Tres de cada diez niños tienen problemas emocionales y desórdenes sicológicos a causa de la situación de violencia que se presenta en el entorno, lo cual provoca que el modelo de agresión lo reproduzcan en otros menores de edad, según señaló Amalia Gómez Cotero, investigadora del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Santo Tomás, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
En un comunicado de prensa, la especialista advirtió que los índices de desórdenes sicológicos en menores de entre 7 y 16 años “crecen de modo alarmante”, y explicó que esta situación ha originado que una mayor cantidad de padres de familia acudan a centros de salud para atender a sus hijos y corregir conductas que se reflejan en una baja autoestima y un fuerte impulso por ejercer violencia.
Detalló que cuando existe una modificación en la conducta de los niños se aprecia determinado comportamiento, como levantar la voz, dejar de hablar, aislarse e insultar. “Los niños pueden pasar al siguiente nivel, en el que reaccionan con agresividad ante cualquier inconformidad y en la mayoría de las ocasiones llegan a la agresión física”, dijo la especialista, quien urgió a la sociedad e instituciones de salud y educativas a reforzar sus acciones para revertir los efectos que provoca la violencia en el entorno.
Informó que en el CICS se atiende a menores de edad que padecen diferentes estados de estrés emocional. Hizo hincapié en que no sólo con tratamiento profesional es como los niños que sufren trastornos sicológicos pueden superarlos, sino que es esencial que los integrantes de la familia fomenten un entorno más cálido y compresivo que les dé mayor seguridad.
Amalia Gómez enfatizó que el mayor porcentaje de presencia de trastornos infantiles a causa de la violencia social ocurre en grandes urbes, donde se acentúan problemas de hacinamiento, falta de empleo, estrés y neurosis, que impulsan el temperamento agresivo entre los integrantes de la sociedad.
En un comunicado de prensa, la especialista advirtió que los índices de desórdenes sicológicos en menores de entre 7 y 16 años “crecen de modo alarmante”, y explicó que esta situación ha originado que una mayor cantidad de padres de familia acudan a centros de salud para atender a sus hijos y corregir conductas que se reflejan en una baja autoestima y un fuerte impulso por ejercer violencia.
Detalló que cuando existe una modificación en la conducta de los niños se aprecia determinado comportamiento, como levantar la voz, dejar de hablar, aislarse e insultar. “Los niños pueden pasar al siguiente nivel, en el que reaccionan con agresividad ante cualquier inconformidad y en la mayoría de las ocasiones llegan a la agresión física”, dijo la especialista, quien urgió a la sociedad e instituciones de salud y educativas a reforzar sus acciones para revertir los efectos que provoca la violencia en el entorno.
Informó que en el CICS se atiende a menores de edad que padecen diferentes estados de estrés emocional. Hizo hincapié en que no sólo con tratamiento profesional es como los niños que sufren trastornos sicológicos pueden superarlos, sino que es esencial que los integrantes de la familia fomenten un entorno más cálido y compresivo que les dé mayor seguridad.
Amalia Gómez enfatizó que el mayor porcentaje de presencia de trastornos infantiles a causa de la violencia social ocurre en grandes urbes, donde se acentúan problemas de hacinamiento, falta de empleo, estrés y neurosis, que impulsan el temperamento agresivo entre los integrantes de la sociedad.
Fuente:
La Jornada
5 de Noviembre de 2008
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