Con los edulcorantes, quienes deben vivir sin azúcar, no tienen que privarse de sus antojos.
Pero, ¿qué tan bueno es consumirlos?
Nada como el sabor dulce de los postres, bizcochos y chocolates. Por eso hay quienes no resisten la tentación de comerlos a cualquier hora del día. Sin embargo, el alto consumo de azúcar representa un gran riesgo para la salud. La obesidad y la diabetes son solo algunos de ellos. Pero, ¿de qué tanto sirve reemplazarla por endulzantes artificiales? Y, ¿qué tan confiables son?
También son conocidos como 'edulcorantes' o sustitutos del azúcar y contribuyen a reducir la ingesta de calorías, por ser 'no nutritivos'. De esa manera, facilitan el cumplimiento de las restricciones en la dieta y les facilita a los pacientes, que no pueden consumirla, la posibilidad de llevar una vida normal. Basta con visitar los supermercados para darse cuenta de las múltiples opciones que ofrecen en alimentos y bebidas.
En la actualidad hay cinco edulcorantes aprobados por la FDA (Food and Drug Administration): acesulfame-K (de uso industrial), neotame (utilizado por empresas de alimentos), sacarina (Sucaryl), sucralosa (Splenda) y aspartame (Nutrasweet). Según la nutricionista Martha Lemos, los endulzantes se clasifican en calóricos y no calóricos: en el primer grupo están el azúcar, la miel, la panela, la fructosa y algunos alcoholes especiales. Los no calóricos están elaborados a partir de otro tipo de compuestos, que al ingresar al organismo producen una reacción distinta en cuanto a su absorción en la sangre. "Todos tienen un sabor diferente y algunos dejan un remanente, que no los hace tan agradables", sostiene.
¿QUÉ HACE EL AZÚCAR?Al ingerir los alimentos, el organismo los descompone en forma de azúcar (glucosa) llevándola a las células y transformándola en energía o combustible para que el cuerpo funcione adecuadamente. Ese proceso de metabolizar la glucosa es posible gracias a una hormona que produce el páncreas, denominada insulina, que permite mantener los niveles adecuados de azúcar en la sangre (70 a 110 mg./dl) a la vez que procesa los carbohidratos, las grasas y las proteínas.
Es por eso que la alimentación es uno de los factores clave en el tratamiento de enfermedades como diabetes. Quienes la padecen, deben seguir un plan de alimentación equilibrado, comer en horas establecidas, y realizar actividad física para mantener un óptimo control en sus niveles de glicemia.
Aunque el uso de los edulcorantes se ha masificado en los últimos años, su origen no es tan reciente como se piensa. La sacarina se inventó a principios del siglo XX, pero tardó un buen tiempo en industrializarse. "En un principio se necesitaba saber si era un producto inocuo o no. En los primeros experimentos en animales se descubrió que podían estar relacionados con la aparición de tumores, esto en dosis muy altas, y así no se pueden comparar sus efectos con los seres humanos", afirma Martha Lemos.
En el mercado hay varios edulcorantes, pero no se debe abusar de su consumo
Aunque el consumo de azúcar ha sido tema de debate, la nutricionista Claudia Angarita dice que lo ideal es tratar de consumirla pero de manera moderada. "No más de 10 a 15 gramos al día", recomienda.
Normalmente no se elimina de la dieta cuando se hace ejercicio y se sigue una alimentación balanceada, aunque sería suficiente con el azúcar de las frutas, la leche y las harinas que se consumen a diario. "Suele quitarse cuando se trata de personas que sufren de diabetes o hipoglicemia, son obesas o tienen intolerancia a los carbohidratos", dice.
Para el caso de los edulcorantes nutritivos como el sorbitol, el manitol y la fructosa (azúcar de las frutas), estos aportan la misma cantidad de calorías que el azúcar, pero utilizan vías metabólicas distintas. Deben ser controlados.
Los no nutritivos como el aspartame, el acesulfame K, la sucralosa y la estevia, en cambio, no tienen contenido calórico.
Por su parte, la estevia contiene glucósidos, componentes que también se encuentran en las frutas, pero de forma más concentrada. "Esta planta se conoce hace muchos años por uso en las comunidades indígenas de paraguay y Brasil", dice Lemus. Aunque no tiene contraindicaciones, su sabor tiende a volverse amargo con el aumento de temperatura, lo que no la hace apta para la cocción de alimentos.
Lo mismo sucede con el aspartame, sin embargo puede incoporarse al final de las preparaciones. En estudios con animales se le relacionó con la aparición de cáncer y esclerosis múltiple, pero cuando se consumen más de 200 gramos al día, que es realmente un exceso, comenta Claudia Angarita.
La sucralosa no se absorbe en la sangre y endulza 600 veces más que el azúcar, aunque es uno de sus derivados, con la ventaja de que su sabor no se modifica con la temperatura.
Para Angarita, como en el caso del azúcar, el consumo de edulcorantes también debe ser moderado y en los niños no deben utilizarse a menos que se esté tratando obesidad. A ellos es mejor crearles buenos hábitos.
A COMER MÁS FRUTAS
DIETA. El cerebro se recarga de energía a partir del azúcar, de lo contrario vendría la sensación de cansancio. Pero lo ideal es tomarla de alimentos como las frutas y no suprimir ninguna de la dieta.
Por ejemplo, para la nutricionista Claudia Angarita, para disminuir la sensación de hambre que se produce con el consumo de azúcar (por el aumento de la insulina en la sangre), sería mejor reemplazarla por alimentos como cereales integrales, probióticos o una mezcla de frutas como banano y papaya picados. Y ojo, porque según la experta, cuando se consumen en puré, esa consistencia hace que el azúcar llegue con más facilidad a la sangre. Así, una dieta balanceada, con recomendaciones nutricionales y seguimiento médico, es lo más adecuado para equilibrar el consumo de azúcar.
Fuente:
Portafolio.com.co
6 de Julio de 2007
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