El cuerpo humano está provisto de un órgano llamado páncreas, el cual se ubica detrás del estómago y está formado por distintos grupos de células, entre ellas las denominadas beta, cuya función es producir la hormona insulina, la cual se encarga de que la glucosa (también denominada azúcar, glucemia o glicemia) que llega al torrente sanguíneo a través de los alimentos ingrese al hígado, músculos y tejidos, que son sus medios para almacenar energía. Cuando la insulina deja de producirse, o bien si estando presente en el organismo no cumple adecuadamente sus funciones, el azúcar que consumimos a través de los alimentos no puede aprovecharse, por lo que tiende a concentrarse en el flujo sanguíneo. Al respecto, la Dra. Sara Arellano Montaño -jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital General de México de la Secretaría de Salud, en la Ciudad de México- explica en entrevista para saludymedicinas.com.mx que "cuando el paciente no produce insulina se debe a que las células beta del páncreas sufrieron algún daño, lo que deriva en diabetes tipo 1. Asimismo, hay quienes sí producen dicha hormona, incluso hasta en cantidades mayores a las normales, pero no la utilizan en forma adecuada, problema conocido como diabetes tipo 2".
Por lo anterior, la aplicación de insulina en los pacientes con diabetes tipo 1 es fundamental, en tanto que las personas que sufren la enfermedad en el tipo 2 requieren hipoglucemiantes (medicamentos que disminuyen los niveles de glucosa) y, en ocasiones, también insulina. En ambos casos es necesario que se siga dieta baja en azúcares simples (aquellos que tienen sabor dulce) y se practique ejercicio. Un poco de historia En la actualidad, los pacientes con diabetes tipo 1 ó 2 que requieren insulina sintética para controlar su niveles de glucemia en sangre tienen a su alcance dicho medicamento en forma mejorada y con mayor índice de seguridad. Todo ello ha sido posible gracias al trabajo de investigación de hombres y mujeres de ciencia; le invitamos a conocer su historia. A finales del siglo XIX algunos científicos observaron que en el páncreas había algo que se asociaba al desarrollo de diabetes, fundamentos que fueron retomados a principios del siglo XX por los investigadores canadienses Frederick Banting y Charles Best, quienes comenzaron a hacer experimentos. Los doctores antes citados notaron que al extirparle el páncreas a un perro, éste desarrollaba diabetes, pero lograron extraer una sustancia de dicho órgano que al inyectársela al animal enfermo hacía que diminuyeran sus niveles de glucosa en sangre. De esta manera, fue como descubrieron la insulina en 1921, acontecimiento que los hizo merecedores al Premio Nobel de Medicina en 1923. "En ese entonces, la insulina se obtenía del páncreas de cerdos y bovinos mediante técnicas poco sofisticadas, por lo que se contaminaba y ello ocasionaba algunos problemas a los pacientes, especialmente de tipo alérgico. No obstante, conforme pasó el tiempo se desarrollaron insulinas sintéticas más puras, hasta llegar a la humana, la cual es idéntica a la que produce nuestro organismo, pero se crea a través de biotecnología", refiere la Dra. Arellano Montaño, quien también es presidenta de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología. Variedades de insulina Los avances científicos han ido más allá, pues se ha logrado desarrollar insulina humana de diferentes tipos: Ultracorta. Actúa en 10 ó 15 minutos, en 30 minutos adquiere su máxima concentración en el organismo y hay que aplicarla inmediatamente antes de comer; en caso de no ingerir alimentos los niveles de glucosa en sangre pueden disminuir de manera importante. Rápida. Comienza a actuar 30 minutos después de inyectarla y sus efectos pueden prolongarse entre 4 y 6 horas. Intermedia. Actúa dos horas después de haberla aplicado y se mantiene de 12 a 16 horas. Ultralarga. En teoría puede tener efecto durante 24 horas. Cabe destacar que cada paciente es diferente, por lo que puede requerir la administración de un tipo específico de insulina, o bien una combinación de varias, lo cual deberá ser prescrito y vigilado por el médico endocrinólogo o internista. "Todos estos tipos de insulina son seguros para los pacientes, como reacción secundaria hay algunas personas que sólo manifiestan comezón en la zona donde se inyectó, pero ello no representa mayor problema. El riesgo más peligroso es no manejar la dosis apropiada (elevada) y que el afectado coma menor cantidad de alimentos y haga más ejercicio, pues ello puede ocasionar que la glucosa baje más de lo adecuado", advierte la endocrinóloga. Cabe destacar que la administración de la insulina se efectúa por vía subcutánea (por debajo de la piel) en muslos, brazos, abdomen o glúteos con una jeringa especial o con ayuda de un instrumento forma de pluma, en cuyo interior se encuentra el medicamento. Es necesario considerar que los frascos de insulina deben ser refrigerados para que se conserven en buen estado. La temperatura en la que deben estar almacenados es entre 2 y 8 grados centígrados; para ello el medicamento puede guardarse en la parte baja del refrigerador. Adelantos científicos "En la actualidad se siguen haciendo investigaciones y estudios para aportar mejoras al tratamiento del paciente con diabetes, entre ellos se encuentran las insulinas inhaladas, las cuales todavía están en pruebas. Asimismo, se han desarrollado fármacos orales con excelente respuesta por parte del paciente", señala la Dra. Arellano Montaño. Otros adelantos que se han logrado y que ya están disponibles incluyen a las bombas de insulina, las cuales son aparatos semejantes a un radiolocalizador, constituidos por un depósito para la insulina, un catéter (tubo delgado que con ayuda de una aguja se conecta al abdomen en forma subcutánea) y un chip que permite la programación de los horarios en los que debe mandar una dosis del medicamento al organismo a través de la piel abdominal. "Estos dispositivos están diseñados para ser usados en forma continua y suministrar insulina más de cuatro veces al día", acota la especialista. Entérese… En la actualidad, los pacientes con diabetes tipo 1 ó 2 que requieren insulina sintética para controlar su niveles de glucemia en la sangre tienen a su alcance dicho medicamento en forma mejorada y con mayor índice de seguridad.
Fuente:
La Voz
10 de Septiembre de 2008
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