No soy feminista, nunca lo he sido. Creo que las mujeres y los hombres son dos géneros distintos, con diferencias maravillosas entre sí que hay que cuidar en vez de aniquilar. De la misma manera, creo en la igualdad de oportunidades en el terreno laboral, algo que debería ser igual de natural que las diferencias entre hombres y mujeres. Desafortunadamente, no siempre es así y todos conocemos casos más o menos cercanos. Pero, a pesar de ello, estoy en contra de las cuotas (ya lo he escrito en más de una ocasión) en las empresas o en la administración. Una compañía o un gobierno debe elegir al mejor candidato disponible para el puesto, con independencia de su sexo. Y las empresas deben plantearse que algo no están haciendo bien si en ninguno de sus procesos de selección, en ninguno, existe una mujer candidata, al menos tenida en cuenta para el puesto. También creo que las responsabilidades familiares, cuando las haya, deben ser compartidas entre hombres y mujeres y que cada pareja, de mutuo acuerdo, debe decidir cómo se reparten esas responsabilidades, en función de sus carreras profesionales, de sus inquietudes y de sus posibilidades o de lo que acuerden entre ellos. Yo soy soltera y no tengo hijos, algo que me ha permitido dedicarme a mi profesión sin tener que volverme esquizofrénica para conciliar vida maternal y profesional. Pero, aunque no tenga hijos, sí tengo una vida personal plena que requiere atención y a la que no quiero renunciar por tener demasiado trabajo.
Escrita esta idealista declaración de principios, hoy estoy molesta. Barack Obama acaba de elegir a esta mujer de la imagen, Janet Napolitano, gobernadora de Arizona, como secretaria para la Seguridad Interior de EEUU. Doy por sentado que Obama ha elegido para este cargo a Napolitano, soltera y sin hijos, por su valía profesional y por su experiencia al frente de un estado fronterizo, y no por ser mujer, soltera y sin hijos. Igual que con Hillary Clinton nadie se plantea que la elige sólo por ser mujer para ocupar la secretaría de Estado.
Pero no todos lo tienen tan claro. La cadena de televisión CNN ha cogido in fraganti al gobernador de Pennsylvania, el demócrata Ed Rendell -del mismo partido que Obama y Napolitano-, hablando delante de un micrófono que se había quedado abierto sin que él se diera cuenta. Rendell dice que Napolitano es perfecta para el puesto, "porque para este trabajo no puedes tener una vida propia. Ella puede entregarse, porque no tiene familia, y puede dedicarle entre 19 y 20 horas al día". La cita es textual. No sé si es una afirmación machista o no porque no se escucha toda la conversación ni se sabe el contexto, pero, como mínimo, me parece desafortunada.
Evidentemente el cargo de secretaria de Seguridad Interior es relevante, aunque no tengo claro que exija trabajar 20 horas diarias. Pero, en cualquier caso, ¿sólo trabajan 20 horas los solteros? ¿Ningún casado, hombre o mujer, está tantas horas en su oficina, porque tiene mucho trabajo y pocas ganas de compartir la vida familiar? ¿La cualificación de Napolitano para el cargo la obtiene por tener disponibilidad horaria, ser soltera y sin familia? ¿Por el hecho de no tener hijos quiere decir que no tiene familia o personas con las que quiera compartir su vida, más allá de cuatro horas al día? ¿El gobernador, casado con una juez y padre de un hijo, hubiera hecho este mismo comentario si el elegido fuera un hombre y tampoco tuviera familia? Como bien recuerda la CNN, el secretario actual de Seguridad Interior, Michael Ridge, está casado y tiene dos hijos. ¿Por eso no cumple su trabajo? ¿Le consta a Rendell que no está trabajando 20 horas diarias? ¿Al gobernador de Pennsylvania le importa cómo concilia su vida personal y profesional?
Al margen de estas cuestiones, trabajar 20 horas de 24, algo que yo he tenido que hacer en ocasiones muy esporádicas, debería estar prohibido por prescripción médica.
Escrita esta idealista declaración de principios, hoy estoy molesta. Barack Obama acaba de elegir a esta mujer de la imagen, Janet Napolitano, gobernadora de Arizona, como secretaria para la Seguridad Interior de EEUU. Doy por sentado que Obama ha elegido para este cargo a Napolitano, soltera y sin hijos, por su valía profesional y por su experiencia al frente de un estado fronterizo, y no por ser mujer, soltera y sin hijos. Igual que con Hillary Clinton nadie se plantea que la elige sólo por ser mujer para ocupar la secretaría de Estado.
Pero no todos lo tienen tan claro. La cadena de televisión CNN ha cogido in fraganti al gobernador de Pennsylvania, el demócrata Ed Rendell -del mismo partido que Obama y Napolitano-, hablando delante de un micrófono que se había quedado abierto sin que él se diera cuenta. Rendell dice que Napolitano es perfecta para el puesto, "porque para este trabajo no puedes tener una vida propia. Ella puede entregarse, porque no tiene familia, y puede dedicarle entre 19 y 20 horas al día". La cita es textual. No sé si es una afirmación machista o no porque no se escucha toda la conversación ni se sabe el contexto, pero, como mínimo, me parece desafortunada.
Evidentemente el cargo de secretaria de Seguridad Interior es relevante, aunque no tengo claro que exija trabajar 20 horas diarias. Pero, en cualquier caso, ¿sólo trabajan 20 horas los solteros? ¿Ningún casado, hombre o mujer, está tantas horas en su oficina, porque tiene mucho trabajo y pocas ganas de compartir la vida familiar? ¿La cualificación de Napolitano para el cargo la obtiene por tener disponibilidad horaria, ser soltera y sin familia? ¿Por el hecho de no tener hijos quiere decir que no tiene familia o personas con las que quiera compartir su vida, más allá de cuatro horas al día? ¿El gobernador, casado con una juez y padre de un hijo, hubiera hecho este mismo comentario si el elegido fuera un hombre y tampoco tuviera familia? Como bien recuerda la CNN, el secretario actual de Seguridad Interior, Michael Ridge, está casado y tiene dos hijos. ¿Por eso no cumple su trabajo? ¿Le consta a Rendell que no está trabajando 20 horas diarias? ¿Al gobernador de Pennsylvania le importa cómo concilia su vida personal y profesional?
Al margen de estas cuestiones, trabajar 20 horas de 24, algo que yo he tenido que hacer en ocasiones muy esporádicas, debería estar prohibido por prescripción médica.
Fuente:
Expansion
12 de Diciembre de 2008
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