Como en casi todos los malestares del embarazo, en el caso de los problemas dentales, las responsables son también las hormonas, aunque también tienen mucho que ver los malos hábitos de higiene.
No es cierto el mito de que en el embarazo se pierden los dientes, salvo en casos muy avanzados en los que la pieza dental ya no tiene remedio.
De todos modos, sí que hay que extremar los cuidados de la boca durante el embarazo ya que las hormonas producen que se eleve el riesgo de caries y gingivitis, especialmente a partir del tercer mes.
El aumento de la prolactina y los estrógenos produce cambios en el organismo de la mujer y también en la boca, provocando que la placa bacteriana actúe con mayor agresividad sobre los dientes y las encías.
La caries es una de las enfermedades bucales más comunes durante el embarazo, ya que son más proclives a formarse debido a los cambios en la flora bacteriana de la saliva de la mujer durante este período.
Mientras que la gingivitis es la inflamación de las encías que se enrojecen, se irritan y sangran con frecuencia al cepillarlas o al masticar.
La única forma de evitarlo es la prevención, reduciendo el consumo de azúcares, adoptando buenos hábitos de higiene bucal y consultando periódicamente al dentista.
Si la caries ya se ha instalado, hay que acudir al odontólogo para curarla y para evitar que se infecte el resto de la boca. Contrario a lo que muchas embarazadas creen, no hay ningún riesgo para el bebé por tratarse la caries en el dentista. Con respecto a otro tipo de tratamientos, como por ejemplo el blanqueamiento, los expertos recomiendan esperar a después del parto.
Fuente: http://www.dominiodental.com.mx/
Fuente:
Periodico Digital
20 de Enero de 2009
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