¿Quién no ha disfrutado de su programa favorito comiendo un aperitivo? Seguramente que la mayoría de nosotros lo hemos hecho alguna vez, aunque es una actividad nada recomendable para nuestra salud.
Comer y ver la tele son actividades incompatibles según han determinado estudios recientes que aseguran que es una actividad perjudicial para nuestra salud y una causa directa del sobrepeso en muchos individuos, y es que ver la tele inhibe la sensación de saciedad lo que hace que ingiramos más alimento.
Normalmente cuando vemos la televisión mantenemos una actitud relajada pues es una forma de evadirnos de la rutina y sumergirnos en un mundo ficticio. Es por esto que nuestra forma de pensar es más relajada y menos crítica a los estímulos que recibimos. Además, a esto hay que sumar que nuestra conciencia no actúa de igual forma que cuando no estamos viendo la televisión.
Por estos motivos ver la tele es un momento malísimo para ingerir alimentos a causa de que nuestro cuerpo está más pendiente de lo que vemos que de lo que comemos. A esto hay que añadir que la comida preferida mientras estamos delante del televisor son los snacks o aperitivos que normalmente suelen ser alimentos con un alto contenido en grasas saturadas y calorías vacías que lo único que nos aportan es colesterol sin nutrientes.
Mientras vemos la tele no somos conscientes de las cantidades que ingerimos, que suelen ser altas, pues no estamos concentrados en la comida, sino que simplemente cogemos el alimento y lo llevamos a la boca mecánicamente. Es por esto que no detectamos cuando estamos saciados, y nos damos grandes atracones que lo único que nos aportarán serán unos kilos de más, y en muchos casos un buen dolor de estómago.
Este efecto se agrava cuando aparecen anuncios de comida, y es que inconscientemente recibimos estímulos que nos incitan a comer más, con lo que nuestras ganas de ingerir alimento aumentan cuando estamos frente al televisor. Es cierto que la gente que ve más tele consume más alimento que los que no tienen una vida tan sedentaria frente al televisor, sino que se mueven más.
Debemos desterrar el hábito de sentarnos a ver la tele con un buen plato de snacks. Podemos cambiar esta costumbre por una macedonia de frutas o alimentos que apenas nos aporten calorías, aunque lo ideal es abandonar los hábitos sedentarios y hacer que la tele sea sólo un entretenimiento pasajero que apenas ocupe nuestro tiempo libre.
Comer y ver la tele son actividades incompatibles según han determinado estudios recientes que aseguran que es una actividad perjudicial para nuestra salud y una causa directa del sobrepeso en muchos individuos, y es que ver la tele inhibe la sensación de saciedad lo que hace que ingiramos más alimento.
Normalmente cuando vemos la televisión mantenemos una actitud relajada pues es una forma de evadirnos de la rutina y sumergirnos en un mundo ficticio. Es por esto que nuestra forma de pensar es más relajada y menos crítica a los estímulos que recibimos. Además, a esto hay que sumar que nuestra conciencia no actúa de igual forma que cuando no estamos viendo la televisión.
Por estos motivos ver la tele es un momento malísimo para ingerir alimentos a causa de que nuestro cuerpo está más pendiente de lo que vemos que de lo que comemos. A esto hay que añadir que la comida preferida mientras estamos delante del televisor son los snacks o aperitivos que normalmente suelen ser alimentos con un alto contenido en grasas saturadas y calorías vacías que lo único que nos aportan es colesterol sin nutrientes.
Mientras vemos la tele no somos conscientes de las cantidades que ingerimos, que suelen ser altas, pues no estamos concentrados en la comida, sino que simplemente cogemos el alimento y lo llevamos a la boca mecánicamente. Es por esto que no detectamos cuando estamos saciados, y nos damos grandes atracones que lo único que nos aportarán serán unos kilos de más, y en muchos casos un buen dolor de estómago.
Este efecto se agrava cuando aparecen anuncios de comida, y es que inconscientemente recibimos estímulos que nos incitan a comer más, con lo que nuestras ganas de ingerir alimento aumentan cuando estamos frente al televisor. Es cierto que la gente que ve más tele consume más alimento que los que no tienen una vida tan sedentaria frente al televisor, sino que se mueven más.
Debemos desterrar el hábito de sentarnos a ver la tele con un buen plato de snacks. Podemos cambiar esta costumbre por una macedonia de frutas o alimentos que apenas nos aporten calorías, aunque lo ideal es abandonar los hábitos sedentarios y hacer que la tele sea sólo un entretenimiento pasajero que apenas ocupe nuestro tiempo libre.
Fuente:
Vitónica
1 de Septiembre de 2008
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