24/07/2007 - 11:11
Redacción GD
Alrededor del 85% de las mujeres con menopausia tienen síntomas achacables a la depresión provocada por los síntomas climatéricos en prácticamente todos los dominios de su calidad de vida. Según el profesor Javier Ferrer, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), “en esta etapa de la vida, casi todas las mujeres ven afectado su bienestar físico (con la aparición de sofocos), se pueden encontrar mal psicológicamente (cuando los trastornos sufridos desembocan en tristeza e irritabilidad) y pueden ver deterioradas sus relaciones de pareja, ya que la mujer con síntomas no tratada y que presenta atrofia y sequedad vaginal huye de las relaciones sexuales. Todo ello puede favorecer la aparición de depresiones leves o moderadas en la mujer”. La menopausia, en ocasiones interpretada como un sinónimo erróneo de enfermedad, contiene algunos mitos que es importante desterrar, como la asociación de esta etapa de la vida de la mujer con la vejez, el fin de la vida sexual y la femineidad, etc. “Por el contrario”, añade el profesor Ferrer, “en la actualidad, muchas mujeres que se acercan a la menopausia se encuentran en el mejor momento de su vida personal y profesional, ocupando, cada vez más, puestos de trabajo de mayor responsabilidad. De ahí la creciente importancia de mantener un buen estado de la salud a cualquier edad y llegar a una madurez sana”. Durante el periodo climatérico es frecuente que se produzcan en la mujer alteraciones del estado del ánimo provocadas por los propios trastornos asociados a la menopausia, como los sofocos o el insomnio. Como explica el profesor Ferrer, “la alteración del sueño provocada por lo sofocos, síntoma más frecuente en la menopausia, es importante por sí misma, ya que dificulta el descanso, lo que provoca mayor irritabilidad, ansiedad, cambios bruscos de humor, tristeza o melancolía”. "No obstante", continúa el profesor Ferrer, “con un adecuado tratamiento de los sofocos y consejos médicos, estos cambios psicológicos van poco a poco remitiendo. Por el contrario, en otros casos, será necesario un tratamiento con antidepresivos o ansiolíticos, circunstancia normal en muchas mujeres postmenopáusicas”. Biología y género: riesgos de depresión La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que toda persona sufre alguna vez en la vida un episodio depresivo más o menos severo. Entre otros factores que repercuten más en las mujeres a la hora de presentar una depresión figuran las responsabilidades primordiales en el hogar y el trabajo, ser madre soltera, el cuidado de los niños y padres ancianos, además del puesto de trabajo que desempeñan fuera de casa. R20;El estrés y la depresión se incrementan cuando la mujer asume un triple papel en la sociedad: es ama de casa, cuida de sus hijos y además trabaja fuera del hogar”, advierte el profesor Ferrer. Las mujeres dedican, por término medio, dos tercios de su tiempo a actividades no remuneradas, mientras que los hombres sólo un tercio. Además, repercuten en la mayor prevalencia de esta patología en la mujer influencias hormonales, genéticas, ambientales, ciertas características psicológicas y de personalidad y, sobre todo, eventos endocrinos y reproductivos. Según el profesor Ferrer, “hay muchos momentos en los que la depresión está presente, sobre todo los relacionados con cambios en el ciclo reproductivo: menarquia, menstruación, anticoncepción, embarazo, parto, lactancia y menopausia, son siempre etapas críticas, de tránsito, en las que se reúnen factores biológicos, psicológicos y sociales que suponen un riesgo para la estabilidad emocional de la mujer”. Por otra parte, añade, “existe una clara relación entre cerebro, hormonas sexuales y conducta que explica buena parte de las peculiaridades femeninas de los trastornos emocionales”. Períodos de mayor riesgo A lo largo de la vida de la mujer, hay varios periodos en los que es más propensa a padecer una depresión, bien sea leve, moderada o severa. Estos periodos son el embarazo junto con el post-parto y la menopausia, incidiendo especialmente en el que mayor riesgo representa que es la perimenopausia (4 años