La limpieza de tu rostro es el primer mandamiento que debes proponerte este 2009. Después de trasnochar en las fiestas de fin de año. No hay nada mejor que hacer de la naturaleza tu mejor aliada. Frutas, verduras y cereales pueden ser tus infaltables secretos de belleza y sobre todo accesibles. Escrito por Carolina Meléndez Miércoles, 07 enero 2009 00:00
Aunque hoy en día se prefieren los productos de las mejores casas de belleza, la naturaleza no se compara con ninguno. En tiempos de las grandes culturas, las mujeres del antiguo Egipto, Grecia y Roma no contaban en su tocador con estos productos, pero aún así se mantenían su piel tersa y saludable.
Frutas, hierbas, semillas, verduras y cereales son la base para crear la mascarilla que más necesites. Aparte de ser económicas son fáciles de preparar con ingredientes que se encuentran en tu propia casa.
Esto pensando en la economía, ya que no todas tienen acceso a comprar productos de belleza de última generación. Además, no todas son compatibles al PH de tu rostro, si no, tu mejor amiga no te diría que la crema que usa le deja la cara reseca, pero contigo pasa lo contrario: te la deja suave.
Este ritual de belleza puede comenzar a ponerse en práctica desde la adolescencia —así que si tienes hijas, sobrinas o hermanas puedes compartir este consejito—, lo anterior porque los efectos del exceso de sol, polvo, bacterias, aceites, células muertas y otros restos de la superficie de la piel se manifiestan desde temprana edad.
Diariamente estamos expuestos a la contaminación —al humo y al polvo—, los poros se llenan de grasa y suciedad y es ahí donde surgen los temibles puntos negros o el acné.
Aplícalas bien
Las mascarillas deben aplicarse con movimientos rotativos siguiendo la dirección de los músculos de la cara y siempre hacia arriba. Con cuidado.
De una manera fácil, accesible y económica solo te tomará entre 15 y 20 minutos, de las 24 horas, para darle un respiro a tu piel, una o dos veces por semana, aunque es mejor que lo hagas cada noche.
Los pasos a seguir son muy sencillos, lo único que hace falta es un poco de constancia y regularidad. Recuerda que hacerlo “de vez en cuando” no sirve de nada.
Principalmente existen dos tipos de limpieza de cutis: la de todos los días y la que debemos hacer periódicamente con ayuda de un especialista. Aquí, trataremos de la tarea fundamental de adquirir el hábito de una buena limpieza de cutis en nuestro hogar, de un manera fácil, para conseguir una piel perfecta.
Limpiar el cutis después de habernos maquillado, cuando llegamos a casa o nos vamos a la cama es algo más que evidente. También es necesario limpiar el cutis antes de proceder al maquillaje. Aunque nos acabemos de levantar de la cama en la piel se van acumulando residuos, como el sudor o el sebo que se expulsa de los poros, de manera inevitable.
Guineo o banano
Pélalo y prepara un puré. Con la punta de los dedos extiende la pulpa sobre tu rostro limpio. Es ideal para todo tipo de piel.
Papaya
Pela la papaya y prepara una mezcla suave con la pulpa. Aplícatela en la cara y el cuello. La papaya no debe dejarse sobre la piel más de cinco minutos. Ideal para piel normal y grasosa.
Manzana
Prepara una mezcla con la pulpa, puedes hacerlo manualmente o con el procesador de alimentos o licuadora. Esta mascarilla es especialmente beneficiosa para piel grasosa que presenta barros o espinillas.
Melón
Sigue el mismo método que con manzana, papaya y guineo. Esta mascarilla ayuda a las pieles secas y normales.
Fresas
Para un cutis graso pueden resultar como exfoliante. Lo único que necesitas son unas cuantas fresas y si gustas puedes mezclarlas con un poco de avena en grano y una cucharada de miel.
