Una especialista declaró que la mala nutrición afecta el desarrollo del hipocampo, involucrado de forma importante en el proceso de aprendizaje y la memoria.También los animales con carencias alimenticias registran días de retraso en el desarrollo encefálico y en la integración de las conexiones nerviosas. Además, si son crónicas, sobreviven pero no tienen un buen desempeño cognitivo y no poseen una calidad adecuada de progreso intelectual. "Así se observa en las ratas, que aprenden una conducta, pero poseen una memoria lábil" o poco estable, explicó la investigadora del Instituto de Neurobiología (INB) de la UNAM, Sofía Yolanda Díaz Miranda en un comunicado de la UNAM. La desnutrición es la carencia de cantidades necesarias de proteínas, vitaminas, carbohidratos, grasas y sales, para el crecimiento y mantenimiento del organismo.La investigadora aclaró que la desnutrición, no es la misma in utero que en la lactancia. Por lo general, en la segunda es más dañina, incluso, que cuando el individuo carece de nutrientes desde antes de nacer y a lo largo de toda la vida. Estos datos son graves si se trasladan a la población humana.El Fondo Internacional de las Naciones Unidas para la Ayuda a la Infancia (UNICEF) calcula que la desnutrición explica cada año en el mundo la muerte de 13 millones de niños, alrededor de 26 mil al día. Si el infante no es atendido o rehabilitado antes de los cinco años, dijo, los efectos son irreversibles: habrá un subdesarrollo en la capacidad intelectual y una mayor propensión a enfermedades, entre ellas, las gastrointestinales, como la diarrea, que acarrea pérdida de electrolitos, y anemias.Además, esa condición puede ser un factor de riesgo para la diabetes. En México, hay 10 millones de menores de cinco años, de los que cuatro millones padecen algún grado de carencia y 40 millones de mexicanos en edad adulta padecen las consecuencias de haberla experimentado en la infancia.La doctora por la Facultad de Ciencias de la UNAM y ex investigadora en la Worcester Foundation for Experimental Biology de Boston, Estados Unidos, explicó que en los modelos experimentales de malnutrición sólo se les deja el seis por ciento de la caseína –principal proteína de la leche materna– de la alimentación de los roedores, que debe ser del 23 por ciento, lo que provoca que sean hasta 50 ó 60 por ciento más pequeñas que las ratas bien alimentadas."La disminución del volumen del hipocampo en el animal crónico mal nutrido no implica que no aprenda o no adquiera información; sí lo hace, pero su memoria no se consolida", agregó.
Fuente:
PeriodicoDigital.com.mx
14 de Abril de 2008
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