Para lucir un cutis bonito hay una serie de pasos necesarios a realizar, básicos y muy sencillos. Para empezar, tu alimentación debe ser sana y equilibrada. Somos lo que comemos y una dieta saludable se reflejará no sólo en tu cuerpo o en tu cutis, sino que también se verán los resultados en tu cabello, tus uñas, tu salud, en suma.
Otro paso importante es la limpieza de cutis. Eliminar la suciedad, los restos de maquillaje, los efectos de la polución y demás residuos que se acumulan en el rostro a lo largo del día y que no dejan respirar a nuestra piel.La aplicación de mascarillas semanales para tu cara es fundamental. Relajan la piel, eliminan las células muertas de nuestra dermis aportándonos un rejuvenecimiento inmediato, y acaban con espinillas y otras irregularidades faciales. El mejor momento para su imposición es tras la ducha pues los poros están abiertos y absorberán perfectamente los efectos de la mascarilla.La humectación de la piel es, asimismo, muy importante. El último básico es la nutrición del cutis, pues se trata del alimento propio y directo de la piel. Un rostro bien nutrido es símil de suavidad y mejor color y aspecto.
Tipos de cutisPorque no todas las personas somos iguales, no existe un tipo estándar de piel. Darle a tu cutis los cuidados que necesita en función del tipo que se trate es la clave para el cuidado perfecto.Piel normal. Es casi la piel perfecta. Los poros que la componen son pequeños y, en principio, basta con los pasos básicos antes explicados para mantenerla cuidada. Hidrátala frecuentemente y lucirás una cara radiante.Piel seca. Se reconoce por sus descamaciones, poros cerrados y tirantez. Es una dermis especialmente sensible a los estragos del clima, sobre todo, al frío. Su mejor aliado es una crema nutritiva rica en aceites vegetales, como el de la almendra o el olivo, y vitaminas, en especial, A y E. Es fundamental una buena hidratación, a ser posible tras la ducha, y el uso de cremas, lociones o tónicos humectantes.Piel grasa. Es el cutis que se caracteriza por los brillos y los poros dilatados. A este tipo de pieles les convienen los productos astringentes que reduzcan la cantidad de grasa que segregan tus glándulas sebáceas. Aunque parezca contradictorio no debes descuidar su hidratación, por supuesto, con cremas hidratantes libres de grasa.Piel mixta. Las personas que tienen este tipo de cutis sufren exceso de grasa en la zona de la frente, la nariz y el mentón mientras que sus pómulos y mejillas afectan sequedad. Para combatir estos problemas, tras los pasos básicos de cuidado, es bueno aplicar un gel de áloe en la zona grasa del rostro (la llamada T) y, para las zonas secas, una crema hidronutritiva.
Trucos sencillosPara terminar de dar esplendor a tu cutis es bueno tener en cuenta unos pequeños consejos que podrás seguir desde casa.Si tienes una piel que presenta manchas oscuras o con exceso de pecas, que quieres aclarar y disimular, tu mejor arma es el zumo de limón natural. Exprime el cítrico y aplícalo sobre las manchas o pecas dos o tres veces al día, notarás los resultados.Para eliminar los odiosos puntos negros de tu cara, basta con que la laves con una aspirina disuelta en agua tibia. Conseguirás una mayor limpieza.Por último, si quieres fabricarte tu propio exfoliante casero, la guinda para contar con un cutis realmente fantástico, sólo debes añadir una cucharada sopera de azúcar a tu crema hidratante y aplicar el ungüento frotando suavemente en círculos sobre tu cara. Tras unos minutos, debes retirar la aplicación con abundante agua tibia. Si tu piel es seca puedes sustituir la crema hidratante por unas cucharadas de aceite de oliva.
Otro paso importante es la limpieza de cutis. Eliminar la suciedad, los restos de maquillaje, los efectos de la polución y demás residuos que se acumulan en el rostro a lo largo del día y que no dejan respirar a nuestra piel.La aplicación de mascarillas semanales para tu cara es fundamental. Relajan la piel, eliminan las células muertas de nuestra dermis aportándonos un rejuvenecimiento inmediato, y acaban con espinillas y otras irregularidades faciales. El mejor momento para su imposición es tras la ducha pues los poros están abiertos y absorberán perfectamente los efectos de la mascarilla.La humectación de la piel es, asimismo, muy importante. El último básico es la nutrición del cutis, pues se trata del alimento propio y directo de la piel. Un rostro bien nutrido es símil de suavidad y mejor color y aspecto.
Tipos de cutisPorque no todas las personas somos iguales, no existe un tipo estándar de piel. Darle a tu cutis los cuidados que necesita en función del tipo que se trate es la clave para el cuidado perfecto.Piel normal. Es casi la piel perfecta. Los poros que la componen son pequeños y, en principio, basta con los pasos básicos antes explicados para mantenerla cuidada. Hidrátala frecuentemente y lucirás una cara radiante.Piel seca. Se reconoce por sus descamaciones, poros cerrados y tirantez. Es una dermis especialmente sensible a los estragos del clima, sobre todo, al frío. Su mejor aliado es una crema nutritiva rica en aceites vegetales, como el de la almendra o el olivo, y vitaminas, en especial, A y E. Es fundamental una buena hidratación, a ser posible tras la ducha, y el uso de cremas, lociones o tónicos humectantes.Piel grasa. Es el cutis que se caracteriza por los brillos y los poros dilatados. A este tipo de pieles les convienen los productos astringentes que reduzcan la cantidad de grasa que segregan tus glándulas sebáceas. Aunque parezca contradictorio no debes descuidar su hidratación, por supuesto, con cremas hidratantes libres de grasa.Piel mixta. Las personas que tienen este tipo de cutis sufren exceso de grasa en la zona de la frente, la nariz y el mentón mientras que sus pómulos y mejillas afectan sequedad. Para combatir estos problemas, tras los pasos básicos de cuidado, es bueno aplicar un gel de áloe en la zona grasa del rostro (la llamada T) y, para las zonas secas, una crema hidronutritiva.
Trucos sencillosPara terminar de dar esplendor a tu cutis es bueno tener en cuenta unos pequeños consejos que podrás seguir desde casa.Si tienes una piel que presenta manchas oscuras o con exceso de pecas, que quieres aclarar y disimular, tu mejor arma es el zumo de limón natural. Exprime el cítrico y aplícalo sobre las manchas o pecas dos o tres veces al día, notarás los resultados.Para eliminar los odiosos puntos negros de tu cara, basta con que la laves con una aspirina disuelta en agua tibia. Conseguirás una mayor limpieza.Por último, si quieres fabricarte tu propio exfoliante casero, la guinda para contar con un cutis realmente fantástico, sólo debes añadir una cucharada sopera de azúcar a tu crema hidratante y aplicar el ungüento frotando suavemente en círculos sobre tu cara. Tras unos minutos, debes retirar la aplicación con abundante agua tibia. Si tu piel es seca puedes sustituir la crema hidratante por unas cucharadas de aceite de oliva.
Fuente:
El Nuevo Día
6 de Marzo de 2008
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