Nueve de cada diez personas que realizan dietas para bajar de peso vuelven a engordar cuando terminan el tratamiento. “Incluso llegan a superar la cantidad de kilos que pesaban cuando iniciaron el régimen”, asegura el doctor Ricardo Chiosso, especialista en medicina nutricional y obesología de la Universidad de Córdoba.Apenas entre un 10 y un 15% de los pacientes que requieren asistencia profesional para reducir su índice de masa corporal logra mantener su peso a los tres años de haber logrado el descenso, según las estadísticas que arrojan los últimos trabajos de investigación realizados a nivel mundial.“Este alto índice de reincidencia se debe además al abandono de los hábitos saludables de alimentación adquiridos durante el tratamiento y a la reincidencia en conductas peligrosas que facilitan el incremento de la masa corporal”, agrega el profesional. Graciela tiene 48 años y cuando requirió la asistencia profesional pesaba 88 kilos y tenía un índice de masa corporal de 32, con lo que necesitaba bajar unos 10 kilos para salir del cuadro de obesidad y entrar al rango del sobrepeso.“Luego de un año cumplí el objetivo que me había propuesto, cuando voy al consultorio, el médico me dice ahora vamos por otros diez kilos. Me quería morir, porque el esfuerzo había sido tan grande, que imaginarme duplicándolo me deprimía muchísimo. Entonces volví a comer y recuperé el peso que tenía hace un año. Muchas veces los médicos te maltratan y una termina sintiendo la presión y abandona”, relata la mujer.Según el análisis de los profesionales consultados, los “perdedores exitosos de peso” son aquellas personas que tras haber reducido su masa corporal logran mantener un peso saludable a largo plazo.“El éxito no es ni bajar rápido ni bajar mucho, cualquiera que diga lo contrario está mintiendo con fines comerciales, porque la verdad científica sostiene que el éxito se obtendrá realmente cuando el paciente pierda el 10% de su peso a lo largo de un año”, añade Chiosso.Para Daniel Thierer, especialista en psiconeurofarmacología, “el mejor fármaco es la palabra, es decir que si la persona puede ser persuadida de los beneficios de esta pérdida moderada, corre menos riesgos de rebotar y recuperar el peso que bajó durante el tratamiento”.La situación de Rodolfo es complicada. A sus 31 años, padece un sobrepeso que derivó en problemas de salud. “Tengo el colesterol por las nubes, me agito cuando camino, tengo palpitaciones”, describe el oficinista que realiza tareas sedentarias. “Todas las semanas comienzo un nuevo régimen para adelgazar, pero lo abandono porque no tengo paciencia para ver los resultados y me bajoneo”, completa. “Bajar rápido de peso provoca estrés y hacerlo lentamente desanima, desalienta al paciente”, apunta Chiosso.De acuerdo a la Guía de práctica clínica para el manejo del sobrepeso y la obesidad en personas adultas, editada por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, los “perdedores exitosos de peso comen seis veces al día, lo hacen en cantidades pequeñas, nunca repiten, consumen abundante agua, realizan actividad física tres veces a la semana y se efectúan controles periódicos con un profesional competente”.
Fuente:
Crítica de la Argentina
26/10/09
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