viernes, 12 de diciembre de 2008

El peligroso apetito navideño


Observa consultó a dos expertos en nutrición sobre cómo sobrellevar la alimentación hasta Año Nuevo para evitar los tres kilos que en promedio se engordan en las fiestas

La seguidilla de despedidas y reuniones que se celebran por Navidad y Año Nuevo explica porqué Papa Noel tiene esa figura regordeta. El doctor Pedro Kaufmann, ex profesor agregado de Nutrición y digestivo de la Facultad de Medicina, dijo a Observa que es “algo razonable” que una persona aumente, en promedio, tres kilos. La licenciada en nutrición, Adriana Picasso, agregó más peso a la estadística y consideró que se puede engordar hasta siete.
El problema se llama exceso, pero si hay que echarle la culpa a algo, hay que echársela a la geografía. Los alimentos típicos de las fiestas son tradicionales de los países del hemisferio norte, donde las temperaturas descienden a –0°C y se necesita una gran cantidad de calorías para enfrentar el invierno. Por tal razón, ambos expertos coincidieron en que su ingesta desmesurada distorsiona por completo la dieta de los uruguayos.
“Después de las fiestas hay muchos casos de gastroenterocolitis y cuadros hepáticos que pueden ser virales, pero también por sobrecarga digestiva”, apuntó Kaufmann. Mientras que estos padecimientos se curan en un par de días, Picasso recordó que la voracidad puede tener consecuencias más graves. “Terminar el año con una actitud muy permisiva, a la vez que comenzar uno nuevo y desembocar en las tan anheladas vacaciones comiendo en forma descontrolada, no solo va a reflejarse en la balanza, sino también en una descompensación de aquellos que padecen diabetes, hipertensión y/o colesterol elevado”.
Pero he aquí una buena noticia. Kaufmann afirmó que, aún con todo, “no hay motivo para no darse un gusto gastronómico”. Solo hay que estar dispuesto a dejar de lado los hábitos carnívoros.
El menú
Consultado por Observa sobre el menú ideal para llegar dignamente a enero, el médico propuso uno que incluye canapés de entrada (o único platillo), carnes magras, especialmente pollo o peceto para el plato principal, un “festival de ensaladas” como guarnición y un postre frutal. Para lo primero, recomienda que se realicen con tostadas de pan negro cubiertas por fetas de queso, lomito o jamón, o con apio, zanahorias o tomate. Las ensaladas pueden contener palmitos, espárragos y frutas y mil y una combinaciones siempre y cuando los elementos provengan del reino vegetal. Como aderezo “se puede agregar mayonesa light que tiene entre 40% y 50% calorías menos”, señaló.
Los postres son un tema aparte dada la amplia oferta de budines, pan dulces y frutos secos. Kaufmann indicó que es preferible mirar los fuegos artificiales con un pote de ensalada de fruta con helado que masticando un turrón duro.
Picasso dio también a Observa sus sugerencias para evitar “las grandes tentaciones”. Para empezar, se debe comer normalmente durante día e incluso agregar dos o tres más pequeñas entre horas. “Una fruta y beber un yogur le permitirá llegar a las comidas festivas con menos apetito”, dijo. Además, encomendó beber abundantes líquidos (agua mineral o refrescos light) antes y, en especial, en el comienzo de las reuniones.
Para mantener la panza calmada, Picasso insinuó que hay que violar la primera regla de etiqueta: “llegue directamente al plato principal”.
Las bebidas alcohólicas o los refrescos con azúcar pueden sumar muchas calorías, por lo que deben consumirse con moderación. Picasso recordó que no se debe beber con el estómago vacío y Kaufmann agregó que, si no se puede evitar, se tome poco alcohol, con mucho hielo, agua mineral o refrescos light.
Si todo lo anterior no funciona, Kaufmann lanzó el salvavidas: “las 24 horas siguientes hay que pasarlas a fruta y agua para compensar”.
(Observa)


Fuente:

Observa.com.uy

12 de Diciembre de 2008



No olvides visitar