Al igual que la base, las sombras y el labial, el blush es un producto fundamental para lograr que el rostro luzca angelical
Unas mejillas sonrojadas son símbolo de salud y belleza. Es por eso que el rubor o blush es una parte fundamental del maquillaje
La función del rubor es poner color y ayudar a definir la estructura facial.
El también conocido en España como colorete es un arma de dos filos: Una buena aplicación contribuye a un look más natural, o la saturación de color que provoca que luzca exagerado y de mal gusto.
Su aplicación es después de maquillar los ojos y antes de los labios, con el objetivo de balancear los colores. Sin embargo, uno de los errores más frecuentes es en el momento de elegir el incorrecto.
Para que esto no suceda, una de las técnicas que utilizan los maquillistas es presionar una de las mejillas para que se sonrojen y ubicar una tonalidad cercana en producto, cuyas presentaciones varían desde el tradicional polvo, gel o mouse.
Otro de los desatinos que tienen las mujeres sobre la práctica es saber aplicarlo de la manera adecuada.
Primero hay que elegir el pincel ideal. Hay dos tipos para las mejillas: uno angular y el tradicional. Este último tipo, de brocha, está disponible en varios tamaños, por lo que al momento de elegirlo tiene que ser proporcional al tamaño del rostro.
No es recomendable utilizar los que están incluidos con los productos, no producen el mismo acabado.
Es importante que antes de aplicarlo sobre la piel, se sacuda el polvo restante del rubor para eliminar el exceso de producto.
Después hay que sonreír y aplicarlo en el punto más sobresaliente del pómulo con movimientos circulares, para luego relajar el rostro y extender el cepillo en dirección a las sienes o las orejas, pero sin llegar a ellas.
No es recomendable utilizar este producto en el mentón o en la frente, porque lo único que se logra es que luzcan manchas de color en la cara.
Al igual que la base, las sombras y el labial, el blush es un producto fundamental para lograr que el rostro luzca angelical
Unas mejillas sonrojadas son símbolo de salud y belleza. Es por eso que el rubor o blush es una parte fundamental del maquillaje
La función del rubor es poner color y ayudar a definir la estructura facial.
El también conocido en España como colorete es un arma de dos filos: Una buena aplicación contribuye a un look más natural, o la saturación de color que provoca que luzca exagerado y de mal gusto.
Su aplicación es después de maquillar los ojos y antes de los labios, con el objetivo de balancear los colores. Sin embargo, uno de los errores más frecuentes es en el momento de elegir el incorrecto.
Para que esto no suceda, una de las técnicas que utilizan los maquillistas es presionar una de las mejillas para que se sonrojen y ubicar una tonalidad cercana en producto, cuyas presentaciones varían desde el tradicional polvo, gel o mouse.
Otro de los desatinos que tienen las mujeres sobre la práctica es saber aplicarlo de la manera adecuada.
Primero hay que elegir el pincel ideal. Hay dos tipos para las mejillas: uno angular y el tradicional. Este último tipo, de brocha, está disponible en varios tamaños, por lo que al momento de elegirlo tiene que ser proporcional al tamaño del rostro.
No es recomendable utilizar los que están incluidos con los productos, no producen el mismo acabado.
Es importante que antes de aplicarlo sobre la piel, se sacuda el polvo restante del rubor para eliminar el exceso de producto.
Después hay que sonreír y aplicarlo en el punto más sobresaliente del pómulo con movimientos circulares, para luego relajar el rostro y extender el cepillo en dirección a las sienes o las orejas, pero sin llegar a ellas.
No es recomendable utilizar este producto en el mentón o en la frente, porque lo único que se logra es que luzcan manchas de color en la cara.
Una de las tendencias en cuanto a maquillaje es el mineral, el cual es ideal para pieles sensibles, ya que su fórmula se basa en productos naturales. Las presentaciones son en polvo para el rostro, sombras, labiales y rubores.
Su textura en polvo es ligera, lo que logra que la piel respire naturalmente y se logra un efecto como el de los productos tradicionales.
No obstruye los poros ni tiene ingredientes que producen brotes de acné. Por esta razón es recomendado para personas con acné u otras condiciones de la piel como rosácea
Otra de sus propiedades es que es fácil de remover y es una opción para las personas que desean verse muymaquilladas.
Fuente:
Excelsior
30/10/09
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