El beber exceso de líquidos o, por el contrario, la falta de hidratación pueden ocasionar graves trastornos en nuestro organismo. La mayoría de la gente piensa que hay que beber al menos dos litros al día, sin tener en cuenta el resto de líquidos y alimentos que tomamos. Los expertos nos dicen ahora que algunas personas, sobre todo las mujeres a dieta y los deportistas, pueden estar rebasando el límite. Entonces, ¿cuánta agua hay que beber? ¿Cuál es la mejor forma de hidratarnos? ¿Es cierto que beber mucha agua adelgaza? A continuación, te damos las respuestas.
¿Dos litros son suficientes? Una revisión de estudios publicada hace seis años se enfrentaba ya a la corriente que animaba a la gente a beber ocho vasos de agua al día, independientemente del resto de líquidos y alimentos consumidos. Los autores del trabajo (publicado en American Journal of Physiology) concluyeron que “no existen datos científicos suficientes para afirmar que un adulto sano que viva en climas templados, y no realice esfuerzos físicos importantes, necesite grandes cantidades de agua”. “Bebe siempre que sientas sed”, era su recomendación. En 2004, el Instituto de Medicina (IOM) de los EE.UU. emitió a su vez nuevas pautas que eliminaban la recomendación de beber los dos litros de agua al día. También aquí, los expertos concluyeron que “la sed es la señal que ayuda a determinar la necesidad de agua”. Las excepciones a la regla son pacientes que requieren mayor ingesta de líquidos; deportistas y personas que realizan grandes esfuerzos físicos; personas en situaciones ambientales de altas temperaturas y humedad... ¿Cómo nos mantenemos bien hidratados? La novedad fue que, al dar sus recomendaciones, la IOM no habló específicamente de agua sino de “ingesta de líquidos”. Indicó como necesarios un total de 2,5 litros de líquidos al día para las mujeres y un total de 3,5 litros para los hombres. Eso incluye los líquidos presentes en todas las bebidas y comidas ingeridas cada día. Los expertos recordaron que aproximadamente el 80% de la ingesta proviene de los líquidos; el 20% restante proviene del agua presente en los alimentos. Teniendo eso en cuenta, y en situaciones normales, las mujeres tendríamos que tomar un total de sdos litros de líquidos al día y los hombres unos tres litros. En cuanto al 20% procedente de los alimentos, no resulta tan difícil de sumar como parece. De hecho, muchos de los que tomamos (en especial, frutas y verduras) son agua en más de un 80%. ¿Cuándo hay que aumentar la ingesta? Altas temperaturas, humedad ambiental, actividad física, exposición al sol, sudoración... aumentan las necesidades de líquidos. “En cualquiera de esas situaciones, hay que tener agua a mano y beber a menudo para evitar la deshidratación”, señalan los expertos. A su vez, las bebidas isotónicas, especialmente indicadas para deportistas, aseguran el aporte de electrolitos y azúcar, además de agua. Las enfermedades que conllevan fiebre, sudoración abundante, vómitos, diarreas, micciones frecuentes... tienen gran riesgo de deshidratación y aumentan notablemente las necesidades de líquidos. En estos casos, la recomendación es también beber a menudo (por supuesto, cualquiera de esas situaciones requiere seguimiento médico). ¿Beber mucha agua ayuda a perder peso? Aunque las dietas adelgazantes aconsejan siempre beber mucha agua, sed y hambre son sensaciones reguladas por mecanismos diferentes. “Nadie ha podido demostrar que el agua haga perder peso”, señalan expertos de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.). “La única forma en la que ayuda a adelgazar es reemplazando las bebidas ricas en calorías por agua y sustituir la bollería y los aperitivos por alimentos con un alto porcentaje de agua (fruta, ensaladas...)”. Dicho esto, conviene aclarar tres conceptos: • Beber agua es la mejor forma de calmar la sed. Recuerda que, si tomas otras bebidas, también cuentan en el total diario de líquidos. • El agua tiene 0 calorías y, por eso, es la mejor bebida en dietas de control de peso. • Si el agua no es tu bebida preferida, añádele un chorrito de limón o toma té frío. • Para reponer los electrolitos perdidos por diarreas, vómitos o grandes esfuerzos, opta por las bebidas isotónicas.
INTOXICACIÓN POR EXCESO Aunque los expertos no indican límite para el consumo de agua, sí recuerdan que la intoxicación por agua, si bien poco frecuente, puede llegar a provocar la muerte. No hace mucho, la prensa norteamericana dio a conocer el caso de una mujer que falleció en el intento de ganar un concurso de radio en el que se animaba a beber grandes cantidades de agua. La afectada murió de hiponatremia, un desequilibrio electrolítico que se produce cuando disminuyen los niveles de sales en el organismo. DESHIDRATACIÓN POR DEFECTO • Las bebidas isotónicas llevan bajas dosis de sodio (sal), azúcar o glucosa y, habitualmente, potasio y otros minerales. Esos ingredientes ayudan a la absorción del agua. • La limonada alcalina, que puede prepararse en casa, es muy útil en casos de deshidratación por diarreas, vómitos o exceso de ejercicio. Su fórmula es: un litro de agua, una pizca de sal y otra de bicarbonato, dos cucharadas de azúcar y el zumo de un limón. Se bebe a voluntad, mejor a pequeños tragos.