Contra la deshidratación y resequedad
Mezcla la yema de un huevo, una cucharada de aceite de oliva y otra con zumo de limón. Déjatela puesta hasta que se seque. También resulta efectiva la combinación de una cucharada de miel con un huevo.
Hidratar, exfoliar y humectar
Jarim Hasbún recomienda que para recuperar la vida de la piel del rostro utilices una cucharada de miel, otra de avena y una de yogur natural. Mézclalos bien y ponla en el rostro limpio de cinco a 10 minutos. Luego retira con abundante agua.
Cutis manchado
Aplícate en el rostro una pasta elaborada con la pulpa de un tomate. La sandía también ofrece el mismo beneficio.
Envejecimiento prematuro
Aplícate una mascarilla hecha con pulpa de mango maduro durante 20 minutos.
Evitar las patas de gallo
Aplica pequeñas cantidades de aceite de ricino en el área de los ojos antes de acostarte.
Vaporizaciones
Para conseguir extraordinarios efectos antes de aplicarte la mascarilla puedes ayudarte con el vapor para abrir los poros.
Pon agua a hervir, limpia la cara y quita el exceso de maquillaje. Pon en un recipiente, que mantenga la temperatura obviamente soportable, hierbas como manzanilla o romero. Recíbelo por 10 o 15 minutos. Después límpiate con tónico o lávate con agua tibia.
Cabello débil
Este es uno de los problemas más frecuentes, sobre todo en las mujeres. Para reponer la salud de tu cabello necesitas un huevo, un chorrito de aceite de oliva y dos cucharadas de miel. Bate el huevo y mézclalo con el aceite y la miel. La pasta debe tener una textura intermedia, ni líquida ni sólida. Aplícala directamente en el pelo y fricciona bien. A continuación, cubrirte la cabeza con una toalla —impregnada en agua y escurrida— durante una media hora. Pasado ese tiempo hay que lavarse con un champú adecuado. Para mejorar el brillo se puede mezclar con un poco de vinagre. Hazlo unas dos o tres veces por semana.
Cabello graso y con caspa
Es aconsejable nutrirlo con miel o con limón. Para la grasa y la caspa necesitas partes iguales de zumo de limón y zumo de cebolla. Mézclalos y masajea con firmeza el cuero cabelludo antes de acostarse. Duerme con el pelo mojado y cubierto con una toalla. Lávalo al día siguiente.
El agua, fundamental
Es evidente que el agua será un elemento fundamental a la hora de realizar una buena limpieza del cutis. La temperatura de ésta es algo clave y que, muchas veces, se deja al gusto y preferencia de cada persona. Pues bien, el agua caliente puede llegar a ser desastrosa para la piel, ya que estimula a las glándulas a que produzcan un exceso de grasa. Por el contrario, cuando está muy fría produce un choque térmico en la piel, produciendo, a medio plazo, modificaciones en la estructura de la misma. Lo ideal, por tanto, será utilizar el agua en la temperatura natural o ambiente.
Después de haber realizado una correcta limpieza, llega la hora de secarse la cara; puede parecer una tontería, pero no lo es. Es muy importante que no frotes con demasiada fuerza, ya que estimula la producción excesiva de grasa. Lo más recomendable es dar ligeros toquecitos con la toalla o un pañuelo, para que la piel absorba el agua y se estimule la circulación.
Los tres pasos fundamentales
La limpieza, la tonificación y la hidratación son la regla de oro para una buena y correcta limpieza del cutis, que se debe hacer todas las noches. Aunque llegues cansada date tiempo para cuidar tu rostro y así evitar las arrugas.
Lo más recomendable es elegir los productos más acordes con tu piel, ya sea grasa, seca o mixta. Pero ya existen en el mercado artículos tres en uno. Por ejemplo, la casa Clinique tiene muy buenos y accesibles al bolsillo.
