jueves, 26 de julio de 2007

Comer una galleta de chocolate al día durante 4 años incrementa en 9 kilos el peso de un niño con equilibrio energético


Desbancar las dietas tradicionales y proponer las mejores condiciones para regular el peso corporal de las personas con una base científica, es el objetivo de los expertos que participan en el curso Alimentación Saludable y Actividad Física como respuesta a la Obesidad del Centro Mediterráneo de la UGR, que concluye mañana viernes en Guadix. Como viene siendo costumbre, llegado el buen tiempo comienza el 'ramadán del bikini'. Los adeptos a las conocidas 'dietas milagro' se aferran a ellas para perder los kilos en un tiempo récord, a la vez que se masifican los gimnasios. Un sprint de sacrificio cuyo resultado no es del todo el esperado, además de tener consecuencias muy poco favorables para la salud. Según el director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada, Emilio Martínez de Victoria Muñoz, "en nutrición los milagros no existen, pues del mismo modo que ganamos peso con el paso de los años, la pérdida de éste debe ser igualmente progresiva". Balance energético Está claro que la energía que necesita el organismo para un correcto funcionamiento proviene esencialmente de los alimentos que consumimos. Sin embargo, en la regulación del peso corporal entran en juego una serie de mecanismos hormonales y nerviosos que hacen este proceso algo más complejo. Cuando las calorías consumidas se aproximan a las gastadas durante el día, el balance energético se mantiene en equilibrio, y, por tanto, el peso se mantiene constante. Sin embargo, este equilibrio se rompe cuando se ingieren más calorías de las gastadas y se aumenta de peso, ya que el exceso de calorías se almacena en forma de grasa, o bien al contrario, si el consumo es menor en relación al gasto o viceversa. Para tener una idea de la sensibilidad de dicho equilibrio, Emilio Martínez señala, que si a una niña con un equilibrio energético se le da cada día, y durante cuatro años seguidos, una galleta de chocolate, su peso en ese tiempo se incrementará en 9 kilos. Leyendas dietéticas Por tanto, el investigador apunta que para conseguir un balance energético negativo o equilibrado, no valen las 'dietas milagro'. Detrás de la gran mayoría de éstas, no existe una base científica y, además, suelen restringir grupos de alimentos, lo que conlleva una carencia de nutrientes en el organismo con importantes problemas para la salud. Aparte, y gracias a este tipo de dietas, sólo se consigue perder peso en forma de glucógeno o agua, pero no de grasa, por lo que la recuperación de los kilos perdidos es inmediata. Dentro de esta 'panacea dietética', y haciendo caso omiso de todas las recomendaciones sobre alimentación saludable, se encuentran, entre otras, la dieta South Beach, un revolucionario plan que te permite comer cuanto quieras y en el que se asegura que para adelgazar es necesario pasar un periodo de purificación durante dos semanas basado en la eliminación de los carbohidratos simples y azúcares; el método nutricional Atkins, que permite el consumo ilimitado de grasas como la mantequilla y de tanta carne, pescado, huevos y productos lácteos como se desee, y en contraposición, limita mucho el consumo de hidratos de carbono y sólo permite ingerir cantidades reducidas de verdura y fruta; además de otro sinfín de 'dietas milagrosas' como la de la alcachofa o la del grupo sanguíneo. Mantenerse a raya Emilio Martínez insiste en que la mejor forma de regular el peso corporal consiste en hacer una cierta ingesta de alimentos y ejercicio físico. Así, reconoce que con un déficit de entre 500 y 700 calorías en la dieta, en función del peso corporal, la edad y el ejercicio físico, se consigue perder gradualmente tres kilos al mes con garantía de no recuperar el doble de lo perdido en la mitad de tiempo. Igualmente, destaca que una dieta rica en fibra ayuda a controlar la obesidad, pues facilita la ingestión de menor cantidad de alimentos debido a que prolongan el tiempo de masticación y, por su volumen, ayudan a producir rápidamente la sensación de saciedad. Además, la fibra aumenta la velocidad de tránsito intestinal, mientras que el ritmo de absorción de los alimentos disminuye.


Fuente:

Granada Digital

26 de Julio de 2007



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