Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética ha elaborado un decálogo con consejos muy prácticos para prevenirlas. ¿Te animas a seguirlos?
Si quieres prevenir la aparición prematura de arrugas o bien evitar que vayan a más, es imprescindible dar a la piel los cuidados que necesita.
Es, posiblemente, uno de los problemas estéticos que más preocupan a las mujeres (incluso, ahora, también a los hombres, aunque muchas veces se nieguen a reconocerlo), y también una de las razones por las que se acude con más frecuencia a las clínicas de medicina estética. Pero, lo creas o no, las arrugas son la consecuencia visible del modo en que has tratado tu piel a lo largo del tiempo. Si quieres prevenirlas y disfrutar de una piel más lisa y joven, toma nota de los consejos que ofrece la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética; son válidos para cualquier edad, ya estés en la madurez o todavía disfrutes de una piel joven:
Protege tu piel de la radiación ultravioleta (UV), porque es dañina para la piel. Demasiado sol acelerará el proceso de envejecimiento cutáneo y la aparición de las arrugas, uno de sus principales estigmas. Las cremas con filtro solar están recomendadas para la óptima protección de la cara. Y si procede, utiliza gafas solares, un sombrero de ala o con visera, y una ropa que le proteja del sol.
Evita los 'solariums' artificiales. Si deseas un tono de piel dorado, prueba con los bronceadores cosméticos o las cremas de auto-bronceado. Evitas riesgos y los resultados son espectaculares.
Si fumas, abandona definitivamente el tabaco. Este hábito tan nocivo no sólo afecta a su corazón y pulmones, sino que las toxinas que contiene el humo de los cigarrillos también causan daños a la piel. Diversos estudios han demostrado que la piel de los fumadores se arruga antes, y que son más propensos al cáncer de la piel.
Evita los cambios rápidos de peso. A pesar de que las dietas rápidas están de moda, las personas que presentan cambios drásticos de peso (con efecto “yo-yo”) están asimismo encogiendo y estirando su piel. A medida que envejecemos nuestra piel pierde su elasticidad, y no puede recuperar su tonicidad y vitalidad tras cada nuevo cambio.
Bebe agua: al menos dos litros cada día, especialmente fuera de las comidas. Es vital para mantener el cuerpo y, naturalmente, la piel hidratados. Además, beber mucho asegura la adecuada eliminación de las indeseables toxinas. Sin la cantidad de agua suficiente, tu piel se deshidratará, con un efecto muy parecido al de una uva cuando se convierte en una pasa por faltarle su base líquida.
Come bien: una alimentación rica, variada y equilibrada es buena para todo el organismo. Básicamente hidratos de carbono por la mañana y al mediodía (son la fuente de la energía que necesitas para funcionar); y proteínas por la noche (para reconstruir las células y los órganos, incluida la piel, que desgasta durante el día).
Utiliza lentes correctoras, si las necesitas; cuando sea preciso no te olvides de las gafas de sol. Evitarás ciertas expresiones faciales compensatorias o protectoras, sobre todo perioculares, que son causa de arrugas. La piel de alrededor de los ojos es extremadamente delgada y frágil, y es aquí precisamente donde suelen aparecer las primeras arrugas faciales como consecuencia de las contracciones musculares repetitivas. Además, las gafas de sol protegen las regiones perioculares de la radiación ultravioleta.
Duerme sobre la espalda; si no es tu posición habitual, al menos inténtalo incorporando discretamente el colchón. Posiblemente, no lo habías pensado, pero las personas que duermen de lado suelen despertar con líneas y marcas sobre la piel. Con el tiempo, por el traumatismo continuado, éstas pueden convertirse en permanentes.
Evita estresarte. Seguramente, este consejo puede resultar el más difícil de respetar, pero es un hecho muy conocido que el estrés causa un gran número de problemas a la piel. Es muy habitual que las personas frunzamos el ceño, apretemos las mandíbulas y hagamos muecas sin realmente darnos cuenta. Esfuérzate conscientemente en relajar los músculos faciales.
Utiliza los dermocosméticos adecuados que le recomienden los profesionales. Fundamentalmente la piel necesita limpieza, hidratación, nutrición y protección; pero no descuides la calidad y la forma de utilizar los productos de cosmética.
