lunes, 8 de diciembre de 2008

Somos lo que comemos y lo que pensamos


LA HABANA, CUBA.- Especialistas definen el concepto Nutrición como el resultado de un conjunto de funciones armónicas y solidarias entre sí, que tienen como objetivo mantener la composición e integridad normal de la materia y conservar la vida.
Más si hablamos de Nutrición terapéutica nos estaremos refiriendo a un tipo de alimentación destinado a mejorar la calidad de vida de las personas. Es importante mencionar la necesidad de sumar, a la hora de ingerir alimentos ricos en hierro, una naranja a modo de postre o cualquier otro que contenga vitamina C, ya que ésta aumenta la absorción de hierro.
Si hablamos de Alimentación Normal podemos decir que es aquella compuesta por diversas cantidades de diferentes nutrientes que un individuo debe ingerir para satisfacer sus necesidades fisiológicas básicas. Pero en realidad en cada país del orbe, más que una alimentación normal existe una dieta cotidiana asociada a las costumbres de cada sociedad. Por ejemplo en Estados Unidos, y debido al gran consumo de alimentos conformados por grasas saturadas, un porcentaje de la población padecerá de diabetes en los próximos años, lo cual conlleva a un alto factor de riesgo para distintas enfermedades. Igualmente, y en un país tan rico como la Argentina, ocurre que el porcentaje de niños que padece de anemia es sumamente alto y, muy pocos de ellos, logran ingerir alimentos fortificados en hierro, como es el caso de las harinas contentivas de sulfato ferroso.
Necesidades energéticas
La finalidad de la Nutrición es la producción de energía a nivel celular y, por ende, las necesidades energéticas son distintas en cada organismo. Según especialistas sus variables se estiman a partir de estimaciones basadas en el gasto de energía; en el metabolismo basal y en estimaciones individuales.
En el caso del metabolismo basal, éste depende de la edad, peso y sexo, y se refiere específicamente a diversas situaciones fisiológicas como son, entre otras, embarazo y lactancia. Al respecto, si en el anciano el metabolismo disminuye, en los niños aumenta; en relación con el sexo, el hombre tiene un metabolismo mayor que la mujer al poseer un porcentaje mayor de masa muscular; en cambio la mujer, tiene más tejido adiposo. Durante el embarazo el metabolismo basal aumenta debido al exceso de tejido metabólico activo (fetal y placentario); por el trabajo materno (circulatorio, muscular y respiratorio) y como consecuencia de la actividad de síntesis de los tejidos, entre otros factores. El requerimiento energético (RE) también se modifica ante distintos factores como fiebre, desnutrición, disfunciones hormonales, e incluso el clima. En un estado de desnutrición el RE disminuye debido a que el organismo se adapta, mientras que en un estado febril aumenta un 12% por cada grado a partir de los 38° centígrados. Asimismo, ante un estado hipertiroidismo el RE aumenta y durante un hipotiroidismo ocurre lo contrario.
Más, ¿cómo manejar la nutrición ante algunos estados patológicos?Ante alteraciones cardíacas: se deberá restringir la ingestión de sodio; realizar cinco ó seis comidas diarias de pequeño volumen, e incorporar alimentos ricos en potasio.
Ante alteraciones vasculares: hay que restringir la ingestión de alimentos ricos en ácidos grasos saturados que pueden elevar los niveles de colesterol, e incluso reemplazar las carnes rojas por carnes blancas magras, como el pollo sin piel y el pescado. Adquirir suplementos de vitaminas C y E. Vigilar el peso corporal; aumentar la ingestión de fibras solubles, lejos del consumo de calcio en aquellas personas que lo estén utilizando como terapia. Si el nivel de lípidos en la sangre es alto conviene utilizar alimentos ricos en omega 3 y omega 6, como el aceite de soja o algunos pescados, lo que favorece el flujo sanguíneo entre otros objetivos.
Ante alteraciones renales: deberá reducirse la ingestión de proteínas; controlar la ingestión de alimentos ricos en fósforo, pues provocan la pérdida de calcio de los huesos. A la vez, y si la absorción proteica es menor a los 50 gramos/día es necesario un suplemento que contenga ácido fólico.
Durante la reciente presentación del libro Cómo vivir 120 Años (escrito por el profesor doctor Eugenio Selman), la directora del Instituto Finlay doctora Concepción Campa Huergo --quien tuvo a su cargo el prólogo de esa obra-enunció un mensaje Hipocrático que dice: Somos lo que comemos y lo que pensamos… Yo diría un poquito más: Somos lo que respiramos; lo que comemos; lo que tomamos; lo que vemos; lo que oímos; lo que hacemos y lo que pensamos…Por tanto, si nos lo proponemos, sí podemos llegar a vivir 120 Años".


Fuente:

Radio Rebelde

8 de Diciembre de 2008



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