martes, 24 de febrero de 2009

Los trajes térmicos riesgosos para la salud


Lo que muchas veces se ignora es que el uso indiscriminado de esas prendas son un riesgo para la salud.Hace algún tiempo era común ver a las personas que practicaban ejercicio ponerse debajo de la ropa una bolsa de plástico u hojas de papel periódico con el propósito de sudar más. Hoy en día, quienes hacen ejercicio, ya sea esporádica o regularmente, utilizan trajes térmicos con la esperanza de quemar mayor cantidad de grasa al incrementar el calor y la transpiración.A propósito de la conveniencia de utilizar trajes térmicos, los especialistas entrevistados por la “Revista del Consumidor” aclaran que en realidad la reducción de grasa es el resultado de la actividad física, no del uso del traje. En todo caso, el traje sólo propicia la pérdida de una cierta cantidad de agua mediante el sudor; sin embargo, si éste es excesivo y el individuo no se rehidrata de inmediato ¡la salud está en peligro! Erróneamente, la gente cree que a través del sudor elimina el exceso de sal presente en el organismo, pero esto no es así, ya que la concentración de sodio es mayor en la sangre que en el sudor. En cambio, minerales como el potasio y el magnesio, vitales en la función muscular, sí se encuentran en mayor cantidad en el sudor.¡Aguas con el agua que pierde! Especialistas en medicina del deporte y dermatólogos consultados por la “Revista del Consumidor” coinciden en que al utilizar un traje térmico el usuario puede presentar: Enfermedades de la piel, si la persona resulta alérgica al material con que está confeccionada la prenda podría desarrollar dermatitis por contacto. Además hay riesgo de irritaciones cutáneas por el roce del material sintético o infecciones causadas por hongos: micosis; en pieles muy delicadas es probable la aparición de salpullido y de algunas quemaduras.Deshidratación: el exceso de sudoración conlleva a una pérdida importante de agua; se calcula que por cada 500 calorías que genera el cuerpo se pierde un litro de sudor, y entre más calor y humedad haya en el ambiente esa pérdida es mayor. Cuando el sudor es excesivo y no hay una reposición suficiente de líquidos, la viscosidad y la concentración de sal en la sangre aumentan, lo que perjudica el funcionamiento normal de los riñones y otros órganos. Por cada 1 por ciento de líquido que pierde el organismo, el desempeño deportivo disminuye 10 por ciento.Deterioro de la función muscular: la pérdida de líquidos puede propiciar calambres, contracturas musculares y desgarres.Golpes de calor: es un desequilibrio entre la producción de calor y su dispensión; uno de sus principales síntomas es el aumento de la temperatura corporal el término médico es hipertermia hasta 40° o 42° C. Las consecuencias son alteraciones en el sistema nervioso central, en los vasos sanguíneos, en algunos tejidos y, principalmente, en el riñón, lo que da como resultado una insuficiencia renal aguda.El golpe de calor se produce por dos factores: el primero es la pérdida abundante de líquidos sin restitución, es decir, la deshidratación; el segundo motivo es el elevado incremento de la temperatura, en el que pueden influir condiciones ambientales, por ejemplo, más de 28° C y una humedad superior a 70 por ciento.Los primeros síntomas de un golpe de calor son dolor de cabeza, mareo, náuseas, escalofrío y la percepción de pequeños puntos luminosos debido a la presión ocular este fenómeno se conoce técnicamente como fosfenos. De no atender a la persona inmediatamente puede sobrevenir un shock, convulsiones, pérdida de la conciencia y, en casos extremos, estado de coma y fallecimiento.Al practicar ejercicio con el traje térmico también se genera una gran cantidad de calor y la forma de atenuarlo es mediante la transpiración y la respiración.Los trajes térmicos deportivos funcionan como una especie de baño sauna, pero mientras el usuario tiene el traje puesto no hay forma de que el sudor se evapore, lo que eleva la temperatura interna hasta niveles ante los que el organismo no puede responder.La conclusión de algunos médicos sobre lo anterior es que definitivamente dichas prendas no funcionan para lo que fueron diseñadas: quemar grasa, perder peso, o tonificar y reafirmar los tejidos.


Fuente:

Vanguardia

24 de Febrero de 2009



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