La cura para el estrés, los ataques cardiacos y la obesidad, característicos de las grandes ciudades como el Distrito Federal, es desincentivar el uso del automóvil, una buena alimentación “y reírse todos los días”.
Enrique Jacoby, asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que los congestionamientos viales que se viven en la ciudad de México deterioran la calidad de vida aun cuando las personas mueren a mayor edad.
El problema, dijo, “es que esos años que se aumentaron en la esperanza de vida no son saludables”, toda vez que los adultos presentan enfermedades crónico degenerativas como diabetes y padecimientos respiratorios a edad temprana en lugar de en los últimos años de vida.
El deterioro se debe a las horas que pasa la gente en el automóvil o el transporte público “que inconscientemente causa estrés”.
Además de que el estilo de vida agitado de la ciudad y los problemas sociales generan alteraciones de carácter y estado de ánimo que afectan en la convivencia diaria.
La mala alimentación es otro factor que contribuye a la aparición de enfermedades debido a que la gente consume productos procesados en lugar de comida natural.
De acuerdo con Enrique Jacoby, 20% de las muertes en América Latina están relacionadas con accidentes automovilísticos, lo que resulta un gasto socioeconómico para los países por sus consecuencias.
El crecimiento anual de Latinoamérica “se lo come el aumento de calles y el tratamiento a enfermedades crónico degenerativas, por lo que resulta un absurdo económico fomentar el uso del automóvil”.
Enrique Jacoby, asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que los congestionamientos viales que se viven en la ciudad de México deterioran la calidad de vida aun cuando las personas mueren a mayor edad.
El problema, dijo, “es que esos años que se aumentaron en la esperanza de vida no son saludables”, toda vez que los adultos presentan enfermedades crónico degenerativas como diabetes y padecimientos respiratorios a edad temprana en lugar de en los últimos años de vida.
El deterioro se debe a las horas que pasa la gente en el automóvil o el transporte público “que inconscientemente causa estrés”.
Además de que el estilo de vida agitado de la ciudad y los problemas sociales generan alteraciones de carácter y estado de ánimo que afectan en la convivencia diaria.
La mala alimentación es otro factor que contribuye a la aparición de enfermedades debido a que la gente consume productos procesados en lugar de comida natural.
De acuerdo con Enrique Jacoby, 20% de las muertes en América Latina están relacionadas con accidentes automovilísticos, lo que resulta un gasto socioeconómico para los países por sus consecuencias.
El crecimiento anual de Latinoamérica “se lo come el aumento de calles y el tratamiento a enfermedades crónico degenerativas, por lo que resulta un absurdo económico fomentar el uso del automóvil”.
Fuente:
El Universal
10 de Noviembre de 2008
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