No es equiparable la situación de una adolescente gestante a las condiciones que presenta una embarazada de veinticinco y más años. Tampoco, si se llega al embarazo con sobrepeso o con varios kilos de menos.
Probablemente uno de los procesos de mayor demanda energético sea la gestación. Entre las 38 a 40 semanas en que se desarrolla dicho proceso en condiciones normales, estudios científicos serios indican que un son poco más de 50.000 kilocalorías, la necesidad de ingesta energética de la mujer embarazada que ha expresado el total potencial genético de crecimiento físico."El primer trimestre no es tan demandante en términos de cantidad sino de calidad nutricional, por lo que no se requiere de aportes extra de energía, pero sí se debe cuidar y asegurar la ingesta de macro y micronutrientes esenciales. En este período, ocurre entre otros, el desarrollo del sistema nervioso central", explica la nutricionista Mónica Jiménez M., Directora de Nutrición y Dietética, del Campus Viña del Mar de la Universidad Andrés BelloEl embarazo, es uno de los mejores períodos de la vida para cuidar y regular el estado nutricional propio y de la persona en gestación. Dicho estado fisiológico ofrece la posibilidad natural -a aquellas mujeres adultas, que inician su embarazo con sobrepeso, no así con obesidad-, y saludable de transferir los kilos en exceso (recordar que 1 kilo de grasa corporal, tiene un valor de seis mil kilocalorías) hacia el costo energético que requiere la gestación."Obviamente no es un proceso exento de complejidad: se debe regular y monitorear concienzudamente la alimentación. En el primer trimestre es posible mantener la dieta levemente restringida en energía y el nivel de actividad física en intensidad moderada, lo que favorecerá una disminución saludable de peso, y prevendrá alzas innecesarias en este período", comenta Mónica Jiménez. Durante el período de gestación y lactancia es relevante la ingesta de nutrientes llamados esenciales y algunos críticos como calcio y vitamina D, Fierro, Acido Fólico y aminoácidos y ácidos grasos esenciales.Para qué sirven y dónde están contenidos estos nutrientes:Proteínas: Constituidas por aminoácidos, tienen como función principal el buen desarrollo de los tejidos corporales. Están contenidas en carnes, pescados, mariscos, aves, huevos y leguminosas, como los porotos, incluido el de soya, garbanzos y lentejas. El consumo habitual debe ser cercano a los 45 gramos por día, cifra que se incrementa durante el embarazo en 15 gramos aproximadamente, llegando a 60 gramos diarios y 65 en la lactancia en mujeres de peso normal. La recomendación es no consumir carnes en exceso, porque estas aportan grasas que no son saludables para la madre ni el hijo.Calcio: Juega un papel vital en el desarrollo y fortalecimiento de los huesos del feto. Lácteos y algunos pescados representan la mayor fuente de calcio disponible. Las mujeres deben ingerir cerca de 800 mg diarios de calcio para prevenir la osteoporosis, consumo que durante el embarazo y lactancia debe alcanzar los 1200 mg mínimo al día.Fierro: La falta de fierro es causa principal de anemia y representa posible riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro o recién nacido de bajo peso. El Fierro hem (que es el biodisponible) está presente en las carnes y sus derivados. Su consumo diario habitual debe ser de 15 mg y en el embarazo, se debe duplicar. Líquidos: El buen funcionamiento renal y digestivo de la embarazada demanda un consumo mínimo de 2,5 litros diarios. Agua, leche, sopas de verduras y caldos de carnes o zumos naturales de fruta y tizanas de hierbas simples no concentradas, evitando las bebidas alcohólicas o refrescos y colas gaseosasFibra: El consumo adecuado de fibra evita y disminuye el estreñimiento. Está presente especialmente en leguminosas (porotos, garbanzos, lentejas) y cereales integrales, arroz, avena, choclo, quínoa, frutas y verduras con pepa y semillas. Se recomienda comer las frutas y verduras bien lavadas y con piel o cáscara. Ácido Fólico: Su consumo disminuye el riesgo de afecciones en el sistema neurológico y la médula espinal del feto. Generalmente, se aconseja el suplemento farmacológico, aunque se encuentra de manera natural en carnes, las verduras verdes, especialmente de hojas, leguminosas, maní, almendras y levadura de cerveza.Ácidos grasos esenciales: Son vitales para el buen funcionamiento del organismo porque ayudan a la correcta formación del tejido cerebral y la visión del bebé, y deben ser adquiridos a través de la alimentación. Son fuente aceites vegetales, paltas, aceitunas y algunos pescados.
Fuente:
La Segundaonline
25 de Marzo de 2008
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