También, para retirar el exceso de grasa es muy práctico acudir a las famosas toallitas desmaquillantes que liberarán la piel de las impurezas acumuladas durante el día y, además, le aportará el agua que necesita
Fuente:
La Prensa Gráfica
7 de Enero de 2009
http://www.laprensagrafica.com/index.php/mujer/plan-bella/10206.html
No olvides visitar
http://www.tempodirelax.com.mx/
Aunque hoy en día se prefieren los productos de las mejores casas de belleza, la naturaleza no se compara con ninguno. En tiempos de las grandes culturas, las mujeres del antiguo Egipto, Grecia y Roma no contaban en su tocador con estos productos, pero aún así se mantenían su piel tersa y saludable.
Frutas, hierbas, semillas, verduras y cereales son la base para crear la mascarilla que más necesites. Aparte de ser económicas son fáciles de preparar con ingredientes que se encuentran en tu propia casa.
Esto pensando en la economía, ya que no todas tienen acceso a comprar productos de belleza de última generación. Además, no todas son compatibles al PH de tu rostro, si no, tu mejor amiga no te diría que la crema que usa le deja la cara reseca, pero contigo pasa lo contrario: te la deja suave.
Este ritual de belleza puede comenzar a ponerse en práctica desde la adolescencia —así que si tienes hijas, sobrinas o hermanas puedes compartir este consejito—, lo anterior porque los efectos del exceso de sol, polvo, bacterias, aceites, células muertas y otros restos de la superficie de la piel se manifiestan desde temprana edad.
Diariamente estamos expuestos a la contaminación —al humo y al polvo—, los poros se llenan de grasa y suciedad y es ahí donde surgen los temibles puntos negros o el acné.
Aplícalas bien
Las mascarillas deben aplicarse con movimientos rotativos siguiendo la dirección de los músculos de la cara y siempre hacia arriba. Con cuidado.
De una manera fácil, accesible y económica solo te tomará entre 15 y 20 minutos, de las 24 horas, para darle un respiro a tu piel, una o dos veces por semana, aunque es mejor que lo hagas cada noche.
Los pasos a seguir son muy sencillos, lo único que hace falta es un poco de constancia y regularidad. Recuerda que hacerlo “de vez en cuando” no sirve de nada.
Principalmente existen dos tipos de limpieza de cutis: la de todos los días y la que debemos hacer periódicamente con ayuda de un especialista. Aquí, trataremos de la tarea fundamental de adquirir el hábito de una buena limpieza de cutis en nuestro hogar, de un manera fácil, para conseguir una piel perfecta.
Limpiar el cutis después de habernos maquillado, cuando llegamos a casa o nos vamos a la cama es algo más que evidente. También es necesario limpiar el cutis antes de proceder al maquillaje. Aunque nos acabemos de levantar de la cama en la piel se van acumulando residuos, como el sudor o el sebo que se expulsa de los poros, de manera inevitable.
Guineo o banano
Pélalo y prepara un puré. Con la punta de los dedos extiende la pulpa sobre tu rostro limpio. Es ideal para todo tipo de piel.
Papaya
Pela la papaya y prepara una mezcla suave con la pulpa. Aplícatela en la cara y el cuello. La papaya no debe dejarse sobre la piel más de cinco minutos. Ideal para piel normal y grasosa.
Manzana
Prepara una mezcla con la pulpa, puedes hacerlo manualmente o con el procesador de alimentos o licuadora. Esta mascarilla es especialmente beneficiosa para piel grasosa que presenta barros o espinillas.
Melón
Sigue el mismo método que con manzana, papaya y guineo. Esta mascarilla ayuda a las pieles secas y normales.
Fresas
Para un cutis graso pueden resultar como exfoliante. Lo único que necesitas son unas cuantas fresas y si gustas puedes mezclarlas con un poco de avena en grano y una cucharada de miel.
Contra la deshidratación y resequedad
Mezcla la yema de un huevo, una cucharada de aceite de oliva y otra con zumo de limón. Déjatela puesta hasta que se seque. También resulta efectiva la combinación de una cucharada de miel con un huevo.
