Por: Administrador
Alrededor de 26% de niños entre cinco y 11 años padece sobrepeso y obesidad en México, de acuerdo con el Centro de Investigación en Nutrición y Salud.
Especialistas como la maestra Margarita Safdie Kanan, investigadora del Departamento de Nutrición de Comunidades del Instituto Nacional de Salud Pública, señalan que la epidemia ha crecido 33% en los últimos siete años, y de no tomarse medidas radicales para prevenir este problema, muchos de estos niños sufrirán en un futuro cercano enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, afecciones cardiovasculares y ortopédicas e incluso hasta alguna amputación.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición 2006, la comida chatarra que se vende en las escuelas es una de las principales causas del que se ha denominado el “peor problema” de salud entre los niños mexicanos.
Por ello, ante el incremento de la obesidad infantil en escolares, en febrero pasado México pidió asesoría a especialistas de Gran Bretaña para frenar la “epidemia” que se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública, pues en un sexenio la tasa de niños obesos se duplicó, de 20% a 40%.
En la Ciudad de México, las autoridades también han manifestado su preocupación por el problema. El 29 de mayo pasado, el partido Nueva Alianza en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal presentó un decálogo contra la obesidad, cuyo objetivo es reducir a la mitad la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en niños de 6 y 12 años.
El decálogo, que fue propuesto a la Presidencia de la República, plantea que los maestros asuman la responsabilidad de la aplicación, en el ámbito escolar, de todas las acciones y programas de prevención que propongan los gobiernos, en cualesquiera de sus tres niveles, y que se revise el programa de desayunos con el fin de ofrecer, en cantidades justas y suficientes, alimentos de alto valor nutricional y bajo contenido calórico.
Considera balancear la oferta alimenticia en las tiendas, cafeterías y cooperativas escolares de todos los niveles de educación, promoviendo el consumo de alimentos naturales, y propone ofrecer estímulos fiscales a aquellas empresas que introduzcan al mercado productos con alto valor nutricional y bajo contenido calórico, así como “estimular la investigación y el desarrollo tecnológico de la agroindustria mexicana, para facilitar la distribución y el acceso masivo a productos naturales y saludables”.
Por su parte, el Secretario de Salud ha manifestado que de no atenderse a tiempo la obesidad en niños puede generar enfermedades que impliquen la inversión de grandes cantidades de dinero por parte del Sector Salud para atender padecimientos como diabetes e hipertensión.
Alrededor de 26% de niños entre cinco y 11 años padece sobrepeso y obesidad en México, de acuerdo con el Centro de Investigación en Nutrición y Salud.
Especialistas como la maestra Margarita Safdie Kanan, investigadora del Departamento de Nutrición de Comunidades del Instituto Nacional de Salud Pública, señalan que la epidemia ha crecido 33% en los últimos siete años, y de no tomarse medidas radicales para prevenir este problema, muchos de estos niños sufrirán en un futuro cercano enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, afecciones cardiovasculares y ortopédicas e incluso hasta alguna amputación.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición 2006, la comida chatarra que se vende en las escuelas es una de las principales causas del que se ha denominado el “peor problema” de salud entre los niños mexicanos.
Por ello, ante el incremento de la obesidad infantil en escolares, en febrero pasado México pidió asesoría a especialistas de Gran Bretaña para frenar la “epidemia” que se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública, pues en un sexenio la tasa de niños obesos se duplicó, de 20% a 40%.
En la Ciudad de México, las autoridades también han manifestado su preocupación por el problema. El 29 de mayo pasado, el partido Nueva Alianza en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal presentó un decálogo contra la obesidad, cuyo objetivo es reducir a la mitad la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en niños de 6 y 12 años.
El decálogo, que fue propuesto a la Presidencia de la República, plantea que los maestros asuman la responsabilidad de la aplicación, en el ámbito escolar, de todas las acciones y programas de prevención que propongan los gobiernos, en cualesquiera de sus tres niveles, y que se revise el programa de desayunos con el fin de ofrecer, en cantidades justas y suficientes, alimentos de alto valor nutricional y bajo contenido calórico.
Considera balancear la oferta alimenticia en las tiendas, cafeterías y cooperativas escolares de todos los niveles de educación, promoviendo el consumo de alimentos naturales, y propone ofrecer estímulos fiscales a aquellas empresas que introduzcan al mercado productos con alto valor nutricional y bajo contenido calórico, así como “estimular la investigación y el desarrollo tecnológico de la agroindustria mexicana, para facilitar la distribución y el acceso masivo a productos naturales y saludables”.
Por su parte, el Secretario de Salud ha manifestado que de no atenderse a tiempo la obesidad en niños puede generar enfermedades que impliquen la inversión de grandes cantidades de dinero por parte del Sector Salud para atender padecimientos como diabetes e hipertensión.
Fuente:
OMNIA
1 de Agosto de 2007
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