¿Dos litros son suficientes? Una revisión de estudios publicada hace seis años se enfrentaba ya a la corriente que animaba a la gente a beber ocho vasos de agua al día, independientemente del resto de líquidos y alimentos consumidos. Los autores del trabajo (publicado en American Journal of Physiology) concluyeron que “no existen datos científicos suficientes para afirmar que un adulto sano que viva en climas templados, y no realice esfuerzos físicos importantes, necesite grandes cantidades de agua”. “Bebe siempre que sientas sed”, era su recomendación. En 2004, el Instituto de Medicina (IOM) de los EE.UU. emitió a su vez nuevas pautas que eliminaban la recomendación de beber los dos litros de agua al día. También aquí, los expertos concluyeron que “la sed es la señal que ayuda a determinar la necesidad de agua”. Las excepciones a la regla son pacientes que requieren mayor ingesta de líquidos; deportistas y personas que realizan grandes esfuerzos físicos; personas en situaciones ambientales de altas temperaturas y humedad... ¿Cómo nos mantenemos bien hidratados? La novedad fue que, al dar sus recomendaciones, la IOM no habló específicamente de agua sino de “ingesta de líquidos”. Indicó como necesarios un total de 2,5 litros de líquidos al día para las mujeres y un total de 3,5 litros para los hombres. Eso incluye los líquidos presentes en todas las bebidas y comidas ingeridas cada día. Los expertos recordaron que aproximadamente el 80% de la ingesta proviene de los líquidos; el 20% restante proviene del agua presente en los alimentos. Teniendo eso en cuenta, y en situaciones normales, las mujeres tendríamos que tomar un total de sdos litros de líquidos al día y los hombres unos tres litros. En cuanto al 20% procedente de los alimentos, no resulta tan difícil de sumar como parece. De hecho, muchos de los que tomamos (en especial, frutas y verduras) son agua en más de un 80%. ¿Cuándo hay que aumentar la ingesta? Altas temperaturas, humedad ambiental, actividad física, exposición al sol, sudoración... aumentan las necesidades de líquidos. “En cualquiera de esas situaciones, hay que tener agua a mano y beber a menudo para evitar la deshidratación”, señalan los expertos. A su vez, las bebidas isotónicas, especialmente indicadas para deportistas, aseguran el aporte de electrolitos y azúcar, además de agua. Las enfermedades que conllevan fiebre, sudoración abundante, vómitos, diarreas, micciones frecuentes... tienen gran riesgo de deshidratación y aumentan notablemente las necesidades de líquidos. En estos casos, la recomendación es también beber a menudo (por supuesto, cualquiera de esas situaciones requiere seguimiento médico). ¿Beber mucha agua ayuda a perder peso? Aunque las dietas adelgazantes aconsejan siempre beber mucha agua, sed y hambre son sensaciones reguladas por mecanismos diferentes. “Nadie ha podido demostrar que el agua haga perder peso”, señalan expertos de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.). “La única forma en la que ayuda a adelgazar es reemplazando las bebidas ricas en calorías por agua y sustituir la bollería y los aperitivos por alimentos con un alto porcentaje de agua (fruta, ensaladas...)”. Dicho esto, conviene aclarar tres conceptos: • Beber agua es la mejor forma de calmar la sed. Recuerda que, si tomas otras bebidas, también cuentan en el total diario de líquidos. • El agua tiene 0 calorías y, por eso, es la mejor bebida en dietas de control de peso. • Si el agua no es tu bebida preferida, añádele un chorrito de limón o toma té frío. • Para reponer los electrolitos perdidos por diarreas, vómitos o grandes esfuerzos, opta por las bebidas isotónicas.
INTOXICACIÓN POR EXCESO Aunque los expertos no indican límite para el consumo de agua, sí recuerdan que la intoxicación por agua, si bien poco frecuente, puede llegar a provocar la muerte. No hace mucho, la prensa norteamericana dio a conocer el caso de una mujer que falleció en el intento de ganar un concurso de radio en el que se animaba a beber grandes cantidades de agua. La afectada murió de hiponatremia, un desequilibrio electrolítico que se produce cuando disminuyen los niveles de sales en el organismo. DESHIDRATACIÓN POR DEFECTO • Las bebidas isotónicas llevan bajas dosis de sodio (sal), azúcar o glucosa y, habitualmente, potasio y otros minerales. Esos ingredientes ayudan a la absorción del agua. • La limonada alcalina, que puede prepararse en casa, es muy útil en casos de deshidratación por diarreas, vómitos o exceso de ejercicio. Su fórmula es: un litro de agua, una pizca de sal y otra de bicarbonato, dos cucharadas de azúcar y el zumo de un limón. Se bebe a voluntad, mejor a pequeños tragos.
Fuente:
Hoy Mujer
18 de Julio de 2008
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