Las tendencias de la alimentación se inclinan hacia alimentos funcionales específicos que mejoran los mecanismos de defensa, previenen las enfermedades, nutren la piel desde el interior y retrasan los procesos de envejecimiento, según informaron hoy los expertos que participaron en el encuentro 'La esencia de la piel: nuevas tendencias, nuevos cuidados', organizado por Essensis (Danone).
Daniel Córdoba, experto en tendencias, se refirió a varios aspectos que definen el nuevo estilo de vida, y que explican los motivos del cambio en la preocupación sobre la alimentación.
Alementos dermonutritivos
La búsqueda de soluciones rápidas y efectivas, compensar las deficiencias derivadas del día a día, los productos naturales, el diálogo directo con las marcas, la vuelta a los orígenes y a lo natural son algunas de los motivos que inclinan la tendencia hacia una dermonutrición.
En referencia al perfil del consumidor que adquiere esta conducta, Córdoba habló de una 'wonder woman' para definir a una mujer con una edad media de 40 años, muy informada, que se cuida de forma integral, y que encuentra en los productos funcionales lo que necesita.
A pesar de que estos productos ocupan aún un reducido espacio en la cesta de la compra, las estadísticas demuestran que su consumo está generalizado y aumenta cada año en un 16 por ciento, según un informe de Datamonitor.
Por su parte, Esther Serra, dermatóloga del Hospital Sant Pau de Barcelona, subrayó el aumento de las consultas sobre el cuidado de la piel, y señaló que ha pasado de ser una consulta puntual a ser una situación frecuente.
Según un estudio llevado a cabo por Denditre para Essensis, el 74 por ciento de los dermatólogos recomiendan el cuidado desde el interior, ya que ciertos alimentos contienen nutrientes específicos que mejoran la calidad de la piel al actuar en el nivel celular, y contribuyen a conseguir la diferenciación de los queratinocitos para potenciar su función como barrera.
En cuanto a la alimentación, Raquel Puig, nutricionista, señaló la importancia de mantener una dieta equilibrada, así como mantener una hidratación adecuada. A su vez destacó que "un exceso de antioxidantes puede ser perjudicial, ya que lo que consigue es el efecto contrario".
Daniel Córdoba, experto en tendencias, se refirió a varios aspectos que definen el nuevo estilo de vida, y que explican los motivos del cambio en la preocupación sobre la alimentación.
Alementos dermonutritivos
La búsqueda de soluciones rápidas y efectivas, compensar las deficiencias derivadas del día a día, los productos naturales, el diálogo directo con las marcas, la vuelta a los orígenes y a lo natural son algunas de los motivos que inclinan la tendencia hacia una dermonutrición.
En referencia al perfil del consumidor que adquiere esta conducta, Córdoba habló de una 'wonder woman' para definir a una mujer con una edad media de 40 años, muy informada, que se cuida de forma integral, y que encuentra en los productos funcionales lo que necesita.
A pesar de que estos productos ocupan aún un reducido espacio en la cesta de la compra, las estadísticas demuestran que su consumo está generalizado y aumenta cada año en un 16 por ciento, según un informe de Datamonitor.
Por su parte, Esther Serra, dermatóloga del Hospital Sant Pau de Barcelona, subrayó el aumento de las consultas sobre el cuidado de la piel, y señaló que ha pasado de ser una consulta puntual a ser una situación frecuente.
Según un estudio llevado a cabo por Denditre para Essensis, el 74 por ciento de los dermatólogos recomiendan el cuidado desde el interior, ya que ciertos alimentos contienen nutrientes específicos que mejoran la calidad de la piel al actuar en el nivel celular, y contribuyen a conseguir la diferenciación de los queratinocitos para potenciar su función como barrera.
En cuanto a la alimentación, Raquel Puig, nutricionista, señaló la importancia de mantener una dieta equilibrada, así como mantener una hidratación adecuada. A su vez destacó que "un exceso de antioxidantes puede ser perjudicial, ya que lo que consigue es el efecto contrario".
Fuente:
elEconomista.es
5 de Marzo de 2008
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