Los pies, compuestos por 28 huesos, más 6 mil terminaciones nerviosas, 57 articulaciones, numerosos músculos y un sin fin de vasos sanguíneos sufren un calvario todos los días, atrapados y encerrados bajo un calzado, que en ocasiones resulta tirano. Por: EFE 07-Agosto-2009
Además, estas delicadas peanas humanas deben soportar el peso corporal y desplazarlo por terrenos ásperos y duros como el asfalto. El problema se agrava cuando se les somete a la tortura de los tacones de vértigo sin apenas sujeción y con puntas estrechas.Aunque, desde que los pies empiezan a dar sus primeros pasos, se acostumbran a trabajar encerrados, es necesario prestarles atención antes de que protesten. Lo mejor, tras una larga y ardua jornada, es un baño de agua templada con sal común o aceites esenciales. A continuación intercalar duchas de agua caliente y fría y terminar el proceso con una buena capa de crema hidratante y nutritiva. Mejor si es específica para los pies, con el fin de evitar la deshidratación y compensar su déficit de grasa.Otro de los problemas de los pies es la sudoración y para combatirla hay que utilizar desodorantes con activos antifúngicos y antibacterianos. Como truco casero, se puede recurrir a los polvos de talco para absorber la humedad del sudor.Además de la higiene diaria, una vez a la semana, se deben de cortar las uñas, con forma recta, y limarlas con una lima de cartón para evitar la aparición de los uñeros –uñas encarnadas-. Los exfoliantes son muy útiles para eliminar las pequeñas durezas. Siempre que existan durezas, callos, ojos de gallo o juanetes se precisa la atención del podólogo. Felicidad Carrera explica que “los problemas más frecuentes de la piel de los pies son la sequedad, las durezas, los callos y la deshidratación” y aconseja “masajes específicos, reflexoterapia y quiromasajes para preservar la belleza y la salud de los pies” .Con el buen tiempo se debe estar más alerta, ya que el cambio de calzado conlleva que a los problemas comunes se les sumen las ampollas y las rozaduras. Sí, es bueno andar descalzo, pero ¡ojo por donde se pisa!, un cristal o cualquier metal puede desembocar en un desagradable y doloroso accidente.Si sólo prestamos atención al rostro, al escote y al cabello, las manos, sin piedad, delatarán la edad. Hoy, ya nadie se cree que un rostro que aparente 40 años los tenga, si las manos están teñidas de manchas y surcadas de arrugas. Lamentablemente, creerán a las manos.Tan delicadas y frágiles como el contorno de los ojos, las manos, que apenas poseen glándulas sebáceas que las protejan, necesitan hidratación y nutrición diaria para restablecer la hidratación y eliminar la tirantez, la sequedad, las descamaciones y la aparición de manchas y arrugas.La cosmética actual ofrece cremas que están enriquecidas con vitaminas, agentes calmantes y cicatrizantes que miman las manos como si de guantes se tratasen.La diferencia entre unas manos que apetezca enseñar y otras que se ocultan con timidez y mucha discreción, es tan sólo cuestión de una manicura inmaculada.
Además, estas delicadas peanas humanas deben soportar el peso corporal y desplazarlo por terrenos ásperos y duros como el asfalto. El problema se agrava cuando se les somete a la tortura de los tacones de vértigo sin apenas sujeción y con puntas estrechas.Aunque, desde que los pies empiezan a dar sus primeros pasos, se acostumbran a trabajar encerrados, es necesario prestarles atención antes de que protesten. Lo mejor, tras una larga y ardua jornada, es un baño de agua templada con sal común o aceites esenciales. A continuación intercalar duchas de agua caliente y fría y terminar el proceso con una buena capa de crema hidratante y nutritiva. Mejor si es específica para los pies, con el fin de evitar la deshidratación y compensar su déficit de grasa.Otro de los problemas de los pies es la sudoración y para combatirla hay que utilizar desodorantes con activos antifúngicos y antibacterianos. Como truco casero, se puede recurrir a los polvos de talco para absorber la humedad del sudor.Además de la higiene diaria, una vez a la semana, se deben de cortar las uñas, con forma recta, y limarlas con una lima de cartón para evitar la aparición de los uñeros –uñas encarnadas-. Los exfoliantes son muy útiles para eliminar las pequeñas durezas. Siempre que existan durezas, callos, ojos de gallo o juanetes se precisa la atención del podólogo. Felicidad Carrera explica que “los problemas más frecuentes de la piel de los pies son la sequedad, las durezas, los callos y la deshidratación” y aconseja “masajes específicos, reflexoterapia y quiromasajes para preservar la belleza y la salud de los pies” .Con el buen tiempo se debe estar más alerta, ya que el cambio de calzado conlleva que a los problemas comunes se les sumen las ampollas y las rozaduras. Sí, es bueno andar descalzo, pero ¡ojo por donde se pisa!, un cristal o cualquier metal puede desembocar en un desagradable y doloroso accidente.Si sólo prestamos atención al rostro, al escote y al cabello, las manos, sin piedad, delatarán la edad. Hoy, ya nadie se cree que un rostro que aparente 40 años los tenga, si las manos están teñidas de manchas y surcadas de arrugas. Lamentablemente, creerán a las manos.Tan delicadas y frágiles como el contorno de los ojos, las manos, que apenas poseen glándulas sebáceas que las protejan, necesitan hidratación y nutrición diaria para restablecer la hidratación y eliminar la tirantez, la sequedad, las descamaciones y la aparición de manchas y arrugas.La cosmética actual ofrece cremas que están enriquecidas con vitaminas, agentes calmantes y cicatrizantes que miman las manos como si de guantes se tratasen.La diferencia entre unas manos que apetezca enseñar y otras que se ocultan con timidez y mucha discreción, es tan sólo cuestión de una manicura inmaculada.
Fuente:
Vanguardia
07/08/09
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