos equivalentes son libre de, sin, cero, exento, no contiene (en inglés: free, no ..., without ..., zero...).• Alimento “reducido” en calorías: presenta una reducción mínima del 25 % del valor energético total que el alimento estándar. Términos equivalentes: reducido en, leve, liviano, menos que (en inglés: light, lite, reduced, less than).No hay dietas ni productos mágicosFrente a la sobreoferta de productos que existe en el mercado, el consumidor debe informarse acerca del producto que desea adquirir y evaluar si cumple con sus expectativas, recomendó la licenciada María de los Ángeles Candioti.Además, el consumidor debe saber que no existen productos ni dietas “mágicas” y que no necesariamente un envase verde es sinónimo de alimento saludable.Candioti opinó que hay que enseñarle a la población que para lograr una alimentación saludable es menester poner en práctica principios básicos de moderación, equilibrio y variabilidad.En este sentido, recomendó que “es importante procurar un mínimo de cuatro comidas diarias, en las que se incluyan porciones moderadas de todos los grupos de alimentos: cereales y legumbres, verduras y frutas, lácteos, una amplia variedad de carnes rojas y blancas, aceites y grasas de buena calidad; disminuir el consumo azúcar y dulces, sal y bebidas alcohólicas. Estos hábitos alimentarios —sumados a otros como tomar abundante agua durante el día, mantenerse físicamente activo y en ambientes libres de humo de tabaco— son los que inexorablemente favorecerán un estilo de vida saludable”. Por último, advirtió que “es responsabilidad de todos los actores sociales involucrados (legisladores, industrias, profesionales de la salud, gobierno) procurar que la información que llega al consumidor a través de los rótulos, la publicidad y la divulgación científica sea clara y sencilla, de manera de evitar confundir más a los consumidores”.



Fuente:

El Diario

18 de Febrero de 2008



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