martes, 18 de septiembre de 2007

El sueño, víctima de la cultura moderna


Un estudio realizado a lo largo de tres años, entre 50 mil personas, concluyó que las sociedades no han aprovechado el desarrollo tecnológico para reducir las horas de trabajo y privilegiar el descanso
La vida es sueño, decía Calderón de la Barca, pero ¿qué hacer cuando la falta de sueño afecta nuestras vidas? Irritabilidad, baja concentración y hasta problemas cardiacos son sólo parte de la lista de males que se suman a los síntomas de un hábito de descanso inadecuado.Hoy este problema se ha vuelto tema de discusión debido a que las exigencias de los tiempos modernos hacen que éste sea un mal extendido que, contrario a lo que creen muchos, no se soluciona con una taza de café, sino replanteando las prácticas cotidianas.Se sabe que trabajar dignifica, pero también desgasta. Los resultados de un estudio efectuado entre 50 mil personas indicaron que el tiempo invertido en actividades laborales es el factor más importante en el estilo de vida de una persona, pero esto impacta en su descanso: a mayor cantidad de horas trabajadas, menor el número que se dedica al sueño. El estudio fue realizado por Mathias Basner, de la Universidad de Pensilvania.Por su parte Jessica Alexander, del Consejo del Sueño, dijo que la investigación confirma que la gente cada vez se exige más horas de trabajo y tiene menos oportunidades para el esparcimiento. “La tecnología moderna no ha hecho nada para liberar nuestro tiempo dedicado al descanso, de ahí que la calidad y cantidad de sueño sean las verdaderas víctimas”, abundó.La especialista “no se duerme en sus laureles” e insiste en que gobiernos, empresas y médicos deben dar la misma importancia al sueño que la que se otorga a la alimentación y el ejercicio, si no es que más.A pesar de que muchos expertos señalan que, en el caso de los adultos, se recomiendan entre siete y ocho horas de sueño diarias, otras teorías indican que dormir menos de siete horas ayuda a prolongar la vida, así como la salud.Según Basner, aquellas personas que duermen menos de cuatro horas y media diariamente, trabajan en promedio 93 minutos extra entre semana y 118 los fines de semana. De ahí que el tiempo que emplearían en socializar y divertirse lo emplean en alimentarse y dormir.El estudio, publicado en la revista Sleep, incluyó cerca de 50 mil participantes, mismos que fueron encuestados en tres ocasiones en los años 2003, 2004 y 2005, para saber, entre otras cuestiones, cómo empleaban el tiempo entre las 4 de la madrugada del día anterior y las 4 de la mañana del actual.Aquellos que durmieron por 11 horas y media o más trabajaron alrededor de 143 minutos menos entre semana y 71 minutos menos los fines de semana, en comparación con quienes tuvieron un sueño promedio de ocho horas. Camarón que se duerme... no se pone al corriente, porque quienes durmieron menos emplearon más tiempo socializando, en estudiar o en labores domésticas. En comparación, el tiempo empleado en ver televisión se incrementó en aquellos que tuvieron periodos de sueño más largos.La edad del grupo que durmió menos y trabajó más fue de entre 45 y 54 años. En ese sentido, Basner dijo que, a pesar de los hallazgos, aún se requiere más investigación para medir el impacto que tiene en el sueño y la salud el abuso en las horas dedicadas al trabajo.¿Trabajar o dormir?Es bien sabido que la falta de sueño afecta no sólo el rendimiento y desempeño laboral de las personas, sino que, en determinadas ocupaciones, puede colocarles en riesgo de sufrir accidentes de consecuencias incluso fatales. Sin embargo, hasta ahora no se habían realizado estudios en torno del impacto que tiene el trabajo en el sueño.Según Mikko Harma, del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional, en los últimos 30 años se ha reportado un incremento en los desórdenes del sueño. Un estudio realizado por el investigador encontró que 36% de las mujeres tiene problemas para conciliar el sueño al menos una vez por semana, en tanto que 27% de los hombres reportó el mismo problema, datos que seguramente harán que más de uno no pueda pegar el ojo.El estudio encontró además que la razón subyacente en dichos reportes se focaliza en horarios de trabajo “anormales”. A fin de solucionar el problema, Harma indicó que hace falta poner mayor énfasis en la educación de las personas acerca de la importancia del sueño para recuperar la energía, de la misma manera que se hace con los hábitos alimenticios, el manejo del estrés, la forma de beber, fumar o ejercitarse.El experto señaló que “en materia de salud, el sueño y la recuperación del organismo como parte de la rutina diaria, deberían incluirse en todos los programas de prevención de enfermedades”.En vista de esto, ¿acaso es tan malo quedarse en cama otros cinco minutos antes de ir a trabajar? (Revista Sleep, UNAM, Medical News)


Fuente:

Yancuic

18 de Septiembre de 2007



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