Hidratar, exfoliar y humectar
Jarim Hasbún recomienda que para recuperar la vida de la piel del rostro utilices una cucharada de miel, otra de avena y una de yogur natural. Mézclalos bien y ponla en el rostro limpio de cinco a 10 minutos. Luego retira con abundante agua.
Cutis manchado
Aplícate en el rostro una pasta elaborada con la pulpa de un tomate. La sandía también ofrece el mismo beneficio.
Envejecimiento prematuro
Aplícate una mascarilla hecha con pulpa de mango maduro durante 20 minutos.
Evitar las patas de gallo
Aplica pequeñas cantidades de aceite de ricino en el área de los ojos antes de acostarte.
Vaporizaciones
Para conseguir extraordinarios efectos antes de aplicarte la mascarilla puedes ayudarte con el vapor para abrir los poros.
Pon agua a hervir, limpia la cara y quita el exceso de maquillaje. Pon en un recipiente, que mantenga la temperatura obviamente soportable, hierbas como manzanilla o romero. Recíbelo por 10 o 15 minutos. Después límpiate con tónico o lávate con agua tibia.
Cabello débil
Este es uno de los problemas más frecuentes, sobre todo en las mujeres. Para reponer la salud de tu cabello necesitas un huevo, un chorrito de aceite de oliva y dos cucharadas de miel. Bate el huevo y mézclalo con el aceite y la miel. La pasta debe tener una textura intermedia, ni líquida ni sólida. Aplícala directamente en el pelo y fricciona bien. A continuación, cubrirte la cabeza con una toalla —impregnada en agua y escurrida— durante una media hora. Pasado ese tiempo hay que lavarse con un champú adecuado. Para mejorar el brillo se puede mezclar con un poco de vinagre. Hazlo unas dos o tres veces por semana.
Cabello graso y con caspa
Es aconsejable nutrirlo con miel o con limón. Para la grasa y la caspa necesitas partes iguales de zumo de limón y zumo de cebolla. Mézclalos y masajea con firmeza el cuero cabelludo antes de acostarse. Duerme con el pelo mojado y cubierto con una toalla. Lávalo al día siguiente.
El agua, fundamental
Es evidente que el agua será un elemento fundamental a la hora de realizar una buena limpieza del cutis. La temperatura de ésta es algo clave y que, muchas veces, se deja al gusto y preferencia de cada persona. Pues bien, el agua caliente puede llegar a ser desastrosa para la piel, ya que estimula a las glándulas a que produzcan un exceso de grasa. Por el contrario, cuando está muy fría produce un choque térmico en la piel, produciendo, a medio plazo, modificaciones en la estructura de la misma. Lo ideal, por tanto, será utilizar el agua en la temperatura natural o ambiente.
Después de haber realizado una correcta limpieza, llega la hora de secarse la cara; puede parecer una tontería, pero no lo es. Es muy importante que no frotes con demasiada fuerza, ya que estimula la producción excesiva de grasa. Lo más recomendable es dar ligeros toquecitos con la toalla o un pañuelo, para que la piel absorba el agua y se estimule la circulación.
Los tres pasos fundamentales
La limpieza, la tonificación y la hidratación son la regla de oro para una buena y correcta limpieza del cutis, que se debe hacer todas las noches. Aunque llegues cansada date tiempo para cuidar tu rostro y así evitar las arrugas.
Lo más recomendable es elegir los productos más acordes con tu piel, ya sea grasa, seca o mixta. Pero ya existen en el mercado artículos tres en uno. Por ejemplo, la casa Clinique tiene muy buenos y accesibles al bolsillo.
También, para retirar el exceso de grasa es muy práctico acudir a las famosas toallitas desmaquillantes que liberarán la piel de las impurezas acumuladas durante el día y, además, le aportará el agua que necesita
Fuente:
La Prensa Gráfica
7 de Enero de 2009
http://www.laprensagrafica.com/index.php/mujer/plan-bella/10206.html
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