Si quieres prevenir la aparición prematura de arrugas o bien evitar que vayan a más, es imprescindible dar a la piel los cuidados que necesita.
Es, posiblemente, uno de los problemas estéticos que más preocupan a las mujeres (incluso, ahora, también a los hombres, aunque muchas veces se nieguen a reconocerlo), y también una de las razones por las que se acude con más frecuencia a las clínicas de medicina estética. Pero, lo creas o no, las arrugas son la consecuencia visible del modo en que has tratado tu piel a lo largo del tiempo. Si quieres prevenirlas y disfrutar de una piel más lisa y joven, toma nota de los consejos que ofrece la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética; son válidos para cualquier edad, ya estés en la madurez o todavía disfrutes de una piel joven:
Protege tu piel de la radiación ultravioleta (UV), porque es dañina para la piel. Demasiado sol acelerará el proceso de envejecimiento cutáneo y la aparición de las arrugas, uno de sus principales estigmas. Las cremas con filtro solar están recomendadas para la óptima protección de la cara. Y si procede, utiliza gafas solares, un sombrero de ala o con visera, y una ropa que le proteja del sol.
Evita los 'solariums' artificiales. Si deseas un tono de piel dorado, prueba con los bronceadores cosméticos o las cremas de auto-bronceado. Evitas riesgos y los resultados son espectaculares.
Si fumas, abandona definitivamente el tabaco. Este hábito tan nocivo no sólo afecta a su corazón y pulmones, sino que las toxinas que contiene el humo de los cigarrillos también causan daños a la piel. Diversos estudios han demostrado que la piel de los fumadores se arruga antes, y que son más propensos al cáncer de la piel.
Evita los cambios rápidos de peso. A pesar de que las dietas rápidas están de moda, las personas que presentan cambios drásticos de peso (con efecto “yo-yo”) están asimismo encogiendo y estirando su piel. A medida que envejecemos nuestra piel pierde su elasticidad, y no puede recuperar su tonicidad y vitalidad tras cada nuevo cambio.
Bebe agua: al menos dos litros cada día, especialmente fuera de las comidas. Es vital para mantener el cuerpo y, naturalmente, la piel hidratados. Además, beber mucho asegura la adecuada eliminación de las indeseables toxinas. Sin la cantidad de agua suficiente, tu piel se deshidratará, con un efecto muy parecido al de una uva cuando se convierte en una pasa por faltarle su base líquida.
Come bien: una alimentación rica, variada y equilibrada es buena para todo el organismo. Básicamente hidratos de carbono por la mañana y al mediodía (son la fuente de la energía que necesitas para funcionar); y proteínas por la noche (para reconstruir las células y los órganos, incluida la piel, que desgasta durante el día).
Utiliza lentes correctoras, si las necesitas; cuando sea preciso no te olvides de las gafas de sol. Evitarás ciertas expresiones faciales compensatorias o protectoras, sobre todo perioculares, que son causa de arrugas. La piel de alrededor de los ojos es extremadamente delgada y frágil, y es aquí precisamente donde suelen aparecer las primeras arrugas faciales como consecuencia de las contracciones musculares repetitivas. Además, las gafas de sol protegen las regiones perioculares de la radiación ultravioleta.
Duerme sobre la espalda; si no es tu posición habitual, al menos inténtalo incorporando discretamente el colchón. Posiblemente, no lo habías pensado, pero las personas que duermen de lado suelen despertar con líneas y marcas sobre la piel. Con el tiempo, por el traumatismo continuado, éstas pueden convertirse en permanentes.
Evita estresarte. Seguramente, este consejo puede resultar el más difícil de respetar, pero es un hecho muy conocido que el estrés causa un gran número de problemas a la piel. Es muy habitual que las personas frunzamos el ceño, apretemos las mandíbulas y hagamos muecas sin realmente darnos cuenta. Esfuérzate conscientemente en relajar los músculos faciales.
Utiliza los dermocosméticos adecuados que le recomienden los profesionales. Fundamentalmente la piel necesita limpieza, hidratación, nutrición y protección; pero no descuides la calidad y la forma de utilizar los productos de cosmética.
Fuente:
Hola.com
26/10/09
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