Lo más importante es una exhaustiva pedicura y mucha hidratación para que luzcan realmente lindos y sanos
Durezas, acumulación de tejidos muertos en la planta, laterales y talones, grietas, uñas encarnadas o descuidadas, ojos de gallo y pequeñas rozaduras son los problemas más habituales que los podólogos y expertos en pedicuría se encuentran habitualmente.Sobre los pies recae un porcentaje alto del peso del cuerpo, están sometidos a múltiples tensiones y la mayoría de las veces oprimidos por un calzado inadecuado y perjudicial para su transpiración y bienestar, circunstancia que repercute a su vez sobre la columna vertebral.Para lucir los pies sin complejos, se debe de realizar una pequeña puesta a punto que implica acudir al podólogo, pero unos cuidados elementales diarios servirán de estímulo y relajación.La solución está en ponerse en manos expertas que realice un "peeling" en profundidad y acabe con los callos, las durezas y pieles muertas. Después corte y lime las uñas y por último hidrate los pies con aceites esenciales y fórmulas de hidratación enriquecidas.CUIDADOS DIARIOSDespués de la ducha, la hidratación es importante. Evita que aparezcan grietas, durezas en incluso ampollas. Además de hidratarlos bien por la mañana o por la noche, es recomendable acudir al podólogo al menos una vez cada dos meses.Si los pies transpiran mucho, empólvelos con un desodorante específico todos los días después de la ducha. El talco también reduce la humedad y suaviza las rozaduras.Cuando el día se nos presenta más largo de lo habitual, los spray refrescantes combaten la sensación de cansancio y de calor con eficacia.EFECTO CALMANTEEs recomendable andar descalzo sobre la arena, la hierba, las alfombras, o la madera. Los pies necesitan aire y liberarse de la opresión del calzado.Andar por la arena es una actividad muy beneficiosa para los pies. Todos los dedos se mueven y la musculatura se desarrolla por igual, al tiempo que el tobillo se deshincha. Las olas del mar ejercen de masajista natural para las plantas.Tras un día de agotador, la mejor manera de calmar el dolor de pies es alternar duchas de agua fría y caliente durante cinco minutos, termine siempre con agua fría.Otra opción es aplicar una hidratante con efecto calmante y realizar una serie de ejercicios que activen la circulación:- Acostada, levante los pies unos veinticinco centímetros del suelo, incline las puntas de los dedos hacia arriba, forzando los tobillos al máximo. Hágalo al menos diez veces.- Acostada o sentada con las piernas al frente y las rodillas tensas, intente dibujar círculos hacia fuera. Hacerlo diez veces y repetirlo otras tantas hacia dentro.- Apoyada sobre una de las plantas del pie, poner el otro de puntillas y contar hasta cinco. Repetir diez veces con cada pie.
Durezas, acumulación de tejidos muertos en la planta, laterales y talones, grietas, uñas encarnadas o descuidadas, ojos de gallo y pequeñas rozaduras son los problemas más habituales que los podólogos y expertos en pedicuría se encuentran habitualmente.Sobre los pies recae un porcentaje alto del peso del cuerpo, están sometidos a múltiples tensiones y la mayoría de las veces oprimidos por un calzado inadecuado y perjudicial para su transpiración y bienestar, circunstancia que repercute a su vez sobre la columna vertebral.Para lucir los pies sin complejos, se debe de realizar una pequeña puesta a punto que implica acudir al podólogo, pero unos cuidados elementales diarios servirán de estímulo y relajación.La solución está en ponerse en manos expertas que realice un "peeling" en profundidad y acabe con los callos, las durezas y pieles muertas. Después corte y lime las uñas y por último hidrate los pies con aceites esenciales y fórmulas de hidratación enriquecidas.CUIDADOS DIARIOSDespués de la ducha, la hidratación es importante. Evita que aparezcan grietas, durezas en incluso ampollas. Además de hidratarlos bien por la mañana o por la noche, es recomendable acudir al podólogo al menos una vez cada dos meses.Si los pies transpiran mucho, empólvelos con un desodorante específico todos los días después de la ducha. El talco también reduce la humedad y suaviza las rozaduras.Cuando el día se nos presenta más largo de lo habitual, los spray refrescantes combaten la sensación de cansancio y de calor con eficacia.EFECTO CALMANTEEs recomendable andar descalzo sobre la arena, la hierba, las alfombras, o la madera. Los pies necesitan aire y liberarse de la opresión del calzado.Andar por la arena es una actividad muy beneficiosa para los pies. Todos los dedos se mueven y la musculatura se desarrolla por igual, al tiempo que el tobillo se deshincha. Las olas del mar ejercen de masajista natural para las plantas.Tras un día de agotador, la mejor manera de calmar el dolor de pies es alternar duchas de agua fría y caliente durante cinco minutos, termine siempre con agua fría.Otra opción es aplicar una hidratante con efecto calmante y realizar una serie de ejercicios que activen la circulación:- Acostada, levante los pies unos veinticinco centímetros del suelo, incline las puntas de los dedos hacia arriba, forzando los tobillos al máximo. Hágalo al menos diez veces.- Acostada o sentada con las piernas al frente y las rodillas tensas, intente dibujar círculos hacia fuera. Hacerlo diez veces y repetirlo otras tantas hacia dentro.- Apoyada sobre una de las plantas del pie, poner el otro de puntillas y contar hasta cinco. Repetir diez veces con cada pie.
Fuente:
El Dia
3 de Julio de 2008
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