CHICAGO (Reuters) - Millones de niños pobres de Estados Unidos estarían engordando antes de los 10 años porque sus madres están estresadas y los jóvenes buscarían una vía de escape en la comida poco saludable, indicaron el martes investigadores.
El estrés está arraigado entre los pobres, fundamentalmente debido a los problemas de dinero, la carga laboral, la mala cobertura de salud y otros factores, señaló Craig Gundersen, de la University of Illinois, quien dirigió el estudio.
"Las personas comen en respuesta a la sensación de estrés," dijo el autor en una entrevista telefónica, y en este caso los niños estarían comiendo más como respuesta a los problemas en el hogar relacionados con el estrés.
Los hallazgos muestran que existe la necesidad de una red social firme de contención para las familias pobres, que brinde protección para este tipo de inconvenientes, una mejor educación financiera para ayudar a los pobres a manejar mejor el dinero y una cobertura adecuada de salud, añadió Gundersen.
El equipo de Gundersen, de la Iowa State University y la Michigan State University, observó los datos de 841 niños de familias que vivían por debajo de la línea de la pobreza y habían participado de un sondeo del Gobierno sobre nutrición realizado entre 1999 y el 2002.
"Hallamos que el estrés acumulado experimentado por la madre del niño es un determinante importante del sobrepeso infantil," informó el equipo en un estudio publicado en la edición de septiembre de la revista Pediatrics.
Los chicos que vivían en hogares con mucho estrés y donde había suficiente alimento eran más propensos a padecer sobrepeso u obesidad que aquellos que vivían en ambientes estresantes pero donde la comida escaseaba, añadieron los autores.
Esto se deberían a que si bien en ambos casos se padecían ambientes con estrés, el primer grupo contaba con alimentos en los cuales encontrar refugio.
El estrés está arraigado entre los pobres, fundamentalmente debido a los problemas de dinero, la carga laboral, la mala cobertura de salud y otros factores, señaló Craig Gundersen, de la University of Illinois, quien dirigió el estudio.
"Las personas comen en respuesta a la sensación de estrés," dijo el autor en una entrevista telefónica, y en este caso los niños estarían comiendo más como respuesta a los problemas en el hogar relacionados con el estrés.
Los hallazgos muestran que existe la necesidad de una red social firme de contención para las familias pobres, que brinde protección para este tipo de inconvenientes, una mejor educación financiera para ayudar a los pobres a manejar mejor el dinero y una cobertura adecuada de salud, añadió Gundersen.
El equipo de Gundersen, de la Iowa State University y la Michigan State University, observó los datos de 841 niños de familias que vivían por debajo de la línea de la pobreza y habían participado de un sondeo del Gobierno sobre nutrición realizado entre 1999 y el 2002.
"Hallamos que el estrés acumulado experimentado por la madre del niño es un determinante importante del sobrepeso infantil," informó el equipo en un estudio publicado en la edición de septiembre de la revista Pediatrics.
Los chicos que vivían en hogares con mucho estrés y donde había suficiente alimento eran más propensos a padecer sobrepeso u obesidad que aquellos que vivían en ambientes estresantes pero donde la comida escaseaba, añadieron los autores.
Esto se deberían a que si bien en ambos casos se padecían ambientes con estrés, el primer grupo contaba con alimentos en los cuales encontrar refugio.
"Los niños en familias con la comida asegurada tendrían mayor posibilidad de consumir 'alimentos confortables', que suelen ser poco saludables, como respuesta a (el estrés) que experimentan," escribieron los investigadores.
Dado que la mayoría de los chicos estadounidenses no vive en zonas donde los alimentos escaseen, los resultados sobre la influencia del estrés materno "serían un importante factor de riesgo para los niños que son obesos o tienen sobrepeso en Estados Unidos," concluyó el equipo.
"Nuestros hallazgos son particularmente relevantes para los niños de entre 3 y 10 años," señalaron los expertos, dado que los chicos de mayor edad pueden hallar alivio fuera del hogar, en los amigos o el trabajo.
Alrededor del 17 por ciento de los niños estadounidenses de entre 2 y 19 años son obesos y otro 16 por ciento padece sobrepeso.
"Varias madres en este estudio sufrían al menos un síntoma de depresión y ansiedad. Brindar a estas mujeres atención y asesoramiento médico relevante, aliviaría los síntomas y tendría el beneficio indirecto de disminuir el sobrepeso infantil," finalizaron los autores.
(Editada en español por Ana Laura Mitidieri)
Dado que la mayoría de los chicos estadounidenses no vive en zonas donde los alimentos escaseen, los resultados sobre la influencia del estrés materno "serían un importante factor de riesgo para los niños que son obesos o tienen sobrepeso en Estados Unidos," concluyó el equipo.
"Nuestros hallazgos son particularmente relevantes para los niños de entre 3 y 10 años," señalaron los expertos, dado que los chicos de mayor edad pueden hallar alivio fuera del hogar, en los amigos o el trabajo.
Alrededor del 17 por ciento de los niños estadounidenses de entre 2 y 19 años son obesos y otro 16 por ciento padece sobrepeso.
"Varias madres en este estudio sufrían al menos un síntoma de depresión y ansiedad. Brindar a estas mujeres atención y asesoramiento médico relevante, aliviaría los síntomas y tendría el beneficio indirecto de disminuir el sobrepeso infantil," finalizaron los autores.
(Editada en español por Ana Laura Mitidieri)
Fuente:
Reuters América Latina
2 de Septiembre de 2008
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