martes, 24 de febrero de 2009

Osteoporosis, afecta a una de cada tres mujeres mayores de 50


México DF, 23 febrero 09 (CIMAC).- Después de los 40 años, el cuerpo experimenta descalcificación en los huesos, deterioro que puede afectar la calidad de vida si se convierte en osteoporosis, es decir pérdida de masa ósea y de su microestructura, la cual afecta a una de cada tres mujeres mayores de 50 años.

Este deterioro, señala el doctor Javier Lozano Pardiñas, especialistas de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), puede afectar la calidad de vida, al grado de que la osamenta podría ser tan débil que un simple abrazo provocaría fracturas múltiples.

Se trata de un proceso natural que inicia en la madurez, pero recibe el nombre de osteoporosis cuando alcanza un grado de desmineralización importante. Además, el académico detalló que esta deficiencia se puede clasificar en primaria y secundaria.

La primera, expuso, se debe a factores nutricionales y hormonales; es más frecuente entre las mujeres porque “en la menopausia, pierden estrógenos que ayudan a que el calcio se fije adecuadamente”. La segunda, aún no se descifra pero podría estar asociada a problemas gastrointestinales.

La enfermedad afecta a uno de cada ocho hombres y a una de cada tres mujeres, después de los 50 años; además, de estas últimas, ocho de cada 10 ignora que la padece, según datos del Sector Salud.

DENSITOMETRÍA

Actualmente, hay varias formas para evaluar el grado de la desmineralización, como la densitometría. Con ella, se miden los valores de acuerdo al sexo y edad: si los niveles bajan de uno a 2.4, se define que hay osteopenia, pero si van de 2.5 para arriba se considera que es osteoporosis, explicó Lozano Pardiñas.

En México, se ha detectado que 5.4 millones de mujeres presentan esta deficiencia, según la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI); sin embargo, el número puede ser mayor, pues está subdiagnosticado en el mundo y se estima que en el próximo lustro, se incrementará por lo menos a más de un millón 200 mil nuevos casos.

PREVENCIÓN

El académico de la FM, informó que se puede prevenir desde la infancia, pues está demostrado que las personas que no recibieron nutrientes de calcio y alimentos balanceados en la niñez, desarrollarán osteoporosis a más temprana edad que aquellos que tuvieron una ingesta equilibrada.

Además, subrayó, se deben estimular factores que ayuden a que el esqueleto sea más resistente, como hacer ejercicio, alimentarse bien y asolearse, principalmente en los primeros años de vida. “Las y los niños tienen bajo la piel esteroles, que hacen que se fije la vitamina D en los huesos”, abundó.

Asimismo, aunque existen medicamentos para mejorar la calidad ósea y aminorar la osteoporosis, el problema radica en el desgaste natural, pues cuando se es joven, los osteoblastos forman hueso, pero pasados los 40 años se presentan los osteoplastos, que cada determinado periodo eliminan parte de la osamenta.

En este sentido, Lozano Pardiñas expuso que se debe tener cuidado con los productos “reparadores” que se promocionan comercialmente, pues es indispensable entender que “nada cura todo”.

Lo más importante es una detección oportuna, pues así es más sencillo el tratamiento. Hay paliativos, pero nada revierte un proceso natural. Además, hasta los analgésicos tomados en forma crónica producen un alto grado de descalcificación, apuntó.

ESTUDIOS NO VÁLIDOS

A su vez, el especialista de la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM, Antonio Maldonado Tapia, aclaró que esta afectación siempre ha existido, “sólo que ahora es más visible” por la tecnología y avances que, en medicina, ha tenido el país.

A mediados del siglo XX, el promedio de vida rondaba los 50 años, pero hoy es mayor a los 77; entonces, conforme las personas vivan más, se presentarán enfermedades y síntomas poco conocidos, pero que siempre han existido, acotó.

Por otra parte, alertó que los estudios que se realizan de forma gratuita en la calle “no sirven”, pues no miden el daño óseo de manera adecuada; por ello, propuso promover una cultura de la prevención, tanto a nivel personal como gubernamental.

CONSECUENCIAS

Por su parte, el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, Jorge Berriel y Kalvi, señala las consecuencias que el padecimiento puede causar.

Al respecto, indica que aunque no todos los huesos sufren el mismo daño, hay algunos que, por su estructura, son más propensos al desgaste, en especial los llamados trabeculares y los cuerpos vertebrales.

Sin embargo, el problema principal radica en fracturas de cadera, columna vertebral y radio. Además, advirtió, las fisuras pueden conducir a embolias grasosas generadoras de alteraciones pulmonares o cerebrales. “El asunto es complejo, pues hasta por recibir un abrazo se puede ocasionar la ruptura de una costilla”.

Finalmente, añadió que la enfermedad “multifactorial” no es silenciosa, “como se piensa”, y recomendó que al primer síntoma de dolor óseo, se acuda con un especialista para saber qué tratamiento seguir, en especial los hombres, pues éstos siempre han sido “un poco descuidados”, pues desde siempre han creído que este padecimiento es exclusivo de las mujeres.

09/GG


Fuente:

CIMAC

24 de Febrero de 2009



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