antes de comenzar la menopausia), comenta el profesor Ferrer. “La menopausia se ve afectada por las creencias y expectativas de las mujeres respecto a los síntomas negativos que deben esperarse. Sin embargo, la mujer debe afrontar esta etapa con optimismo y como un ciclo más en su proceso de madurez y envejecimiento que no tiene porqué alterar su calidad de vida si recibe una atención sanitaria adecuada”, afirma. La mayor o menor autoaceptación dependerá en buena parte de lo que se ha logrado realizar a lo largo de la vida, en relación con las expectativas sociales, y eso será un factor determinante a la hora de caer o no en un estado depresivo. En cuanto al embarazo y el parto, el profesor Ferrer asegura que “suponen intensos cambios fisiológicos y psicológicos, potencialmente estresantes”. También influye en la aparición de problemas psicológicos la educación sentimental. La mujer de nuestro medio occidental tiene una mayor afectividad y mayor sensibilidad al mundo de la melancolía comparada con el hombre, que es menos afectivo y aprecia menos todo lo que es el campo sentimental. Aún así, las causas específicas de la depresión en la mujer no son claras, ya que muchas mujeres que han sido expuestas a estos factores no sufren depresión. Asociación Española para el Estudio de la Menopausia La Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) es una organización de profesionales, sin ánimo de lucro, destinada al Estudio del Climaterio. En la actualidad, la AEEM está formada por unos 1.000 socios de distintas especialidades como Ginecología, Reumatología, Endocrinología, Atención Primaria, Enfermería, etc. y surgió hace casi 20 años de la inquietud de una serie de médicos por el estudio de la menopausia. El hecho de que el estudio del climaterio sea multidisciplinar conlleva que la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia siga planteando la potenciación de sus grupos de trabajo, así como la creación de otros nuevos, y la colaboración con sociedades científicas de otras especialidades.
Redacción GD
Alrededor del 85% de las mujeres con menopausia tienen síntomas achacables a la depresión provocada por los síntomas climatéricos en prácticamente todos los dominios de su calidad de vida. Según el profesor Javier Ferrer, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), “en esta etapa de la vida, casi todas las mujeres ven afectado su bienestar físico (con la aparición de sofocos), se pueden encontrar mal psicológicamente (cuando los trastornos sufridos desembocan en tristeza e irritabilidad) y pueden ver deterioradas sus relaciones de pareja, ya que la mujer con síntomas no tratada y que presenta atrofia y sequedad vaginal huye de las relaciones sexuales. Todo ello puede favorecer la aparición de depresiones leves o moderadas en la mujer”. La menopausia, en ocasiones interpretada como un sinónimo erróneo de enfermedad, contiene algunos mitos que es importante desterrar, como la asociación de esta etapa de la vida de la mujer con la vejez, el fin de la vida sexual y la femineidad, etc. “Por el contrario”, añade el profesor Ferrer, “en la actualidad, muchas mujeres que se acercan a la menopausia se encuentran en el mejor momento de su vida personal y profesional, ocupando, cada vez más, puestos de trabajo de mayor responsabilidad. De ahí la creciente importancia de mantener un buen estado de la salud a cualquier edad y llegar a una madurez sana”. Durante el periodo climatérico es frecuente que se produzcan en la mujer alteraciones del estado del ánimo provocadas por los propios trastornos asociados a la menopausia, como los sofocos o el insomnio. Como explica el profesor Ferrer, “la alteración del sueño provocada por lo sofocos, síntoma más frecuente en la menopausia, es importante por sí misma, ya que dificulta el descanso, lo que provoca mayor irritabilidad, ansiedad, cambios bruscos de humor, tristeza o melancolía”. "No obstante", continúa el profesor Ferrer, “con un adecuado tratamiento de los sofocos y consejos médicos, estos cambios psicológicos van poco a poco remitiendo. Por el contrario, en otros casos, será necesario un tratamiento con antidepresivos