jueves, 4 de septiembre de 2008

Influencia familiar incide en los hábitos alimenticios


Consumir una dieta hipercalórica durante la infancia aumenta las posibilidades de ser obeso. El contexto social y los problemas de salud que acompañan la obesidad afectan emocional y físicamente a las personas.
Los hábitos alimenticios adoptados durante la infancia rigen el tipo de dieta que mantendrá la persona a lo largo de su vida. Al formar parte de una familia de obesos, es probable que la alimentación de los niños contenga niveles calóricos superiores a los que éste requiere, según su consumo de energía. El exceso de calorías se transforma en tejido adiposo y el resultado es un niño o adolescente con sobrepeso, factor determinante en la aparición de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo dos.
Gabriel Rendón, médico psiquiatra, explicó que las personas con obesidad pueden verse afectadas emocionalmente por su condición física, debido a que el “culto a la belleza” cada vez está más afianzado en la sociedad actual, causando reacciones psicológicas en quienes no entran en el estereotipo común de estética.
“Partiendo de la interacción social podemos abordar más certeramente el impacto psicológico de la obesidad-señaló Rendón-, ya que por lo general nos encontramos con personas que eventualmente pueden presentar sensaciones de vergüenza, culpa, disminución del concepto del sí mismo, pobre autoestima y baja calidad de sus relaciones interpersonales”.
El psiquiatra señaló que la obesidad es causada por un sistema multifactorial, en el que influye el contexto familiar, ya que éste rige su “proceso de crianza, aprendizaje, estructuración de nuestro sistemas de valores y creencias; además de los hábitos de vida que nos acompañan siempre”, agregó.
Por su parte, el endocrinólogo Daniel Marante explicó que la influencia de la nutrición, dada en el contexto familiar, es fundamental para el desarrollo de la obesidad, debido que la ingesta de alimentos en exceso origina que nuestro organismo almacene grandes cantidades de grasa corporal, generando que haya un aumento de peso.
En ese sentido, el sistema endocanabinoide –SEC-, juega un papel fundamental en el metabolismo de los lípidos y la glucosa. Su sobreactivación está estrechamente relacionada con la obesidad -principalmente la que se concentra en el abdomen- y los trastornos metabólicos, por lo que: a mayor medida de circunferencia abdominal el paciente tendrá un SEC más hiperactivo, que a su vez conlleva a mayores alteraciones en el metabolismo de los lípidos y la glucosa, y a continuar aumentando de peso; así como la consecuente predisposición mayor a enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo dos.
El SEC actúa a nivel del sistema nervioso central, donde influencia diferentes conductas, lo que afecta la estimulación del apetito y la sensación de placer producida por la ingesta de alimentos. También, tiene actividad periférica en distintos órganos y sistemas como lo son el músculo esquelético, páncreas, hígado y tracto gastrointestinal, por lo que la sobreactivación estimula el deseo de comer y tiene un efecto directo sobre la dislipidemia, la resistencia a la insulina y la obesidad.
Marante indicó que el riesgo cardiovascular en el contexto de una familia de obesos esta determinado genéticamente, así como la hipertensión arterial, diabetes, entre otros factores metabólicos. “Las personas que presenten estos problemas deben buscar ayuda profesional, ya sea nutricional o psicológica, para ayudarlos a modificar su forma de comer”, destacó el galeno.
“Es recomendable, en caso que aparezcan problemas de sobrepeso, que los pacientes busquen ayuda en instituciones de salud serias, de autoayuda, evitando caer en manos de personas irresponsables que ofrecen tratamientos mágicos, los cuales ponen en peligro su salud”, concluyó el endocrinólogo.


Fuente:

Analitica.com

4 de Septiembre de 2008



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