o ansiolíticos, circunstancia normal en muchas mujeres postmenopáusicas”. Biología y género: riesgos de depresión La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que toda persona sufre alguna vez en la vida un episodio depresivo más o menos severo. Entre otros factores que repercuten más en las mujeres a la hora de presentar una depresión figuran las responsabilidades primordiales en el hogar y el trabajo, ser madre soltera, el cuidado de los niños y padres ancianos, además del puesto de trabajo que desempeñan fuera de casa. R20;El estrés y la depresión se incrementan cuando la mujer asume un triple papel en la sociedad: es ama de casa, cuida de sus hijos y además trabaja fuera del hogar”, advierte el profesor Ferrer. Las mujeres dedican, por término medio, dos tercios de su tiempo a actividades no remuneradas, mientras que los hombres sólo un tercio. Además, repercuten en la mayor prevalencia de esta patología en la mujer influencias hormonales, genéticas, ambientales, ciertas características psicológicas y de personalidad y, sobre todo, eventos endocrinos y reproductivos. Según el profesor Ferrer, “hay muchos momentos en los que la depresión está presente, sobre todo los relacionados con cambios en el ciclo reproductivo: menarquia, menstruación, anticoncepción, embarazo, parto, lactancia y menopausia, son siempre etapas críticas, de tránsito, en las que se reúnen factores biológicos, psicológicos y sociales que suponen un riesgo para la estabilidad emocional de la mujer”. Por otra parte, añade, “existe una clara relación entre cerebro, hormonas sexuales y conducta que explica buena parte de las peculiaridades femeninas de los trastornos emocionales”. Períodos de mayor riesgo A lo largo de la vida de la mujer, hay varios periodos en los que es más propensa a padecer una depresión, bien sea leve, moderada o severa. Estos periodos son el embarazo junto con el post-parto y la menopausia, incidiendo especialmente en el que mayor riesgo representa que es la perimenopausia (4 años antes de comenzar la menopausia), comenta el profesor Ferrer. “La menopausia se ve afectada por las creencias y expectativas de las mujeres respecto a los síntomas negativos que deben esperarse. Sin embargo, la mujer debe afrontar esta etapa con optimismo y como un ciclo más en su proceso de madurez y envejecimiento que no tiene porqué alterar su calidad de vida si recibe una atención sanitaria adecuada”, afirma. La mayor o menor autoaceptación dependerá en buena parte de lo que se ha logrado realizar a lo largo de la vida, en relación con las expectativas sociales, y eso será un factor determinante a la hora de caer o no en un estado depresivo. En cuanto al embarazo y el parto, el profesor Ferrer asegura que “suponen intensos cambios fisiológicos y psicológicos, potencialmente estresantes”. También influye en la aparición de problemas psicológicos la educación sentimental. La mujer de nuestro medio occidental tiene una mayor afectividad y mayor sensibilidad al mundo de la melancolía comparada con el hombre, que es menos afectivo y aprecia menos todo lo que es el campo sentimental. Aún así, las causas específicas de la depresión en la mujer no son claras, ya que muchas mujeres que han sido expuestas a estos factores no sufren depresión. Asociación Española para el Estudio de la Menopausia La Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) es una organización de profesionales, sin ánimo de lucro, destinada al Estudio del Climaterio. En la actualidad, la AEEM está formada por unos 1.000 socios de distintas especialidades como Ginecología, Reumatología, Endocrinología, Atención Primaria, Enfermería, etc. y surgió hace casi 20 años de la inquietud de una serie de médicos por el estudio de la menopausia. El hecho de que el estudio del climaterio sea multidisciplinar conlleva que la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia siga planteando la potenciación de sus grupos de trabajo, así como la creación de otros nuevos, y la colaboración con sociedades científicas de otras especialidades.
Fuente:
Granada Digital
24 de Julio de 2007
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